CAPITULO 63

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EDWIN

Hace 6 meses que me aleje del amor de mi vida, tenía tanto dolor en mi corazón y aún no se si en algún momento podre perdonarla pero también siento que no puedo estar más tiempo sin ella, es asfixiante, extrañarla cada minuto de todo el puto tiempo, necesito su sonrisa, sus hoyuelos que se le hacen en las mejillas cuando se ríe, sus lindos ojos verdes, ese cuerpo que me vuelve loco.

—¿Cómo están los bebés lindura? —Samuel estaba hablando con alguien al otro lado de la puerta de su cubículo. Me daba curiosidad su entusiasmo.

Ese alguien con quién hablaba le estaba comentando algo de una fiesta de sus bebés. Estaba a punto de entrar para esperar que terminara su llamada pero escuché decir un nombre que me heló lo sangre, me hizo tragar saliva y que mi cabeza empezará a doler.

—Aitana, estoy feliz esos bebés estarán hermosos, igual que tú y su papá —El reía por lo que le contestaba ella.

—¿¡QUE MIERDA ACABAS DECIR SAMUEL!? —Perdí los estribos y entre gritando a su cubículo.

El no dijo nada solo corto la llamada, e hizo el teléfono a un lado en su escritorio.

—¿De qué estás hablando? —pregunto, lo más tranquilo posible, y aclarando que no tenía la menor idea de que estaba hablando yo.

—Escuche toda tu conversación, no mientas —El reía aunque era más una risa nerviosa.

—¿Quién diablos, te dio permiso de escuchar las conversaciones de los demás? —dijo fingiendo enojo y llevando sus manos cruzadas en su pecho. Yo a este punto ya me estaba irritando.

—Me dirás ahora, si no quieres que te golpee, no estoy jugando —Estoy más enfadado que nunca.

—Está bien te lo diré —Suspiro y se sentó en la silla giratoria de su escritorio —. Pero prométeme que no harás una locura —Solté todo el aire de mis pulmones y asentí.

—Aitana está embarazada —Mi mente en blanco y no pude decir nada —. Serán mellizos —En su cara se dibujó una gran sonrisa. Una vez mi mente de despejó y pude articular palabras.

Le hice la pregunta más estúpida de toda la existencia.

—¿De quién son los bebés? —Su sonrisa se borró de su cara e hizo muecas de enojo —. Son de Josué verdad —Más que una pregunta sentía que era una afirmación, mi mirada se lleno de irá y en mis venas corrían cólera y desesperación.

—¿Eres un estúpido? —Fue lo único que me dijo. Relaje un poco toda la irá que tenía retenida.

—Ella debe de estar feliz, por fin pudo superar el falso amor que me tenía ¿verdad?

Él se levantó de su silla hasta donde yo estaba y me soltó una cachetada.

—Son tus hijos idiota —Mis piernas comenzaron a temblar y me derrumbe de rodillas en el suelo y mis lágrimas se hicieron presentes, como era posible que había dos seres de mi sangre, dentro de ella y yo no tenía la menor idea. Sam me dio unas palmadas en mi espalda.

—¿Mios? —pregunte o me dije a mi mismo, ya no se.

—Ya tiene 35 semanas y están bien en 3 semanas le harán una cesaría —me comento haciendo que me tranquilizara un poco. Pero mi sorpresa no me dejaba prestarle atención del todo.

—Me tengo que ir —Me levanté del suelo y salí del cubículo, para salir después del hospital sin mirar a atrás.

Tomé mi auto, ignorando todas las llamadas que entraban a mi celular. Me dirigí a casa pensando solo en regresar a México.



AITANA

36 semanas de gestión, un novio maravilloso, unos mellizos perfectamente sanos. Todo lo que necesito está perfecto.

Mi ultrasonido reveló a dos perfectos bebés una niña y un niño. Están sanos, fuertes, ambos son tranquilos. Y se están desarrollando. Lo único malo de todo esto es ya no caben y me han programado una cesaría en 2 semanas más.

Hace un mes mi hermana y Camila empezaron a organizar un baby-shower, que es en aproximadamente 3 horas.

Invite a la mamá de Edwin después de explicarle todo lo pasado. Ella se veía molesta pero no conmigo, si no con su hijo, le expliqué que él no sabía del embarazo y que yo era la culpable de todo, pero ella de todos modos se enojó. Dijo que yo soy su esposa y no debió haberme a abandonado.

«Ella es muy conservadora.»

Pero yo sé que la única culpable de todo lo paso soy yo, mis mentiras, mis engaños, mi silencio. Todos los días he querido hablar con él, para poder pedirle perdón, decirle que será padre, sé que él será Feliz, pero aún no estoy lista.

—¿Nena estás lista?—Entro mi hermana a mi habitación.

—Sí, pero tengo un problema.- Ella me miraba dudosa. —Estos niños me está lastimando me duele mucho, me duele a bajo del ombligo —Le hice saber. Reí un poco; le hice saber, que no había nada de qué preocuparse que solo me tardaría un poco más en bajar. —Voy enseguida.- Suspire un poco calmando la molestia de mi útero.

—No tardes, ya llegó tu suegra... Perdón la mamá de Edwin.

—De verdad, por qué no me dijiste desde un principio —Tomé su mano y camine junto con ella para que me pudiera ayudar a bajar las escaleras pero mis ojos se fijaron a los ojos de mi novio, que al verme subió las escaleras y extendió su mano para ayudarme él a bajar. Ya que no podía bajar ni una escalera sola ya que mi estómago no me deja ver las escaleras. De hecho no puedo ver ni mis pies.

—Esta gigante, amor —Me hizo saber Caleb.

—¿Enserio? Ni me había dado cuenta —dije sarcásticamente y reí.

Una vez llegamos a el último escalón ya había unas cuantas personas, me entraron los regalos y me elogiaron. Yo agradecía por su asistencia, y les decía que desfrutaran la pequeña fiesta.

Mis ojos visualizaron a la mamá de Edwin, camine a hacía ella y me extendió una caja enorme de regalo que tenía había dejado en el sillón.

—Gracias señora —La abrace tiernamente y le deposite un beso en su mejilla. Ella sonrió y en ese momento me di cuenta que tenía la misma sonrisa de Edwin, que al sonreír entrecerraba sus ojos y sus pómulos se hacían más prominentes. Esa sonrisa que siempre me volvió loca y me hacía extrañarlo desesperadamente.

—¿Cómo están mis pequeños —preguntó ella.

—Están inquietos, de hecho toda la mañana me dolió mucho aquí —Le dije señalando mi hipogastrio.

HIPOGASTRIO: Parte inferior del abdomen.

—Nena pues ahorita trata de no estar parada y te diría que descanses pero creo que sería imposible —Se hizo presente una linda sonrisa más de su parte —Es normal los últimos días —Asenti.

—Tiene razón no puedo hoy, por lo menos por ahora —le sonreí le di un apretón de manos —Si me disculpa me retiro en un rato más, platicamos un rato ¿le párese? —Ella asintió y tomo asiento en el sillón.

La fiesta estaba por comenzar, mi hermana estaba preparando los famosos juegos de baby shower pero se escuchó el timbre de la puerta, todo el mundo estaba ocupado por lo que salí yo.

Una vez abrí la puerta vi a la persona que menos esperaba ver.

Mis ojos se abrieron tal plato, mis manos sudaban, mi corazón latía demasiado rápido y si empecé con el dolor de nuevo pero está vez más intenso en mi útero.

Y pocos segundos después había perdido la conciencia.

GRACIAS POR LEER, UN ABRAZO.

UN CAPITULO PEQUEÑO ESPERO LES AGRADE.

 HOY EN LA TARDE HABRÁ CAPITULO NUEVO Y MAÑANA UN PEQUEÑO MARATÓN. 

TU JUEGO FAVORITO. «HISTORIA COMPLETA»Where stories live. Discover now