Ni dos días

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*Narra Bruno*

Quedaban menos de 24 horas para la gran actuación de ballet, esa que me había traído por el camino de la amargura. Había estado ensayando más que nunca, probablemente había pasado más horas en la academia que en casa. Llegaba cada día exhausto y apenas pegaba ojo pensando en la próxima clase. Estaba muy nervioso, cada vez quedaba menos para el gran día. En aquellos momentos necesitaba a alguien que me tranquilizara, que me dijese que no tenía de que preocuparme porque todo iba a salir bien, pero ese alguien no estaba.

Llevaba ya un par de días sin saber nada de Pol. Miraba constantemente el móvil con la esperanza de encontrar un mensaje suyo, pero nunca había suerte. Antes hablábamos a todas horas y ahora era como que me faltaba algo. El ballet me ayudaba a no pensar tanto en él, pero había momentos en los que me sentía como una mierda. Lo había jodido, preferí hacerle daño a él antes que herir los sentimientos de alguien a quien apenas conozco.

Todavía tenía una conversación pendiente con Marcos y no podía esperar más. Tenía que dejarle las cosas claras, por mucho que me doliese. Que yo no quiera tener nada sexual con él no significa que no podamos ser amigos y eso seguro que lo entiende. No puedo dejarme llevar tanto por la lástima, si no todo el mundo hará lo que quiera conmigo.

En un arrebato de valentía agarré el móvil y le escribí un mensaje: ¿Puedes quedar en media hora en el parque de enfrente de la academia? La respuesta no tardó ni dos minutos en llegar: Allí estaré. Me vestí rápidamente y me dirigí a la calle, donde cogí un taxi. Durante el trayecto ensayé una conversación imaginaria de lo que iba a decirle, en mi mente todo parecía estar muy claro y ordenado.

Cundo llegué ya se encontraba sentado en un banco, con las piernas cruzadas y el móvil en la mano, respiré profundamente antes de dirigirme a él. Nos saludamos con un abrazo y me senté a su lado.

- ¿Qué? -sonrió. - ¿Nervioso por mañana?
- La verdad es que si. Espero poder dormir aunque sea un poco esta noche.-contesté
- Ya verás como luego no es para tanto. Hemos ensayado mucho, va a salir bien.
- ¿Es que tú no estás nervioso?
- Claro que si. Pero intento ser positivo y evito preocuparme tanto por algo que aún no ha pasado.- asentí.

Nos quedamos un rato en silencio, mirando a unos niños que jugaban al balón a pocos metros de nosotros.

- Oye, respecto a lo del otro día... - lo miré a los ojos con expresión triste. - No puede volver a repetirse, tengo novio y lo quiero mucho. Lo siento si en algún momento te he dado a entender que yo también quería algo más contigo, no es así.
- Ya, yo también lo siento. - hizo una pequeña pausa. - Ya sabía que tenías novio y aún así lo hice, después estuve pensando en ello y me sentí fatal. Me dejé llevar por mis sentimientos y me dio igual poder causaros problemas.
- Pero no quiere decir que no podamos ser amigos. Ya te lo dije el otro día, eres especial para mí y no quiero que se vaya todo a la mierda por un beso. - Marcos asintió.

Nos dimos un abrazo, esta vez sin la sorpresa final. Me alegraba que por fin se hubiesen aclarado las cosas y que todo hubiese salido bien.

- Se lo conté a Pol, me sentía mal y culpable. -la expresión de su cara cambió.
- ¿Y qué te dijo?
- Se quedó un poco en shock. Nos hemos dado un tiempo.
- Joder tío, lo siento mucho de verdad. No tenía que haberlo hecho.
- No pasa nada. Al fin y al cabo el que tenía pareja y te devolvió el beso fui yo, es mi culpa.- colocó la mano en mi hombro.
- ¿Y ... estás bien? -suspiré.
- No han pasado ni dos días y ya le echo de menos.

Me acarició la mejilla y me atrajo hacia él, haciendo que mi cabeza descansase en su hombro. Sin casi ser consciente las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas.

We are not friends [Brunol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora