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P A S A D O

—Dai ¿cuántas veces tengo que decirte que no es de esa forma? —exclamó con fastidio su tutor— Mira al punto, con las manos firmes

Dai suspiro con pesadez, mirando el punto rojo dónde su tiro debía llegar, le dolían los brazos, había practicado toda la mañana, soportando al pelimorado en sus cambios de humor. Disparo tres veces, de las tres, todas fueron al mismo punto.

—¡Excelente, esa es mi chica! —exclamó con una sonrisa, mientras Dai sonreía satisfecha y su padre le recibía en un cálido abrazo— Bien, ve a descansar, nos vemos en un rato

Dai asintió, dejando el equipo, mientras Mephisto salía con otro exorcista de cabello blanquecino, hablando sobre el entrenamiento de un chico al que entrenaba. Dai escuchó unos sollozos venir de otra cabina vecina y se acercó curiosa. Encontró a un chico hecho un ovillo, llorando con los brazos cruzados. Suspiro y se debatió entré ir o no.

—Me arrepentiré si no lo hago —susurro para si misma, mientras sacaba con un par de pañuelos con los que cargaba y se aproximaba al chico— Hey, uh, es..te... ¿estás bien?

El chico alzó la mirada, mientras la miraba con una mirada apenada y sorprendida. Dai atino a extenderle los pañuelos, aquellos ojos azules le habían enviado a un trance, le habían removido algo, dejándola desconcertada.

—Ah ¿dónde están tus modales, Dai? —exclamo golpeando su rostro— Soy Dai, ¿y tú?

—Oh, Yukio

—Es un lindo nombre, aunque prefería llamarte el chico de los ojos lindos —habló poniéndose a su altura, sentándose frente a él

Ambos tenían las mejillas sonrosadas, mientras se evitaban ver a los ojos.

—¿Por qué llorabas? —preguntó Dai

—No es nada

—¿Cuándo "nada" te hace llorar? —cuestiono con seguridad, sin quitar sus ojos de Yukio

—Sólo...

—¿Tuviste un mal día practicando?

—Algo así, realmente no es nada

—No tienes porqué apenarte, puedo ayudarte, no soy muy buena, pero de algo servirá

Dai se puso de pie en un ligero salto, mientras extendía su mano para ayudar a Yukio. Dai le dio indicaciones a Yukio para que se pusiera en posición, mientras se ponía detrás de él y le sostenía las manos.

—Relájate chico de los ojos bonitos, —susurro Dai en su oído— concentra tu objetivo, visualízalo, apunta, mantén las manos firmes, no titubees y dispara

Yukio miro al frente, siguiendo lo que Dai decía, dando dos tiros en el mismo punto.

—Eres muy bueno —dijo Dai con una sonrisa— no entiendo por qué llorabas, lo haces muy bien

—Bueno, a mi padre no le parece eso

—Entonces tu padre es un idiota —dijo Dai con arrogancia, Yukio la miro serio. —Lo digo en serio, muchas veces lo que nuestros padres dicen no es del todo cierto, ánimo Yukio. Es un placer conocerte, chico de los ojos lindos, ¡adiós!

—Adiós Dai

Dai le sonrió de vuelta y salió de aquel salón de práctica encontrando a su padre cruzado de brazos.

—Tardaste en salir —exclamo el demonio pelimorado, cuando vio salir a la chica

—Un poco, estaba hablando con un chico

ʙʟᴜᴇ ғʟᴀᴍᴇs | ʏᴜᴋɪᴏ ᴏᴋᴜᴍᴜʀᴀ [FINALIZADA]Where stories live. Discover now