Epílogo

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Disclaimer:
Bungō Stray Dogs|文豪ストレイドッグス
y sus personajes, son propiedad intelectual de Kafka Asagiri, ilustrado por Sango Harukawa.

Géneros:
| Comedia | Sobrenatural | AU |
| Fantasía | Bromance | Angst |


ᅠᅠᅠEl frío calaba hasta los huesos y no había sonido alguno más allá de su propia respiración, misma que se eacuchaba como una melodía lejana y amortiguada

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El frío calaba hasta los huesos y no había sonido alguno más allá de su propia respiración, misma que se eacuchaba como una melodía lejana y amortiguada. Percibía que estaba en un espacio en blanco, sin principio ni fin, no había forma de distinguir con claridad un arriba u abajo, un adelante o detrás, izquierda o derecha, como si fuera completamente inútil y ridícula la mera existencia del sentido natural de las cosas. Como un nada absoluto.

"¿Dónde estoy?" Se preguntó, sus ojos avellanas entrecerrados, mirando a ese lastimante esplendor, demasiado claro y puro para su oscura existencia.

"¿Morí? ¿Estoy en el cielo?" Su entrecejo fruncido, su mirada buscando sus propios brazos; sus vendas no estaban, sus brazos cubiertos por una camisa de mangas largas y holgadas, blanca igual que todo en ese lugar. Hizo un gesto de levantarse, porque sentía que estaba acostado, como si flotase en el aire. Por extraño que fuere, sintió como si su cuerpo no cambiara de posición, sino más bien como si el ambiente hubiera girado en su propio eje imaginario y estuviese ahora él en vertical. Sus pantalones también eran blancos, de una tela ligera. Sus pies descalzos, y por más que se palpó, no encontró una sola venda bajo sus ropas; se sintió expuesto.

"Pero no puedo estar en el cielo, no me lo merezco... O tal vez, nunca existió un cielo y un infierno después de la muerte... Solo la eterna nada..." Pensó.



―No estás muerto, aún ―resonó una voz. Dazai giró sobre sí mismo buscando su origen, sin dar con él a ciencia cierta.

―¿Quién eres? ¿Dónde estás? ―preguntó al aire, la gran nada manchada de un blanco eterno le siguió recibiendo con sus brazos abiertos.

―Incluso has podido olvidar mi voz, sin embargo, te mueves como si ya supieras la respuesta, Osamu ―recibió en cambio esas palabras, la voz, cada vez más clara y cercana, se volvió a pronunciar―. No, más bien ya conoces la respuesta, no serías un bastardo genio sino.

―¿Chūya? ―dudó. Alzó la mirada, por así decirlo, para encontrar al pelirrojo en el mismo estado, flotante, perpendicularmente invertido a él, completamente de blanco inmaculado, sus ojos más brillantes que nunca en ese azul cobalto que los caracteriza y su cabello resplandeciente, con un aspecto sedoso y suave. Osamu se permitió sonreír embobado, incapaz de esconder nada, como si hubiera olvidado cómo hacerlo―. Eres aún más hermoso de lo que recordaba.

―Quisiera seguir conversando contigo, pero no hay suficiente tiempo. Debes despertar ahora, Osamu.

―¿Qué? No, yo estoy muerto, por eso estoy aquí, ¿no? ―pero rememoró sus palabras, Chūya dijo que no estaba muerto, no "aún", pero él sí que quería estarlo, quería quedarse ahí con él―. No quiero, Chūya. Déjame estar aquí contigo, no me lo niegues...

𝙐𝙧' 𝙂𝙝𝙤𝙨𝙩 «𝘚𝘰𝘶𝘬𝘰𝘬𝘶»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora