Décima Parte

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Bakugou se incorporó para mirarla, indagando en su expresión, que solo denotaba seriedad. No era no quisiera, definitivamente no era eso, pero por alguna razón su conciencia parecía estar alertándole que podría ser peligroso, en muchos sentidos.

La castaña al ver que el chico se encontraba en un dilema, decidió hablar.

—Solo es para que estemos más cómodos, no pienses cosas raras —Murmuró ella por lo bajó — pero si prefieres el suelo...

El rubio solo chasqueó la lengua.

—Bien, si eso quieres...—Mencionó él antes de levantarse.

Uraraka iba imitar sus acciones, sin embargo, fue tomada de la cintura por el chico, donde este la coloco en su hombro para luego caminar hacia la litera.

—O-oye —Exclamó ella con vergüenza golpeando la espalda de él con sus puños.

—¿Qué? ¿Acaso querías que te cargara como princesa como en las películas esas cursis?

—N-no —Respondió ella haciendo un puchero —Además, ni siquiera te pedí que me cargaras.

—Solo hago las cosas más rápido, Cara Redonda.

Uraraka solo rodó los ojos y negó con la cabeza, en esa posición tenía una vista de la espalda del chico. Fue paseando sus ojos por toda su figura, fue descendiendo con curiosidad hasta llegar a cierta parte baja, sonrió pícara.

—Bueno...al menos tengo una gran vista desde aquí... —Murmuró soltando una pequeña risa.

Katsuki enrojeció violentamente al percatarse de que lugar estaba mirando la chica.

—¡¿Q-que estás mirando, tonta?!

Ochako rio por unos instantes antes de soltar un grito agudo. El rubio le había dado una sonora nalgada.

—¡WHAA! ¡¿C-como te atreves?! ¡Toma esto!

La castaña se vengó imitando la acción de chico.

—¡Agh! Maldición, ya basta —Dijo tomando a la chica nuevamente de sus caderas.

Bakugou la recostó con algo de brusquedad sin lastimarla y se posicionó encima de ella.

Ambos se miraron con el ceño fruncido durante un momento, aunque poco después se apenaron al tener la mirada fija el uno al otro.

—T-tu empezaste... —Mencionó ella.

—Fuiste tú la que estaba mirando mi trasero.

—¡Pero tú me lo tocaste y me dolió!

Ochako iba seguir reclamando, sin embargo, fue callada repentinamente por los labios ajenos.

En un principio ella le dio pequeños golpes en la espalda, pero cedió cuando sintió como el chico comenzó a masajear sus senos suavemente mientras la besaba.

La castaña se aferró a la espalda de su compañero moviendo sus manos de forma ascendente y descendente acariciando cada parte de ella, confirmando una vez más que el chico poseía un cuerpo bien formado.

La sensación de la lengua del rubio saboreando su boca la estaba poniendo ansiosa, tanto que estaba soltando pequeños gemidos ahogados durante el beso.

Bakugou sintió que ya era tiempo de dejarla respirar y separo sus labios de los de ella, más no dejo de hacer lo que hacía, siguió descendiendo con su lengua la suave piel de la chica.

Uraraka se mordía el labio, reprimiendo los sonidos obscenos que querían escapar de su boca ante el efecto que provocaba la lengua del chico en su piel.

Afrodisíaco || KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora