Taehyung llegó a casa con el ceño fruncido, no era tonto; sabía perfectamente lo que Jimin tramaba. Sin embargo, también conocía su punto débil: su extrema sensibilidad y eso, en manos de alguien como él, podía ser una ventaja.
Apenas cruzó la puerta, agradeció al conductor y saludó con cortesía a los empleados de la mansión. Al entrar a la sala, encontró a su madre acompañada por su primo, quien lo recibió con una sonrisa tan inocente que casi resultaba insultante. Taehyung le devolvió la sonrisa, aunque por dentro ardía de ganas de estrellarle el puño en la cara por lo ocurrido la última vez.
—Minnie. —se acercó con tono neutral. —¿Qué te trae por aquí?
—Dijo que hacía mucho que no jugaban videojuegos. —intervino su madre con una sonrisa.
—Es cierto, tía. —añadió Jimin, mirando a Taehyung con sus ojos brillando de falsa dulzura. —Además, tenemos una partida pendiente.
—Entonces será mejor comenzarla. —respondió el castaño, mirándolo fijamente. —Que gane el mejor.
Ambos se dirigieron a la habitación de Taehyung, una vez dentro, él cerró la puerta con calma. Jimin ya se había sentado sobre la cama, observándolo con atención.
—¿Qué se siente ser la puta de alguien? —disparó Taehyung sin rodeos. —Seguro que hasta lo disfrutaste.
—No sabes nada. —replicó Jimin con voz baja, pero firme. —Además, no eres tan diferente de Yoongi.
—Te equivocas. —dijo Taehyung, clavando su mirada en la del pelinegro. —Porque cuando quiero algo, lo consigo y si deja de interesarme... simplemente lo desecho.
—Supongo que eso es lo que le espera a Jungkook. —comentó Jimin con indiferencia, estirándose con pereza.
—No, Jungkook tendrá un destino distinto. —contestó mientras se acercaba a él. —Y tú no vas a interferir en mis planes.
Sin previo aviso, Jimin lo jaló, haciéndolo caer sobre él, en un movimiento ágil, lo giró hasta quedar encima de él. Sus rostros quedaron tan cerca que podían sentir la respiración del otro mezclarse.
—Eso lo veremos, primo. —susurró Jimin, rozando sus labios con los de Taehyung. —Así como Yoongi cayó ante mí... Jungkook también podría.
—Jungkook está enamorado de mí. —murmuró Taehyung, deslizando una mano por la cintura del otro. —Pero no te preocupes... yo también tengo mis propios métodos.
Sus miradas se cruzaron por unos segundos antes de fundirse en un beso lento, cargado de emociones contradictorias. Taehyung sonrió al separarse, aun con los labios rozando los del pelinegro, quien le devolvió la sonrisa con un brillo peculiar en los ojos.
—Creo que es hora de que tengas un pequeño retoque. —dijo Jimin con una voz suave, sacando de su bolsillo unas tijeras... las mismas que usó aquella noche, cuando asesinó a su hermano.
Pero Taehyung reaccionó en un abrir y cerrar de ojos. Lo inmovilizó debajo de él, atrapando ambas muñecas con fuerza, aplicando una presión que hizo que Jimin se quejara.
—¿Vas a matarme? —se burló el castaño, sus labios peligrosamente cerca de los suyos.
—Tal vez... —Jimin apretó los dientes por el dolor.
—Ay, Jimin... no tienes idea de lo que soy capaz de hacer. —susurró Taehyung al oído, con una sonrisa que helaba la sangre.
—Yoongi tenía razón... eres un maldito enfermo. —espetó Jimin, con rabia en los ojos.
—Tenía toda la razón. —dijo el castaño mientras tomaba las tijeras y las deslizaba lentamente por el rostro de Jimin. —Siempre quise ver cómo se vería tu sangre corriendo por tus piernas mientras gritas mi nombre... suplicando que me detenga.

KAMU SEDANG MEMBACA
Black swan [V.K] [#1][PRÓXIMAMENTE]
Fiksi PenggemarLo único que deseo en este momento es volver a tocar tu suave y delicada piel, sentir el sabor de tu sangre en mis papilas gustativas, escuchar tus gritos como una de las grandes melodías que el mundo jamás se atrevió a escuchar , poder ser él único...