Bandas (Given)

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Algún día, Yuki me enseñará a tocar guitarra, tengo las ilusiones de que será así. Aún no lo hablé con él ni nada, no he querido molestarlo ya que anda siempre muy ocupado, pero sé que me enseñará.

Será algo divertido aprender a tocar un instrumento, además, así yo no dependería simplemente del canto.

Me encontraba caminando al estudio para ensayar, iba sumergido en mis pensamientos recordando los planes que tengo para este día. Miré el azulado cielo, aún era temprano.

De pronto, bajé la mirada para fijarla en el camino, curiosamente mi vista se enfocó en un chico en específico que iba en dirección opuesta a la que yo iba, y él estaba en la otra acera.

El chico se veía algo rudo y contemporáneo conmigo, tiene el ceño fruncido, pero lo más me llamó la atención fue que llevaba una guitarra dentro de su funda. Puedo suponer que tiene una banda o algo así...

Extrañamente no pude apartar mi mirada de él, mi boca estaba entreabierta mientras detallaba un poco más sus rasgos. Sin embargo, dejé de mirarlo cuando dos chicos se acercaron a él, uno de ellos tenía el cabello largo y era de un color dorado mientras que el otro era rubio y tenía un piercing en el labio.

Le resté importancia a esas personas y seguí mi camino con suma calma y en silencio

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Luego de un arduo ensayo de la banda, Yuki y yo decidimos salir a comprar algo para merendar mientras Shizu y Hiiragi se quedaban ensayando un poco más.

Habíamos pasado la tarde ensayando, el cielo ya estaba oscuro y soplaba una fría brisa.

—¿Qué tal tu día, Mafuyu?—me preguntó Yuki decidiendo romper el tranquilo silencio. Caminábamos lado a lado en la acera.

—Lo normal... supongo.— Fue mi vaga respuesta, Yuki sonrió tranquilo— ¿Y tú?.

—Me fue bien—respondió sin dejar de mirarme, le dediqué una sonrisa y luego seguimos caminando en silencio.

Habíamos acordado ir a un supermercado no muy lejos del estudio. Al llegar, entramos.

Habían ciertas personas pagando frente a la caja, mientras que otras recorrían los pasillos con sus carritos de compras. Yuki y yo fuimos directamente a buscar las cajas con galletas que solemos comprar juntos con algunos otros dulces que se nos antojen.

Cuando conseguimos varias cosas sin salirnos del presupuesto, fuimos a pagar a la caja.

Tal vez sea casualidad o el destino o alguna de esas cosas, pero resulta y acontece que nos atendió el chico gruñón de cabello oscuro que yo había visto mientras me dirigía al ensayo. Él ahora usaba un uniforme con el logo de la tienda.

Al verlo, una extraña curiosidad nació en mí. El chico se mostraba indiferente, pero igual me llenaba de intriga cada vez que lo miraba.

—¿Como te llamas?.— Terminé preguntándole al chico, quien solo se mostró confundido ante mis repentinas palabras.

Yuki también me miró extrañado, incluso yo mismo me sorprendí de mi pregunta. Teniendo en cuenta mi actitud introvertida, es bastante raro que me interese el nombre del chico que simplemente debía cobrarnos por lo que compraríamos.

—¿Mi nombre?—cuestionó sorprendido y haciendo una mueca. Luego pareció pensar unos segundos en si presentarse o no—. Bueno... soy Uenoyama Ritsuka.

Saber su nombre tuvo un efecto desconocido en mí, ni siquiera podía mantener mi cordura. Quería seguir con el tema, recordé que él antes tenía una guitarra.