Capítulo 20: la invitación

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LEAH

Por fin, después de cuatro años, me sentía en paz. Ya no le debía nada a nadie. Le había explicado lo ocurrido a Cameron y los malos rollos entre nosotros habían llegado a su fin. Los chicos lo iban a agradecer, desde luego.

Entré en casa y me di una ducha para refrescarme. Al salir me encontré a mi abuelita hablando por teléfono en el jardín trasero. Seguro que era su novio y no quería que yo les escuchara, menuda pillina. Como no sabía si había desayunado o no, me cogí un cuenco de cereales y no preparé nada para ella. Regresó al cabo de cinco minutos.

—Buenos días tesoro. Te veo muy bien hoy.

—Sí, estoy contenta.

Me había quitado un gran peso de los hombros y esa era una sensación increíble. Kim me contó que esa tarde saldría con su amigo especial. A mí me tocaba trabajar así que me alegré de que hiciera planes y no estuviera sola en casa. Después de lavarme los dientes me tumbé en el sofá con el móvil, había varios mensajes de los chicos.

Hannah:
Evans paso por tu casa a las cinco, sé que sino no harás la maleta.

¿La maleta? ¿Nos íbamos de vacaciones? No recordaba nada sobre ningún viaje, de manera que supuse que se irían ellos a alguna parte.

Evans:
Diría que te odio pero agradezco que seas una maniática del orden, no quiero olvidar nada.

Hannah:
Normal, quieres impresionar a Dixie ;)

Cameron:
Todos tenéis un billete, ¿no? Quedan solo dos días para irnos.

¡Mierda! La mención del nombre de mi amiga me devolvió a la realidad. Hablaban del viaje a Japón para el campeonato mundial, en el cual estarían los hermanos Andrews. Aunque lo del billete me desconcertaba un poco... Espera. ¡Es que yo no tenía de eso! Me invadió el pánico ante la idea de que todos mis amigos se fueran y yo me quedara aquí.

—¡Abuela! —la llamé mientras me incorporaba a toda velocidad.

—¿Qué ocurre? ¿Estás bien? —preguntó entrando al salón alarmada.

—¿Tenemos billetes para Japón?

Mi abuela soltó un suspiro y se apoyó en el respaldo del sillón.

—Pensé que había ocurrido alguna desgracia —soltó bastante calmada.

¿Acaso perdernos la final no le parecía una desgracia?

—Por supuesto que tenemos los billetes y el hotel. Estabas trabajando así que me encargué yo de ello.

Volví a respirar tranquila, vería de nuevo a Paul y Dixie.

—Gracias. Y siento haberte asustado.

Hizo un gesto con la mano restándole importancia y se dio la vuelta para volver a hacer lo que fuera que estuviese haciendo antes de ser interrumpida por mí. Desbloqueé el teléfono de nuevo, había varias respuestas. Todos confirmaron que sí, tan solo quedaba yo.

Cameron:
¿Y tú, Leah?

Me gustó ver que Cam preguntaba por mí, pero no me hice ilusiones, al fin y al cabo se trataba de él y quería que todos estuviéramos allí.

Our First RideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora