𝙁 𝙄 𝙑 𝙀 - 𝙎𝙏𝙐𝙁𝙁

☂️|𝙉𝙐𝙈𝘽𝙀𝙍 𝙁𝙄𝙑𝙀

Cinco bebió de la copa de champagne mientras caminaba entre los invitados de la glamurosa fiesta, él sabía que eras la persona indicada para detener a los suecos mientras Cinco buscaba a sus hermanos e intentaba regresar a casa.

Él y tú se habían conocido durante una misión, la encargada le había ordenado a Cinco matarte para que su familia sobreviviera al apocalípsis, pero al descubrir que tenías la apariencia de una puberta y además de que tenías la habilidad de hacerte invisible, él decidió hacer un trato contigo y te dejo vivir.
Claro, no es como si él pudiera matarte, estabas entrenada y eras peor que él.
Esa fue la principal razón por la que decidió reclutarte.

Cinco te miró reír con varias mujeres, el chico dejo la copa sobre una mesa y caminó hacia ti, tan pronto como él estuvo detrás de ti, él colocó una mano sobre tu cintura sobresaltandote, giraste tu rostro lista para matar a quien se había atrevido a tocarte, frunciste el ceño al mirar al muchacho, las mujeres de hablar y te sonrieron socarronas.

—¿Este es tu novio, querida? — preguntó la rubia, antes de que pudieras negar Cinco respondió

— sí — respondió envolviendo ambas manos sobre ti — soy su novio, ahora si nos disculpan tenemos asuntos que resolver — se disculpó antes de jalarte de la multitud y luego teletransportarse para llevarte a un lugar más privado.

—¿qué demonios haces aquí? — te soltaste de él y en un movimiento rápido sacaste el cuchillo que llevabas debajo de tu vestido y lo colocaste sobre la garganta de Cinco.

El puberto sonrió sin preocuparse
— necesito tu ayuda, cariño — giraste los ojos ante su apodo

— deja de llamarme así, estaba borracha y no sabía lo que hacía — te excusaste recordando cuando tú y Cinco se habían embriagado y le habías dicho que te parecía atractivo.

— claro — murmuró sin creerte divertido de molestarte — escucha, necesito que me ayudes a matar a unos suecos y te daré lo que
quieras — negoció, quitaste el cuchillo de garganta y cruzaste los brazos pensando en su propuesta.

Aunque habían pasado tres años desde la última vez que habías visto al puberto aún seguías sintiéndote nerviosa al estar cerca de él.

Cinco se acercó a ti desesperado por tu respuesta — además, podrás pasar más tiempo con este lindo chico — miraste al chico sonrojada

— cállate — murmuraste, Cinco soltó una carcajada y se inclinó hacia a ti

— callame — te retó provocando que lo besaras, Cinco jadeo feliz de volver a sentir tus labios y luego se alejó de ti.
Mordiste tu labio inferior antes de suspirar

— estoy dentro -— aceptaste, Cinco te dio otro beso al escuchar tu respuesta.