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Michael jamás se había sentido tan comprendido. 

Sí, no debía de negar que Calum le había entregado apoyo, contención, amistad y consuelo todos aquellos años, pero necesitaba sacar ese secreto, necesitaba escupir ese veneno que lo mataba cada día, que le hacía tener una constante batalla consigo mismo.

Él se odiaba, él se despreciaba porque sentía la culpa de como un momento de lujuria, un error, pudo ser tan mortal, tan irresponsable y que por ello, la persona que más amaba en el mundo, Maddox, sufriera consecuencias tan importantes como perder a su madre, tener ciertos problemas al relacionarse con personas y más, sin embargo, ya no se sentía así.

Aquellos ojos azules le vinieron a presentar otro cielo, otro mundo donde él no era el enemigo, donde cargaba una sombra y un saco de errores pero que para aquel nuevo cielo, no era importante, jamás lo sería, porque Luke estaba ahí aceptando sus errores, la culpa y estaba protegiéndolo de su mente, prestándole una mano para sanar, cuando él tenía mucho con lo que lidiar, cuando recién estaba recuperándose, estaba ahí para cuidarlo, para quererlo y para luchar en las batallas que Michael estaba cansado de perder por estar solo.

Luke estaba ahí, Luke con sus brazos, con sus susurros, con sus besos tras su oreja mientras lloraba viendo la tumba de su primer amor, de su mejor amiga, de la madre de su hijo.

Por primera vez no estaba solo, por fin alguien estaba aceptándolo con todas sus virtudes y sus errores. Con su pasado y su presente, y la verdad es que Michael, llegó en el momento preciso porque ya no podía tolerar aquello por más tiempo. 

—Luke...—dijo en apenas un susurro. Su garganta ardía por los sollozos, su cuerpo estaba fatigado.

—Dime amor...—susurró en su oído, sus labios rozando su piel.

Amor. Ese apodo, le llenaba su corazón.

—¿Puedo estar el resto del fin de semana contigo? No estoy bien y no quiero que Max se preocupe por mi, quiero descansar. Mi mamá puede cuidarlo, no tendrá problema, pero no quiero estar solo, quiero estar contigo.

Luke observó el perfil de Michael, acarició su rostro sin que los ojos verdes más bellos del mundo que opacaban al césped, se despegaran de esa lápida, de aquel nombre.

—Por supuesto, aquí estaré contigo Michael, todo lo que me necesites.

⌛🎤

Cuando fueron al hogar que Michael, Max y Calum compartían, mientras Michael preparaba sus ropas para el resto del día y el próximo, además de cosas de Max, Calum se quedó con Luke conversando entre susurros. El enfermero estaba realmente agradecido por todo lo que Luke estaba haciendo por Michael, porque por fin su mejor amigo confiaba en alguien más de forma ciega, alguien que lo comprendiera y no lo juzgara, por fin aceptaba algún tipo de ayuda.

Luke por supuesto no le digo nada acerca del secreto que le reveló Michael, pero no debía mentir que algo en su mente, estaba explotando. Sentía que todo tenía sentido. Él estaba roto, él estaba perdido en las drogas, él casi muere y solo por forma casi milagrosa, sobrevivió de su sobredosis y del agua que estuvo en sus pulmones que no le desarrolló ninguna complicación o infección. ¿Todo eso para qué? Para conocer a Michael, a Maddox, dos personas que necesitaban alguien más en sus vidas que les hiciera felices, que pudiera apoyarlo, ¿él era el indicado? Luke dudaba de eso, pero ellos sí eran los indicados para él. Daría todo por la felicidad de Michael y Max porque ellos solo con estar cerca de él, solo por conocerles, lo hicieron feliz.

Maddox cuando fue recibido por su abuela, se despidió de un abrazo de su padre y de un fuerte abrazo de Luke, un abrazo lleno de agradecimientos y un susurro que casi hace llorar al cantante.

Best Years » MukeWhere stories live. Discover now