El deber que viene al proteger el honor. Aunque su pareja destinada no existe ellos son lideres de manadas, honorables y dispuestos a cumplir con su deber ¿Aceptarían solo 90 días para conocer a la persona con la que pasaran el resto de su vida?
Pu...
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[Cap.3] |Primer Amor.|
Mingi.
Comencé a mentirme sobre el amor cuando cumplí 15, había dado mi primer beso. Tal vez para muchas personas sea algo que nunca olvidarán, pero en mi caso no recuerdo casi nada sobre ese momento, solo recuerdo como Hwanwoong golpeó al chico que me lo había robado.
Después de un partido de basquetbol un jugador del equipo contrario me tomó de los hombros y sin aviso solo unió nuestros labios.
Iba a reaccionar dándole un golpe justo en el rostro, pero mi amigo fue más rápido.
Terminó en la enfermería con un dedo fracturado y la cara de satisfacción más estúpida que haya visto en alguien.
— ¿Siquiera puedes reírte de esto idiota? — Brame, mientras miraba su mano vendada — te vas a perder la temporada por una tontería —
— ¿La temporada? ¿Eso es importante ahora? Además ¿A quién le dices idiota, IDIOTA? — Me contestó — Por supuesto que estoy feliz de haberlo golpeado, hubiera hecho algo peor si el dedo no se me hubiera roto pero mínimo quedé satisfecho —
— Felicidades, aquí está tu premio — exclamé señalando su vendaje.
— Mingi¿Tan difícil es decir gracias? — me cuestionó con una cara de exasperación.
— ¿¡Gracias!? ¿Por qué? Pude defenderme solo y te consta eso, además fue solo un beso. No valía la pena que te perdieras los partidos por eso —
— ¡Ese bastado de Min me robo tú primer beso y tú te estás comportando como un idiota! — Grito, sorprendiéndome — ¿¡Solo un beso!? ¿Entonces porque no lo diste antes si no tenía importancia? ¿Crees que me Importan unos estúpidos partidos de meses cuando he estado años esperando el momento de ser yo quien te lo hubiera dado? —
— ¿Tú querías ser mi primer beso? — ironice, soltando una carcajada cuando Hwan asintió. — ¿Por qué no lo pediste antes? Yo te hubiera dejado hacerlo. —
— ¿Enserio? — exclamó, claramente sorprendido.
— Nunca me ha parecido la gran cosa. Es solo un beso — conteste mientras alzaba los hombros. Restándole importancia.
Entonces me levante de la silla y me acerque a la cama donde él descansaba, cerrando los ojos por un segundo mientras unía nuestros labios en un toque suave. Tan leve y delicado que nuestro aliento provoco una sensación electrizante al chocar en nuestras pieles.
