Capítulo 20

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Me quedo mirando el anillo en mi mano y sonrío encantadaviéndolo, Carlisle me tiene aferrada por la cintura mientras andamos hacia lasalida del hospital. Pienso en que yo estaba dramática por pensar en que podríadejarme, y resulta que estaba pensando seriamente en que iba a dejarme.

—¿Sabes qué estaba pensando? —Pregunta Carlisle cuando yavamos por la tercera planta, pues no tenemos prisa por volver a casa. Sobretodo al ver de nuevo el flamante anillo en mi mano.

—Dime. —Murmuro con una pequeña sonrisa, claramente encantadapor haber resuelto sin que Carlisle haya resultado herido, pues no sé si mehubiera tomado muy bien el rechazo.

—En que Rosalie se va a volver loca por la boda, ya verás cómoquiere organizarla ella, además de que nos uniremos frente a toda la comunidadvampírica. Conocerás a un montón de amigos, además de que los Vulturi quierenconocerte. —Dice, y frunzo el ceño, pues he oído historias sobre ellos, y séque son malas personas, o eso me lo parece a mí.

—No sé si quiero conocer a los Vulturi, Carlisle. —Murmurosin mirarlo y salimos a la oscuridad de la noche, Carlisle frunce el ceño y memira fijamente.

—No te harán daño, Margaret.

—Pero, ¿y si Aro me quiere entre sus líneas por esto? —Preguntoy levanto mi mano derecha para que vea una especie de humo rojo que sale deella. Puesto que he ido descubriendo mi don poco a poco, es una especie demagia.

Y sé que Aro me querrá en sus líneas, porque Carlisle se haquedado mirándome fijamente.

Adiós, soledad |CARLISLE CULLEN|Where stories live. Discover now