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La luna llena arropaba con su manto una tétrica y oscura noche en el lugar de Transilvania, quedándose en su punto más fijo y alto. Las hojas de los árboles se movían apenas con el ligero y casi imperceptible viento en la oscuridad y llanura del bosque, una aterradora y penumbral. 

Un remoto, típico y peculiar escenario de cómo solían ser las noches en Transilvania, en el pueblo. En aquel bosque aterrador.
Árboles con deformaciones escalofriantes y puntiagudas, oscuridad absoluta en los rincones donde no pegaba la luz de la luna, y una brisa fría como la de un témpano de hielo o un cuerpo muerto en descomposición. Visualmente parecía ser una típica y tétrica noche, salvo cuando apareció  una brillante y luminosa cabellera rubia la cual iba gruñendo montado en su carruaje impulsado por los ferozes caballos. Galopaba con todas sus fuerzas por las penumbras el bosque, siguiendo el rastro de aquel maldito y diabólico ser. 

El pequeño y campesino pueblo hace unos segundos estuvo gritando despavoridos por sus vidas con presencia, todos corriendo y buscando refugios con tal de no ser comidos o mordidos... Eso hasta que llegó él con su sombrero puntiagudo y vestimenta oscura para salvarlos, todos avisándole con temor de que Dracula ya se había ido y se dirigía corriendo/volando al bosque.

Por eso en cuestión de segundos Jimin montó su carruaje y comenzó a galopar siguiendo al susodicho, centrándose y montando con todas sus fuerzas mientras le pegaba con la fusta al caballo para ir más rápido. Lo podía ver correr y volar por entre la oscuridad de los árboles con una velocidad y fuerza sobrehumana, con intenciones de dirigirse a quien sabe dónde, a una construcción que se veía cada vez más y más cerca.

De una fuerte patada Jimin abrió abruptamente la puerta del lugar, siendo recibido por una suave y fría ventisca en el ambiente que le hizo erizar la piel. Comenzó a adentrarse muy lentamente, mirando mudo la antigua estructura, que se veía claramente de otra época a su alrededor... Era un castillo, uno viejo y ruinas, tenía un aspecto muy casi deteriorado y abandonado.
La mansión de Dracula... El rubio miró hacia todas partes con determinación y sigilo, teniendo una absoluta precaución, estando siempre en alerta. Podía visualizar las pegajosas telarañas que colgaban en el techo y los bichos e insectos que habitaban en cada rincón, el olor a viejo y a humedad también hacían presencia, solo se oía el sonido de sus pasos al desplazarse, sus enormes y pesadas botas al caminar mientras se adentraba cada vez más y más en el castillo. Miró todo el salón con seriedad, un viejo candelabro de cristal colgando y otros utensilios y esculturas casi desechas.

Gabriel... 

Se escuchó una espeluznante y profunda voz por todo el salón , el contrario poniendose en alerta mientras sacaba de su saco de cuero el cuál ocultaba su cinturón una mangual. Miró hacia todos lados con sigilo, a cada lateral. La voz hacía un eco profundo y barítono, como si lo quisieran confundir. 

Gabriel... 

Nuevamente aquella voz, Jimin mirando a sus espaldas a cada segundo, tratando de agilizar su visión y audición.

Ooh, Gabriel... 

Nuevamente esa ultratumba voz, proveniente de arriba. El pálido subió muy lentamente su mirada, viendo el deteriorado techo con largos pedazos de tablas de madera sobresalientes, y una extraña oscuridad entre estos. 

Vaya vaya...
—musitó aquella felina y ronca voz saliendo entre las sombras, sus ojos rojos cual vino y una sonrisa macabra, blanca y enorme iluminando en lo penubre mientras sobresalía—
Pero miren que tenemos aquí... Jimin Gabriel Van Helsing... —Susurró fascinado caminando por una sobresaliente tabla— El ultimo linaje de los Van Helsings. El último que queda... 

Van Helsing { KookMin } OneShot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora