Capítulo 9

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Una vez acabadas las clases, Sarada volvió casa por su propio pie dejando a Boruto en el estacionamiento. Debido a las múltiples miradas. Sarada solo huyó sin dejarle la posibilidad al rubio de atraparla para traerla a rastras.

Una vez en casa, Sarada se acordó de la conversación con Chouchou, y fue rápidamente a la cocina a tomarse la píldora. Agarró un vaso de agua y se la tomo sin miramientos. En el mismo instante que Boruto entró por la Puerta.

- ¿Qué te acabas de tomar?¿Te sientes bien?- claramente Boruto parecía no acordarse de nada sobre los anticonceptivos, y Sarada antes de que se le olvidara de nuevo tal tema, solo esperaba no haber quedado en estado. O la habitación de la cual bromeaba Naruto anteriormente no iba a tardar en ser usada. Sinceramente Sarada pasó de su pregunta y omitió la parte de explicarle nada.

-¿Sarada me estas ocultando algo?- Boruto arqueó una de sus rubias cejas en el proceso.

-Nada-

Y así como si de una fuerte ráfaga de viento se tratase, la semana voló y se abrió paso la tarde del viernes.

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-Tengo sueño- Bostezaba mientras se llevaba la mano al rostro para disimular su expresión cansada. - Mañana es sábado, así que no me despiertes temprano.- Boruto solo asintió mientras se abalanzaba hacía el sofá de cinco plazas a estirarse.

- ¿Estás segura que no prefieres ver una película?

- No lo sé- en verdad ni se replanteaba la pregunta, solo quería impacientar al rubio. - Creo que podemos ver una. pero que no sea muy larga. - Sarada se deslizó por encima del cuerpo de Boruto hasta conseguir juntar sus frentes sin llegar a rozar sus labios.

- ¿Hace falta que te recuerde que ya no eres una niña? Puedes acostarte tarde sin el permiso de nadie. -Sus miradas chocaban en una batalla desenfrenada por conseguir aún más atención por parte del otro.

Sarada se movió un poco para llegar a morderle el lóbulo de la oreja suavemente. -Lo que tu digas mi amo. -

- Yo quería ver una película tranquilamente. - se incorporó dejando a Sarada sobre su regazo.- Pero si quieres ir a la parte buena haberlo dicho antes.

No tardó mucho tiempo después en el que Sarada se agarró fuertemente a la cadera de Boruto para ser cargada cual niña pequeña hasta su habitación. Donde llevándose por el momento, se fundieron en el placer de las caricias y besos fogosos que ambos se entregaban.

Al rato después de escuchar los crujidos provenientes de la habitación junto con los sonidos placenteros de cada uno. El silencio reinaba con una onda de paz, indicando que, como se podía ver, ambos yacían dormidos.

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A la mañana del día siguiente, Ambos se encontraban abrazados el uno al otro con una única sábana cubriéndolos de la suave brisa que se colaba por la ventana.

Pero no estaban solos en ese mismo lugar, un ser que apenas podría moverse por sí mismo, ni alimentarse, yacía en la habitación escondido dentro del diminuto cuerpo de cierta pelinegra. Y como quería darse a conocer causó un pequeño malestar en esta, provocando que se levantara con un simple impulso y se dirigiera rápidamente hacía el baño, donde expulsaría la comida ingerida del día anterior.

Sarada no quería pensar en la razón por su reciente malestar, aun cuan sabía en un setenta por cierto segura de ello, la causa de este.

Rápidamente y sin esperar a que el rubio despertase llamo a su amiga para que viniera a socorrerla. Esta al escuchar la angustia de Sarada a través del teléfono reacciono. En unos pocos minutos, ya se encontraba en una farmacia comprando lo necesario para comprobar sus dudas y las de su pelinegra.

Mientras Sarada esperaba a Chouchou decidió salir al jardín, perdiendo su vista en el agua de la piscina mientras a su vez todos sus pensamientos la carcomían cada vez más y más.

¿Y si Boruto no quiere al niño? pero esa no era la principal cuestión ¿Ella sería capaz de darle una buena vida a un bebe? Estaba claro que dinero no les faltaría, su familia contaba con ahorros y ella misma incluida. por no decir que se iba a casar con uno del primogénito de una industria multimillonaria. pero ¿Qué había de ella? ¿Estaba lista para este gran paso? Un bebé no era un juego, le quedaba solo un curso para acabar sus estudios. Y si contaba los días, le faltaba poco para acabarlo, el bebé a penas se notaría en su vida estudiantil. Pero ¿Podría encargarse de la empresa de su padre y a la vez de un bebé? ¿Su familia daría el visto bueno a esto? Se podría decir que su padre apenas toleraba su compromiso, uno que fue causado por la caída de su empresa involucrando a su hija ¿Cómo le contaba que esa misma hija ahora estaba enamorada y en estado?

Deshacerse de él no era una opción. El bebé podría nacer con todas las comodidades aseguradas y entre otras cosas él pobre no tenía la culpa de los desastres de sus padres a la hora de protegerse. por mucho que aun fuera una bolita de pequeñas células. Sarada ya despertaba su lado maternal sin darse cuenta.

Seguía perdida dentro de su cabeza cuando alguien toco el timbre repetidamente causándole molestias a su propio odio. Estaba segura de que era Chouchou, nadie más podría venir a tan altas horas de la mañana un sábado.

Esta se encontraba con un abrigo que cogió a última hora a causa de la fría brisa de verano. Y en su mano derecha una bolsa con varias pruebas la irrigaban.

- Ni se te ocurra decirme otra cosa. - Le entregó la bolsa en pocos segundos.-Hazte esto mientras yo preparo café.- Chouchou entró tan tranquilamente una vez cumplida su misión. Y a su vez Sarada empezaba la suya, metiéndose en el primer baño de esa enorme mansión que ahora le pertenecía.

No tardó mucho para descubrir el funcionamiento del primer test que abrió, y del segundo tampoco. era bastante simple, en uno de ellos tenía que hacer sus necesidades en un pequeño bote para después sumergir el recipiente, y en otro tenía que hacerlo directamente. como los dos se parecían en el procedimiento y acabarían por hacer lo mismo. Opto por solo usar el recipiente para los dos test.

Una vez hechos corrió hasta la cocina, dónde divisó a Chouchou utilizando la cafetera.

- ¿Y bien?- Le inquirió su amiga por respuestas.

-Tengo que esperar unos tres minutos para el primero y unos cinco para el segundo. -Esos tres minutos fueron los más largos y agonizantes de toda su vida.

Unos pequeños pitidos fueron emitidos por el pequeño cachivache. Quien muy a su pesar solo mostraba una cosa en su resultado.

Unas dos rayas rojas bien marcadas se veían radiantes en el aparato mientras Sarada solo sabía que eso significaba una cosa. La prueba era positiva, y solo demostraban afirmando sus sospechas, que un pequeño bebé yacía en su interior.

- ¿Qué estáis haciendo tan temprano? - Un rubio se quejaba a la vez que bostezaba al entrar por el umbral de la puerta.

Si, definitivamente estaba jodida

Comprometidos(BORUSARA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora