*Capítulo 6

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Era cuestión de tiempo para que Kim Namjoon se aferrase a la idea de que estaba siendo prisionero de sus propios pecados. Nadie, absolutamente nadie, puede escapar de su propio pasado. Porque no hay fin que justifique los medios y no hay pasado tan oscuro que desaparezca sin dejar rastro.

Un solo acto, una sola decisión... puede cambiar el curso directo de toda la obra.

Kim Namjoon; inventor, científico, un biólogo empedernido. Fiel a sus ideales y a su tan característico humor. Un lobo solitario, galán, individualista y totalmente caprichoso.

Un hombre amado, acusado y eventualmente juzgado con el paso de los años. Irónico y letal. Porque el efecto de sus creaciones sobre el mercado laboral y el semi-monopolio de todos sus ingresos; simplificaba el descontento de toda la clase media, esa clase obrera que, consecuentemente, maldecía en su nombre.

Como si fuera posible darle la espalda al riguroso progreso, como si fuera justo.

Entonces fue consciente de su realidad cuando provocó uno de los más grandes cambios en la economía universal. Por accidente.

«La gente no tiene trabajo, pero enviamos androides al espacio», pensó a través del tiempo. «No hay mal menor. Solo dos males igual de crueles con el mismo nivel de antagonismo».

Él entendió que el mundo y todas las contiendas sociales eran tan frágiles como el viento. Y le tocaba los huevos comprender lo fácil que le resultaba desplegarse en ese ámbito para saciar la imprudencia de sus éxitos.

«¿De quién era la culpa?», dudaba una y otra vez. «¿De la sosería humana? ¿De su poder?».

Él solo tenía una cosa en mente: La inteligencia artificial era el único peón indescifrable en todo el tablero. Intocable e invencible. Sus invenciones salvarían a la humanidad del consumo excesivo de su idiotez. Porque la polarización de sus pensamientos sería, seguramente, la profecía final de toda la obra.

«Ojalá».

Taehyung se tocó el pliegue de la nariz con los dedos y cerró los ojos. Perturbado.

Se sobó la zona con calma, manteniendo la serenidad dentro de su cuerpo. Porque si dudaba por tan solo un segundo; explotaría.

"¿Qué estás...?"

"Es cuestión de tiempo para que la prensa, la policía y los medios de comunicación se me echen encima" el Creador habló, totalmente serio "No sé si seas consciente de los eventos presentes, mi pequeño Kim, pero-"

"Basta, Namjoon" tragó, rehusándose a caer en la manipulación de sus palabras "No, no y no"

"Taehyung..." él insistió "Mírame a la cara. Mírame y créeme. Porque yo soy el único en todo el mundo capaz de calificar el grado de importancia de este problema"

"Nam-"

"Pero tú y yo entendemos la complejidad de esta situación. Ambos sabemos que esto va más allá de lo que toda la ciudad se podría imaginar. Así que, créeme cuando te digo que no he estado tan serio jamás, como lo estoy en estos momentos"

Bufó, soltando una sonrisa histérica. Se negaba a caer tan míseramente bajo como para que creer en sus mentiras. Él siempre era así, tratando de manipular el discurso de sus palabras para suavizar la gravedad de las mismas. Estaba acostumbrado a sus jueguitos.

"Necesito rastrear a esos divergentes, Taehyung. Es lo único que tengo que hacer y lo que me toca por derecho porque son de «mí» propiedad. Tengo que encontrar a esos divergentes y poner a salvo a-"

My Human. {Taekook}Where stories live. Discover now