Now he's back home.

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Se había despertado por la madrugada, no había ningún rastro de Caesar. Solo, en esa habitación y cuando la calentura del momento dejó su cabeza fue capaz de entender la magnitud del error que acababa de cometer.

Dejó caer su cabeza nuevamente en la almohada, ya era demasiado tarde para arrepentirse. Minutos más tarde se levantó, vistiéndose rápidamente salió del lugar ignorando a todas las personas que quedaban ahí.

Tomó un taxi en la entrada, dando las instrucciones para llegar al hotel esperó hasta llegar a la dirección. Mañana regresaría con Suzie, tenía que terminar con esto desde la raíz. Furioso consigo mismo entró a su habitación y tirándose en la cama se quedó dormido.

O al menos eso intentó, pues sus sueños siguieron recordándole el mejor momento de su vida. Frustrado, giró en la cama por el resto de la noche.

Por la mañana se levantó, sabía que debía volver a casa, fingir que nada pasó y volver a ser aquel esposo que Suzie se merecía. Pero no podía.

No pudo.

Durante una semana se planteaba la idea de ir a ver a su esposa y pedirle perdón aunque fuera por pura hipocresía, pero en cuanto la idea llegaba a su mente la imagen de Suzie se deformaba para dar paso a unos ojos verdes esmeralda. La forma femenina se deformaba hasta convertirse en masculina y nuevamente terminaba preso de su obsesión.

Noche tras noche se refugiaba en el Moulin Rouge, donde en aquella habitación roja se perdía a si mismo en las caricias de aquel joven rubio. Dónde bebía ansioso el licor a magnolia de sus labios, y dónde se permitía dar rienda suelta a sus más bajos deseos.

Una semana se convirtió en un mes, donde poco a poco empezó a caer ante los encantos del joven que descubrió era italiano, al igual que Suzie.

—¿Te gustaría acompañarme a París? —Preguntó tranquilamente una noche tras su encuentro, los cientos de dólares gastados no le pesaban y por supuesto que invertir en tener para él solo a Caesar no representaba nada.

De hecho, este viaje sería completamente fuera del negocio. Simplemente quería llevarse lejos al joven, donde no se sintiera como si se estuviera aprovechando de él.

—¿Estás seguro? —El tono de inocencia fingida le causó ternura, ninguno de los dos era un santo y eso solo hacia todo más emocionante.

No era como ninguna de sus relaciones anteriores a su matrimonio, donde tenía que complacer caprichos y irse lento. Caesar le daba todo lo que quisiera porque él pagaba por ello.

Y así fue como consiguió que Caesar le acompañara a París, se encargó de acomodar todos los detalles personalmente. Informó a Mariah que tomaría unas vacaciones, y que pospusiera todas sus citas, sin dar más explicaciones fue la manera en la que huyó como un adolescente enamoradizo.

Pasó por Caesar al Moulin Rouge, conduciendo uno de sus tantos autos de lujo, casi le parecío desconocido sin todas las luces y lentejuelas a su alrededor. Llegaron al hangar del aeropuerto donde su jet ya les esperaba, y sin muchas ceremonias se subieron para partir.

Se abstuvo de hacer la obvia pregunta de si esa era su primera vez en un transporte de ese tipo, Caesar intentaba esconder el asombro en sus ojos pero aún así fallaba en el intento.

—¿Cuántos años tienes Caesar? —Preguntó mientras bebía de su copa de champagne, el joven rubio miraba por la ventanilla del avión.

—Tengo 20, Joseph. —Sus ojos esmeralda le miraron amables, una corta sonrisa en sus labios.

Charlaron de trivialidades durante una parte del vuelo, hasta que una idea atravesó su mente. Una vez había intentado hacerlo con Suzie, pero esta se negó.

Desabrochando su cinturón se movió hasta llegar al asiento de Caesar, quién juntó las cejas en clara confusión. Recargando sus manos en el reposabrazos juntó sus labios antes de susurrar en su oído.

—¿Alguna vez has tenido sexo en un avión? —Se separó lo suficiente para ver las pupilas del más joven dilatarse, su respiración cambió de ritmo a uno más acelerado y así fue como terminaron encerrados en el baño.

Afortunadamente ningún miembro de la tripulación los había escuchado. 

Esa semana fue como una segunda luna de miel, le mostró a Caesar la parte más lujosa de todo. Lo trató como se trata a un príncipe, y ni siquiera podía justificarse bajo un enamoramiento.

Porque no estaba enamorado, solo quería su cuerpo.

A su edad ya no sentía el mismo tipo de amor romántico, él simplemente disfrutaba los placeres que ofrecía la vida.

Regresaron una semana después, cargando maletas llenas de ropa de diseñador y otras baratijas que había comprado. Caesar parecía abrumado entre tanto, pero aún así se dejaba consentir.

—Por favor déjeme en el Moulin Rouge. —Pidió, en sus mejillas un ligero tinte rosado. Asintiendo, condujo por las transitadas calles de Nueva York hasta llegar al característico molino rojo, todo el lugar lucía tan simple sin las luces alrededor.

—Te veré luego, Caesar.— No dijo más y arrancó para conducir a su departamento, era hora de enfrentar a Suzie. Simplemente no podía seguir escapando de ella.

Entró en el departamento a pasos lentos, no sabía si Suzie se encontraba en casa o tendría que esperar a que llegara. Tomando asiento en la sala, notó el periódico en la mesilla.

Curioseando, lo tomó y casi deseó la muerte cuando vio el titular en la primera plana del New York Times.

"¿Homosexual reprimido? El magnate en bienes raíces Joseph Joestar fue visto con un misterioso joven en París. Según testimonios ambos se mostraron bastante afectuosos."

Dejó de leer inmediatamente, era claro que estaba jodido en todos los aspectos.

—•—
Hola, ¿qué tal bandita? ¿Mestrañaron?

Creo que aquí no expliqué la razón por la que las actualizaciones serían más lentas, pero bueno, clases virtuales y todo eso. Además de que me hice super adicta a Facebook y eso me estaba robando muchísimo tiempo, claro ejemplo es que en un día escribí lo que no había hecho en un mes. Meperd0nan?

¿Por qué Caesar no tiene casi diálogos en la historia? En general, esta historia se trata más de la crisis de Joseph y todos los errores que está cometiendo.

También ya hemos llegado a la recta final, unos dos capítulos más y ya nos despedimos de esta historia.

Nos vemos, lxs tqm. ❤️

Lady Marmalade «Josecae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora