Tick Tock, Tick Tock

295 38 15
                                    

A veces sucede así: miras hacia atrás pero solo ves la oscuridad de lo desconocido. Y no quieres resolver ese lío. Solo quieres darte la vuelta y dejarlo todo atrás. Error siempre hizo eso. Y, de nuevo, se suponía que debía hacer eso. Pero, yendo contra su propio pensar, volvió el rostro hacia esa oscuridad y la miró.

Ululó en el aparente abismo.

Sus pecados, sus errores, su dolor. Solo estaban sus sentimientos y acciones. Un egoísmo constante que lo llevó a lo que tenía ahora. ¿Era bueno? No. ¿Estuvo mal? Quizás. 

Fue simplemente natural.

Error apartó la mirada del pasado y miró hacia el futuro. Si era sombrío y oscuro como su pasado dependía de él. O se podría convertir en otra cosa. Pero para que el futuro fuera diferente al pasado, tenía que cambiar.

Ya empezó a cambiar. Iba a darle una vida al niño.

Su mano se deslizó dentro del coágulo abultado. Que ahora era demasiado grande para esconderlo fácilmente debajo de la ropa. Vivo. Con su propia alma, que no fue oscurecida por los pecados de sus padres. Pero con su poder destructor para romperlo todo. Error sintió lo poderoso que era su hijo y cómo ese poder seguía creciendo. 

Y el poder tampoco parecía algo ligero. Dos de los bastardos más poderosos no pudieron darle nada de luz a su hijo. Ese poder lo asustó un poco.

Lo deprimió.

Error no podía garantizarle nada al niño, ni siquiera su presencia en su vida. Al principio, lo iba a regalar inmediatamente después del nacimiento. Pero, ¿qué iban a hacer los Stars con él?

Nada malo, ¿verdad?

Él estaba en duda. Dream ya odiaba a su sobrino, Ink no tenía alma y no sabía cómo interactuar con los niños. Blue no era mucho más que un niño y tenía otras cosas que hacer además de cuidar a un infante. Lo que significaría que la responsabilidad recaería en Papyrus. Y esa era una línea separada de preocupaciones.

—Pero tampoco soy apto para el papel de padre. —dijo el destructor en voz alta y sintió cómo el niño se echaba a patadas en desacuerdo— ¿Y por qué estoy tratando de hacerme las cosas más difíciles? Dar a luz, darte a ellos y marcharme sin pensarlo dos veces. Eso sería más simple.

No sabía del deseo de Ink de adoptar al niño. El artista todavía no podía decirle a Error al respecto. Si Ink se lo hubiera dicho, tal vez Error se preocuparía menos.

Sus pensamientos pululaban como moscas en su cabeza y zumbaban, ahogando todos los ruidos a su alrededor. No tenían un enfoque correcto o incorrecto. Eran solo pensamientos y dudas, todos amontonados en un intento incomprensible de prevalecer en su naturaleza y encontrar el camino correcto.

—¿Qué estás pensando?

Ink había vuelto hace más de diez minutos, tuvo tiempo de cambiarse y hacer chocolate caliente. Trajo una taza para Error, quien acaba de despertar de sus pensamientos.

—Pienso sobre el futuro. —admitió el esqueleto negro con sinceridad—

Ink se tensó, esperando escuchar algo desagradable, pero Error permaneció relajado y callado. Bebió el chocolate y se perdió en sus pensamientos, que no iba a compartir.

Luego dejó la taza vacía sobre la mesa de café y se levantó. Se vio en el espejo y maldijo.

Incluso con el hecho de que un esqueleto preñado se veía muy diferente al de una humana embarazada, Error se sentía exactamente como una mujer embarazada. Se miraba en el espejo, veía algo redondo en lugar de la habitual nada plana y gruñía en voz baja de irritación.

The Clot [Ink x Error Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora