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En la mañana, los ocho chicos se encontraban en la sala de juntas que tenían en la comisaría. Nadie hablaba, no después de la supuesta pista que encontraron en el video, no creían que eso fuera verdad, San murió hace cuatro años y era imposible que él fuera el mafioso.

- Tal vez, fue una coincidencia. - Rompió el silencio Hongjoong.

- Exacto, alguien por ahí pudo haber escuchado eso y lo copio. - Concordó Yeosang.

- Pero eso fue hace cuatro años, no creo que, si alguien lo escuchó, se haya acordado del nombre específico. - Trato de recapacitar Seonghwa.

Justo cuando Wooyoung iba a contestar, el jefe entra a la sala, con una gran carpeta en su mano. Su mirada demuestra compasión, algo que extraña a todos los presentes.

- Algunos espías que hemos enviado, han registrado imágenes de "Satán", en un centro comercial y esta vez, no llevaba antifaz.

Se acercó a la mesa y dejó la carpeta en la mesa, nadie quería tomarla hasta que el jefe saliera de la sala, en eso entro Hoseok y se acercó a los chicos. El jefe se voltea, coloca una mano en el hombro de Wooyoung y lo mira.

- Lo siento. - Dicho esto se retira, dejando a los chicos con un sabor amargo en la boca.

Todos miraron la carpeta y luego se miraron entre ellos, decidiendo quien tomaría la carpeta. Jackson aburrido de todo ese asunto, agarra la carpeta y la abre, poniéndose pálido inmediatamente.

- E-Esto no esta pa-pasando. - Coloca la carpeta con una de las imágenes en la mesa y todos se acercan.

- Oh mierda. - Hongjoong se aleja de la mesa.

- Es imposible. - Yeosang comenzaba a entrar en crisis, por lo que Jongho lo acercó a una ventana para que tomara aire.

Los demás se quedaron congelados, excepto Wooyoung que sin darse cuenta comenzó a llorar. Esas imágenes, según las fechas, eran demasiado recientes. Por una parte, todos se alegraban de saber que él estaba vivo, pero por otro lado se entristecían de saber que tenían que atraparlo.

- Iremos por ti, Choi San. - Susurro Wooyoung antes de salir de la sala.

[...]

El chico se encontraba atado en una silla, recibiendo un golpe tras otro, su rostro se encontraba repleto de moretones, cortes, heridas y sangre. Pero, aun así, el pelinegro sonreía divertido. No creía que la gente fuera tan estúpida a la hora de acabar con un rival.

- ¿Por qué sonríes imbécil? - Escupió uno de los hombres.

- Me acordé de algo. - El pelinegro volvió a sonreír.

- ¿De qué? - Hizo una seña a los otros hombres y estos dejaron de golpearlo.

- De cuando me acosté con tu hermana. - Rio al ver que la cara del hombre, se encontraba completamente rojo debido al enojo.

- Maldito imbécil. - Cuando iban a volver a golpearlo, sonó un tono de llamada.

Uno de los hombres se acercó a la pequeña mesita donde se encontraban algunos objetos, entre ellos un teléfono perteneciente al pelinegro. Atendió la llamada, mientras los demás solo miraban al chico atado.

- ¿Diga?

- Necesito hablar con "Satán", por favor - El hombre extrañado, se dirige hacia los demás.

- Jefe, es para él. - Apunta hacia el chico amarrado en la silla.

El hombre toma el teléfono y se acerca a San. Coloca el teléfono en el oído del pelinegro y se aleja un poco.

- ¿Se puede saber por qué llamas a esta hora?, estoy algo ocupado en estos momentos.

- Encontramos al oficial a cargo de tu caso. - San suspiro.

- Bien, dame unos minutos. - Le hizo una seña al hombre, indicando que se acercara, cuando este lo hizo San entró en acción.

Golpeó al hombre con su cabeza, provocando que este cayera al suelo, debido a que su nariz se rompió por el fuerte golpe. Los otros hombres, se acercaron dispuestos a golpearlo, pero este fue más rápido, que aun amarrado a la silla, fue capaz de levantarse y golpear a uno de los hombres.

Al otro lado de la llamada, Choi Siwon escuchaba todos y cada uno de los quejidos de los hombres siendo golpeados. Como había dicho San, estaba esperando a que el pelinegro terminará con su "trabajo".

Cuando San término de golpear a los hombres hasta dejarlos inconscientes, se acercó a la mesa y agarró un cuchillo, cortando la soga. Camino hacia donde estaba el teléfono y lo tomo.

- Ahora sí, dime. - Comenzó a caminar hacia la salida del lugar.

- Su nombre es Jung Wooyoung. - San se detuvo en seco.

Su respiración se aceleró, su cuerpo se encontraba completamente rígido, su cabeza comenzaba a dar vueltas. Sintió unas enormes ganas de vomitar, por lo que salió corriendo fuera del lugar y se acercó a uno de los arbustos cercanos, botando todo.

- ¿San?, ¿Estás ahí? - Se escuchaba del otro lado, pero el pelinegro no era capaz de concentrarse.

- Ven a buscarme, sabes donde estoy. - Corto la llamada.

𝐖𝐡𝐨 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora