Capítulo 6: La sensualidad de la culpa

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Descubrimiento:
El día que me di cuenta de la verdad me sentó como un vaso de agua fría, no podía entender porque me había hecho eso".

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A todas las personas en el mundo, hombres y mujeres, les interesa demasiado causar una buena imagen para en un futuro no tener problemas con quien sea que comenzaran una relación. Lo que menos quería Mikaela era terminar en una situación similar a la de esa noche, de hecho, ni lo había pensado. Ese pudo haber sido un aspecto importante que Mikaela olvidó con el tiempo en donde se creía imposible una relación con el azabache.

El silencio se apoderó del automóvil mientras se dirigían a casa. El conductor presintió que algo iba mal entre ellos y con el rostro apagado y cansado por sus horas laborales, les ignoró hasta llegar a casa. Hizo bien en no comenzar una plática entre la pareja, o esta comenzaría a lastimarse con comentarios pasivo agresivos, formados por una creciente combinación de distintas emociones.

No podían ocultarlo por más tiempo, sus rostros y ese silencio que se dedicaban delataba sin tapujos sus posiciones en la riña, además de sus miradas pálidas.

Las luces rojas les detenían, haciendo más tiempo y enloqueciendo al rubio que había acomodado su codo en la ventana para intentar distraerse un poco. De cierta forma no quería llegar a casa, porque sabía que tenía la responsabilidad de hablar con el azabache; le dolía verlo así, no sólo lastimado, sino temeroso y dudoso. Le dolía saber que él había provocado todo esto.

Lo que hizo hace poco, de defenderlo de Jomei, le había causado la misma impresión que a una princesa cuando sabe que el caballero mató a un dragón para salvarla, pero esta vez era distinto. No había ni un sólo merito cuando mantuvo todo oculto y mucho menos por las palabras de Jomei, las cuales fueron falsas, pero no estaba seguro si Yuuichiro se había tomado en serio todo.

No logró despejarse. Si bien su mirada dibujaba las figuras que se encontraba camino a casa, en su cabeza no dejaban de aparecer un tumulto de ideas; algunas le decían que todo era su culpa, su voz le gritaba que debió haber hablado con Yuuichiro en su cita previa a la reunión y contarle quién era Jomei y qué sucedió con él y porqué. Pero otra voz, similar, aunque temerosa, no dejaba de repetirle que, por esa metida de pata, la cual demostraba su debilidad, el oji esmeralda podía dejarlo o cuando menos, terminar esa relación que a duras penas había comenzado y volver la vida un tanto incomoda, además de oscurecer su corazón, el que no dejaría de amarlo.

Era cierto, no tenía mucho que habían comenzado algo y ahora todo se iba a la basura por su culpa. Era un poco irónico.

Si Mikaela pudiese retroceder el tiempo, volvería al día en donde pensó que podía superar su atracción por Yuuichiro. No lo haría nunca, no lo superaría, ni en ese día ni en los siguientes; se sentía un tonto, un tonto enamorado sin remedio alguno.

Compañeros de piso ━ MikaYuuWhere stories live. Discover now