Jung Hoseok cree fervientemente no encajar con las normas de la sociedad, ya que es un joven omega que sueña con ser más que un buen esposo para un alfa.
Quiere demostrar que los omegas también son fuertes, a pesar de tener solo diecisiete años.
E...
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Hoseok ahogó una risita cuando unos labios suavecitos chocaron contra su boca con tan solo poner un pie dentro de la habitación del peliazul y aunque le había tomado por sorpresa tan inesperado gesto no dudó en sostener la nuca de Yoongi para corresponder el beso con gusto.
Su espalda terminó presionada contra la puerta de entrada mientras que Yoongi se pegaba con necesidad a sus labios, algo un poco complicado considerando que era más bajito así que se encontraba sobre la punta de sus pies intentando alcanzar mejor los labios de Hoseok.
Permanecieron regalándose besos hasta que Yoongi fue quien decidió terminar el encuentro, separándose lentamente del cuerpo del pelirrojo con las mejillas ruborizadas, Hoseok no sabía si era por la falta de aire o por la vergüenza.
"Hola de nuevo, Yoongi hyung" saludó el menor con una sonrisa juguetona en los labios.
"Perdón, es solo que-" Yoongi trató de explicarse pero su tartamudeo no ayudaba, suspiro fuertemente y se encogió de hombros. "Simplemente quería besarte ya" terminó diciendo, encogiendo uno de sus hombros mientras mordía su labio inferior.
Hoseok sonrió y sostuvo el rostro del más bajo entre sus manos, volviendo a acercarse a su cuerpo hasta que sus pechos estaban en contacto antes de dejar un pequeño pico sobre el puchero de Yoongi.
"Yo también quería besarle, mucho" confesó tratando de ignorar como sus propias mejillas se sonrojaban.
Yoongi soltó una risita y se separó del cuerpo de Hoseok, no sin antes robarle un último beso, para sentarse sobre su cama y dejar al pelirrojo explorar su pequeña habitación. Hoseok recorrió con la mirada las paredes, sonriendo al ver algunos póster de bandas pegados sobre ellas junto con uno que otro recorte de un osito negro muy chistoso pero adorable. Caminó hasta sentarse al lado de Yoongi en el colchón y mentiría si dijera que no amó como el lugar olía a Yoongi con intensidad, tanta que podía asegurar que su ropa se impregnaría de su olor con tan solo estar allí sentado unos minutos más.
"Así que..." la voz de Yoongi sonó sacándole de sus pensamientos.
Hoseok miró enseguida al mayor, quién apretaba sus manos en sus rodillas y mordía su labio inferior con nerviosismo.
"¿Así que qué?" preguntó curioso y Yoongi bufo abochornado.
"No sé tú pero yo no ando besando e invitando a mi habitación a cualquiera" refunfuño, sus pómulos adquiriendo un tono más intenso de rosado.
"Oh"
Hoseok no supo que decir, sinceramente él no tenía previsto llegar tan lejos. Todas sus fantasías se limitaban a lograr besar a su hyung pero ahora que lo había hecho, ¿qué se suponía que haría?
"Creo que, uh, ¿y si mejor lo dejamos para después?" balbuceo Yoongi luciendo igual de inseguro que él.
"Esta bien, igual yo tampoco sé que decir" admitió avergonzado y escuchó como Yoongi soltaba una risita por lo bajo.
