Capítulo 25 - Final

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Mis días en el hospital habían sido eternos, aún así seguía preocupado por Erick, su madre prefería mantener una cierta distancia entre ambos, en parte comprendía ya que necesitaba estar tranquilo, el choque había dejado un grave traumatismo torácico que necesitaba de cuidados.

Mi cuerpo tenía algunas marcas que con el tiempo desaparecerían, pero el vivo recuerdo de aquello siempre quedaría en ambos.

- Pensé que no vendrías - dijo al verme.

- No iba a hacerlo, solo vine porque mencionaste a Erick.

- Siéntate - pidió.

Alex había estado insistente en verme, claramente no era agradable de mi parte hacerlo pero se escuchaba extraño.

- ¿Y bien?

- Necesito que me perdones - pidió llorando.

- ¿Acaso te mandaron mis padres?

- ¡No! Te juro que es verdad, Christopher, lo siento mucho. Y-Yo...no quería que pase esto, nunca quise ponerlos en peligro.

- Pero lo hiciste, Erick sigue recibiendo atención médica, pudo morir - reclamé.

- Lo sé.

- No, no lo sabes. ¿Sabes lo que es para mi no poder verlo? - pregunté quebrado.

- Perdón - pidió tomando mi mano.

- Me están cagando la vida, debería estar disfrutando de mi juventud, de mi relación y mírame, ni siquiera sé que será de mi por culpa de ustedes.

- ¡Estaba presionado!

- ¿Y yo no? Déjenme tranquilo.

- Lo haré, te lo juro pero necesito que me perdonen, la culpa me está consumiendo - rogó.

- Debiste pensarlo antes, de una forma Erick te quería y sí cometimos el estúpido error de estar juntos pero ni siquiera fuiste capaz de calmar las cosas, siempre estabas en su contra.

- Yo a Erick lo quiero.

- Entonces demuéstraselo alejándote y no soy quien para decírtelo pero estoy seguro que esto no te lo va a perdonar nunca...y yo tampoco.

Me levanté con unas inmensas ganas de llorar, no por él, sino por todos los recuerdos pasados en donde era feliz con tan solo tener a mi novio cerca y bien.

Saqué el celular al sentir el tono de llamada, mi abuela estaba en contacto conmigo gran parte de los días, sabía que en su interior había un miedo llevado a que vuelva intentar un suicidio.

- ¿Hijo en dónde estás?

- Estoy en camino a la casa.

- Christopher tienes que venir a la clínica ya - dijo agitada.

- ¿Qué pasó? Ay no...

Finalicé la llamada buscando algún transporte que me llevara hasta mi próxima parada, sin quererlo lloraba y lloraba sin parar.

Al llegar comencé una carrera por los pasillos que provocaba el mirar de todos, era lo que menos me importaba, solo quería saber que pasaba.

- Tranquilo, Christopher respira - pidió mi abuela.

- ...dime que no, abuela - pedí.

- Está bien, está despierto.

Cerré mis ojos aliviado, era tanta la presión y la angustia que en mi mente siempre rondaba la opción de que no saliera de aquí.

- Quiere verte - escuché.

- Señora.

- Solo permiten visitas cortas, no voy a impedir que pases.

- Le juro que yo no quiero hacerle daño, yo amo a su hijo.

- Solo fue un momento de rabia, a ninguna madre le gusta ver a su hijo mal, lo siento Christopher - pidió.

Asentí entendiendo su postura, quizás no era papá pero algún día podría entender su actuar.

Hicieron registro de mi entrada, debía seguir los protocolos correspondientes, estaba nervioso, eran muchos días sin verlo.

- Debe estar tranquilo, si lo ves agitado intenta calmarlo, apenas está empezando a recuperarse - pidió el médico.

- Está bien, muchas gracias.

- En quince minutos vengo por ti.

Ingresé viendo como no estaba completamente recostado, la mascarilla de oxígeno sería el gran impedimento para sentir sus labios nuevamente.

- Ay Erick - dije al ver los golpes en su cara.

- ¿Qué haces ahí? - preguntó poco audible.

Me acerqué tomando suavemente su mano, pude notar que el anillo seguía en él, fue una sensación extraña.

- Te amo, ya pronto saldrás de aquí.

- Te extrañé mucho.

- Imagínate yo.

- Perdón...y-yo no quería chocar - soltó llorando.

- No, Erick tranquilo, amor yo lo sé, no fue culpa de ninguno - tranquilicé.

- Yo iba conduciendo.

- Mi amor, tienes que estar tranquilo por favor, ambos sabemos quienes tienen la culpa pero se acabó, ya no más - dije decidido.

Acarició mi mejilla en lo que secaba sus lágrimas, verlo despierto y bien en lo que era la gravedad de su situación, era un alivio.

- Me siento...

- ¿Mal? ¿Llamo al doctor? - interrumpí.

- Iba a decir feliz - rió débil.

- Te abrazaría pero no quiero hacerte daño.

- Es horrible respirar con esto, quiero un beso.

- No puedes quitártelo, saliendo de aquí te daré todos lo besos del mundo, hasta que te aburras de mi - reí.

- ¿Nos casaremos?

- Claro que sí, tenemos muchas cosas que hacer pero necesito que te recuperes - pedí.

- Lo haré.

Estaba dispuesto a todo, ya no iba a permitir más daños en contra nuestra, Erick era mi novio y me correspondía defender su imagen como tal.

- Te vendré a ver todos los días, mi abuela ha estado muy pendiente de ti.

- Qué linda, agradécele.

- No debería decirte esto pero Alex me pidió perdón.

- ¿Lo perdonaste?

- No, no puedo y sé que está mal sentir odio pero no me puedo engañar, no lo quiero perdonar - dije sincero.

- Lo voy a matar.

- No digas eso ni en broma, que el tiempo se encargue de él, nosotros enfoquemos nuestras vidas en un futuro, en nuestra relación...en una familia quizás - agregué.

- Te aprovechas maldito - rió.

- Hemos pasado por tanto que ya nos toca ser felices, crecer, dejar todo atrás.

- Que sea un triste recuerdo y desde hoy, que sea un futuro "y vivieron felices por siempre".

Sentí mucho valor en sus palabras, claramente ambos queríamos olvidar lo malo del último tiempo, sería un trabajo constante, era de suponer que tan fácilmente no nos dejarían tranquilos pero al menos ahora tenía la fortaleza para imponerme, para ser feliz y ver solo por mi vida junto a él.

Triste Recuerdo - ChriserickWhere stories live. Discover now