Cap. 1

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Sus pasos resonaban en los pasillos, su caminar era rápido, pero sin prisa, pareciera como si el sonido de los pasos fueran una melodía misteriosa, pues todos al escucharlo volteaban para verla

Los hombres se tomaban el tiempo para admirarla

--Buenos Días, enfermera Ivy -saludó uno de los oficiales en guardia levantando levemente su gorra de oficial

La mujer lo miró con sus penetrantes ojos sin dejar de caminar y una leve sonrisa cordial

--Buenos Días, John

Ivy Meyer

Una enfermera que desde hacía años que trabajaba para Murkoff en Monte Massive. Ella era joven, increíblemente bella, inteligente, elegante y cautivadora; se había comprobado que tenia muy buena resistencia y excelente salud, era responsable y su palabra tenia valor. Su físico era de una mujer joven, alta, midiendo aproximadamente 1.70 metros, su cabello era largo y castaño, era de tez blanca y ojos avellana

A pesar de que había trabajado para Murkoff por años no se sabía mucho de ella. Nadie sabía de donde venia, que edad tenia -aunque por su apariencia era joven- su familia, padres, nada. Se sabía que era soltera y no parecía estar interesada en una relación en ese momento

Era bella y misteriosa, los hombres quedaban cautivados por su belleza y su forma de ser, les intrigaba el saber mas de ella, pero ella era seria y reservada y extraña vez hablaba de su pasado.

Muchos eran los que andaban detrás de ella en la organización, pero simplemente no llamaban su atención y los rechazaba de manera cordial y educada; se decía que nadie debía siquiera intentar sobrepasarse con ella pues de lo contrario terminarían muy mal, ella se daba a respetar aun si tenia que llegar a los golpes; fueron varios los que terminaron despedidos o en la enfermería donde el Doctor Trager los atendía, todos ellos dieron su testimonio de que aquella mujer era realmente fuerte y que no se disculparía por nada de lo que les hiciera. Eso solo la hacia mas atractiva

Ivy dirigió su mirada a los papeles que tenia en sus manos. Ya sabia que había allí, había varios enfermeros que se encargaban de darle los medicamentos a los pacientes, pero era obvio que todos los pacientes la preferían a ella por mucho, quizás era porque ella era la única mujer en todo Monte Massive, pero la verdad es que a veces había problemas ya que algunos de los pacientes se negaban rotundamente a tomar sus medicamentos si no se los daba ella personalmente

-- Entonces Chris Walker, eh? -leyó en voz alta la hoja en su mano, en ellas se encontraban los nombres de los pacientes que le tocaban y sus medicamentos, pero como anteriormente se mencionó, ella ya sabía lo que decían esos papeles de memoria

Caminó por los pasillos y observó un reloj en una de las paredes, ya casi era la hora de que su paciente se tomara la medicina por lo que fue directo a su celda. En el camino varias personas la saludaron cordialmente

Ella vestía su uniforme que consistía en un vestido de enfermera de color blanco y algo largo, en el vestido en la parte superior de lado izquierdo estaba el logo de la Corporación Murkoff, usaba medias de su mismo tono de piel, tenia el pelo recogido en un chongo y con su sombrero de enfermera en la cabeza siempre, vestía zapatos blancos y limpios. Caminaba derecha y con autoridad por los pasillos

Se dirigió hacia la ala este del asilo, a la ultima habitación, la cual tenia la mayor seguridad por causa del paciente que estaba allí adentro. Dos guardias armados que estaban esperando afuera de ésta al verla la saludaron

--Buen Día Ivy -saludó un guardia de color

--Buenos Días Michael -volteó hacia su derecha donde estaba el otro guardia- Buen Día George

--Buenos Días Ivy

--¿Se ah portado bien Chris? -indagó ella

--Bastante -confirmó Michael- No hemos tenido que usar la fuerza ni el paralizador -dijo tocando brevemente el paralizador eléctrico en su cinturón

--Me alegra mucho eso -volvió a voltear a ver un reloj en la pared a su derecha. Ya era hora- Con permiso caballeros

--Pase usted -dijeron

Los guardias se hicieron a un lado e Ivy sacó su tarjeta de seguridad permitiendole pasar al cuarto de su paciente, George entró después de ella; al entrar la puerta se cerró tras de ellos

Él estaba sentado en su cama, encadenado y con las manos inmóviles, al oírlos entrar subió la mirada

--Buenos Días Chris

Continuara...

La Enfermera Misteriosa- OutlastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora