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Canciones:

Harry Styles – Golden

Lana del Rey – I Can Fly

Los días pasan y Harry comienza a entablar conversación con Louis más a menudo. Louis todavía tartamudea sin poder evitarlo, juguetea con sus pulgares y cubre tímidamente sus mejillas con sus pequeñas manos.

La presencia de Harry a pesar de que es intimidante, es un chorro de agua fresca en sus cálidos días de verano. Al principio fue extraño para Louis responder a sus hoyuelos y sus saludos, ahora se encuentra a sí mismo observando a Harry en vez de ver en donde aterriza su pintura, lo que conduce a que un montón de gotas azules y púrpuras caigan sobre sus prendas. Cada palabra que sale de entre los labios del hombre está espolvoreada de su acento griego, aunque cuando habla en italiano, es como si desapareciera el griego que hay dentro de él.

Los oídos de Louis anhelan escuchar a Harry hablar. Los ojos de Louis suplican encontrarse con los de Harry desde el otro lado del patio. Cuando Louis toma el sol, Harry trabaja sin camiseta con su cabello rizado recogido hacia atrás.

No es algo a lo que Louis esté acostumbrado. El comportamiento del hombre tiene a su presión arterial en aumento, y Harry solo actúa como él mismo. Su sonrisa encantadora, su coqueteo, y sus pacientes ojos que siempre esperan a que Louis ordene sus pensamientos entre sus tartamudeos. Después de pasar todo el último verano disfrutando de los rayos de sol y estudiando a un Harry (menos musculoso), Louis se encuentra aferrado a su amistad.

Cuando Harry se marcha en su vieja camioneta y la luna sale como cada noche, Louis se prepara para otro día en el que será demasiado tímido para hablarle al hombre y demasiado necesitado para no responderle.

Louis no quiere que el verano llegue a su fin.














Son las primeras horas de una mañana de julio cuando Harry llega a la propiedad de la familia Tomlinson. Él aparca su vieja camioneta roja en la calle y mete el código de la puerta. Mientras camina hacia el patio trasero, él planea todo su día. Limpiará la piscina, arrancará esos últimos yerbajos que hay en el pórtico y revisará el jardín de la casa.

Sin embargo, detiene sus pasos al entrar al patio trasero. Es un campo abierto con una gran piscina y un jacuzzi, hay un área gigantesca con un par de sofás, una chimenea al aire libre y una parrilla para barbacoa. A un lado hay un pequeño cobertizo en donde se guarda todo el equipo de jardinería y de mantenimiento. No es la fantástica vista del sol mañanero reflejándose sobre el océano lo que atrapa su atención, sino un panorama inusual.

Hay un chico recostado sobre su barriguita, sus pies descalzos están al aire y su mitad superior está debajo de un pequeño arbusto. Está vistiendo unos pantalones azules a cuadros y una delgada camiseta blanca que es lo suficientemente pequeña para mostrar la extensión de su espalda baja.

—Louis, ¿qué estás haciendo?— Harry se queda asombrado en el momento en el que lo callan con bastante rudeza, pero un momento después Louis se asoma entre las hojas. El chico tiene unas gafas de sol azules en la punta de su nariz.

—¡L-Lo lamento, por favor guarda silencio!

Después Harry sigue a Louis debajo del arbusto para ver que lo tiene tan fascinado como para recostarse boca abajo sobre el césped húmedo de la mañana. Resulta ser un conejito, uno gris claro, tan pequeñito y tan esponjosito. Su naricita se menea de un lado a otro mientras mastica. De un plato que contiene varios vegetales, Louis toma un diminuto pedazo de lechuga y lo sostiene frente a él, poco después el conejito se lo arrebata para masticarlo tranquilamente.

Harry se inclina. —Luce como tú.— Susurra.

El chico suelta un par de risitas. El volumen debió de haber asustado al conejito porque el animal brinca por debajo de la cerca. Louis se despide ondeando su manita y se menea hacia atrás para salir del arbusto, Harry lo sigue.

—Y-Yo, ¿conejo?— Louis sostiene el plato mientras come una rebanada de tomate. Hay un barco bordado en su camiseta y su cabello suave está siendo sostenido hacia atrás por dos brochecitos de mariposa.

—No, un conejito.

—¡¿Cómo?!— Los ojos de Louis están muy abiertos y el azul es más brillante que el cielo.

Harry se acerca a Louis. —Bueno, los conejitos tienen una nariz de botón, una naricita que se menea a todos lados. Son suaves y delicados. Los conejitos son adorables y no puedes evitar querer llevártelos a tu hogar. Y eso es exactamente lo que quiero hacer contigo.— Agarra una zanahoria baby del plato y la desliza entre los labios separados de Louis. —Te veré después, Giallo.— Luego se va.

Después de eso, Louis se esconde en su dormitorio con su cabeza enterrada en su almohada, él chilla de la emoción y brinca de un lado a otro. Louis es un chico particularmente inteligente, siempre es el número uno en su clase y pone todo de sí en lo que hace. Es un triunfador porque se siente bien dar todo de ti mismo a algo, ¿por qué dar poco cuando puedes dar mucho? Pero por su seguridad propia, no puede entender porque Harry lo llama Giallo, ¡Amarillo! ¡Amarillo, de todas las cosas!

Amarillo. Harry lo llama Amarillo. ¿De todas las cosas? ¿Amarillo?

¡Amarillo! ¿Qué tiene de especial el amarillo?











Cuando Louis escucha que una camioneta se detiene, él salta en su lugar. —¡Harry!— Louis grita, ondeando su mano salvajemente hacia el hombre.

—Buenos días, ¿qué-

—¡Ven aquí, por favor!— Louis no puede contener su emoción. —¡P-por favor, por favor!— El hombre está vistiendo unos pantalones cortos de lino que Louis no le había visto antes, y no tiene camisa.

—Está bien, está bien, espera.— Harry saca una mochila del maletero y camina a través del portón abierto. Él mira a Louis, sus ojos enfocándose en su barriguita expuesta. —¿Encontraste otro conejito?

—Ya quisiera, oh por Dios, son tan lindos.— Louis camina dando brinquitos hasta la cochera y se tropieza con sus propios pies. El chico levanta sus brazos abiertos con una sonrisa, escuchando como Harry se detiene detrás de él. —¡Aquí estamos!

Junto a su Cadillac color lila hay un espacio vacío que previamente estaba ocupado por bicicletas viejas y contenedores llenos de baratijas. Incluso hay un pequeño letrero en la pared que tiene escrito con una bonita pintura turquesa "Para Harry" sobre un pedazo de madera.

—¿Hiciste esto por mí?

—Y-Y por tu camioneta.— Louis patea un guijarro y mira tímidamente a Harry para ver la sorpresa en sus facciones. —Ya no tiene que estar allá afuera en la calle.

Limpiar le tomó más tiempo del que esperaba ya que él y su madre tuvieron que revisar todas sus antiguas pertenencias y moverlas hasta el sótano mientras su padre bromeaba amorosamente acerca de sus acciones consideradas hacia Harry y su hermana no se callaba acerca de como cada vez que decían el nombre de Harry, Louis se coloreaba de rojo.

—¿Lo limpiaste tú solo, cachorro?

—¡M-Me ayudaron! Yo, um, fue difícil ordenarlo todo y las bicicletas eran pesadas...— Louis se levanta su pantalón de seda con estampado de fresas, el dobladillo tiene olanes rosados. —Tengo moretones p-por todas partes, aquí también.— Se levanta suavemente su camiseta blanca sin mangas y señala alrededor de sus costillas.

Harry lo mira con cariño. Louis, azucarado Louis, tiene el rostro de un ángel y las estrellas son sus pecas, él tiene constelaciones en sus mejillas. —Pobre fresita.

¡Cachorro! ¡Fresita! Louis podría soltar un chillido de felicidad. —Quiero donar las viejas bicicletas, ¿me ayudarás?

Esa noche, Louis escribe en su diario. Escribe sobre Harry permitiéndole manejar su camioneta alrededor de la ciudad y sobre la intensidad de su acento cuando canta canciones griegas. Él incluye grandes detalles de ellos donando las bicicletas a una pequeña tienda de segunda mano. En letras mayúsculas, escribe acerca de Harry llamándolo cachorro y fresita una vez más. Y en letras gigantescas y con tinta púrpura, escribe acerca de Harry llamándolo Giallo.

Giallo!; larry stylinson [bottom!louis] [traducción]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα