XXXII

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Llevamos menos de 1 hora aquí y no me quería ver sin glamour y pedir comida, el camino había sido algo tardado y mi vientre de una posible embarazada no soportaba hambres

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Llevamos menos de 1 hora aquí y no me quería ver sin glamour y pedir comida, el camino había sido algo tardado y mi vientre de una posible embarazada no soportaba hambres.

-Ovidio.—Susurre tratando de llamar su atención, solo rogaba por que no me ignorara después de lo sucedido.— Ovidio te estoy hablando.—

Ovidio se giró al instante y me miro fijamente.—¿Que pasó?.—

-Tengo hambre.—Dije apenada, rogando por que el pudiera ayudarme a conseguir algún platillo.—

-Iva...-

-¡Cállate!.—Lo interrumpí.—Que no ves que no quiero que sepan que tengo hambre.—

-Me imagino.—Se carcajeó levemente.—Porque ya se te está notando la panza ¿verdad? , ya bájale mija.—En cuanto Ovidio dijo eso abrí mis ojos como platos, ¿realmente mi vientre estaba creciendo por el embarazo o por sobrepeso?.—

-Si no me vas a ayudar ¡dímelo de una ves!.—Dije ya agotada, el hambre me pone de mal humor ¡siempre!.—

-Pues no soy tu chacho a si que puedes ir a la cocina, ve por este pasillo y ahí a lo mejor hay machaca o algo. Búscale.—Ovidio se giró nuevamente dándome la espalda y bufé poniéndome de pie.—

Sin mas decir, espere a que nadie me viera y estuvieran concentrados en las pláticas de los caballos de pura sangre que tenían, y me encamine por el pasillo. Bastaron unos cuantos pasos para llegar a la cocina.

Tal como lo había dicho Ovidio, aquí podía encontrar algo, y si. Había un poco de machaca ya hecha con queso fresco y los exquisitos frijoles, aliviada y victoriosamente camine hasta donde estaba los platos.

Tropecé con algo, lo cual parecía ser un gato o un perro, ya que pude sentir que era algo vivo, un poco cómico pero cierto.

-Mierda.—Susurre para mi misma mientras trataba de ponerme de pie, en cuanto lo logre me giré para ver lo cual ocasionó la caída y me lleve una gran sorpresa con temor. Era un pequeño león..— ¡Ahhh!

Dramatice mucho la escena causando alarmar a los demás, pues estos llegaron al instante al área de la cocina mirándome preocupados.

-¿¡Que hace un león aquí!?

-No mames Michelle, relájate. Es el león de Iván.—Dijo Vicente contendiendo la risa.—

-Este cabron le eh dicho mil veces que no lo deje en la pasada.—Dijo una señora entre dientes.— ¡¡Iván!!

Bastaron unos cuantos segundos para que Iván se apareciera con el semblante preocupado.

•𝐌𝐢 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨 • (𝙄𝙫𝙖𝙣 𝘼𝙧𝙘𝙝𝙞𝙫𝙖𝙡𝙙𝙤 𝙂𝙪𝙯𝙢𝙖𝙣) *PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora