''Cuando aún intentábamos que esto fuera mejor , quererlo era suficiente, para mí era suficiente. Vivir con la esperanza de todo, cancelé planes en caso de que llamaras y dijeras: ''ven a verme detrás del centro comercial''.
Demasiado para un amor d...
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Narra Astrid:
Desperté sola en la habitación, no había rastro de Christopher y aquello se sentía horrible, había recordado lo de la noche anterior. Miles de cosas pasaron por mi mente en ese instante, miles de posibles soluciones parecían estar bien, pero no todas eran ejecutables, aunque la peor y la más dura, sí lo era.
Me levanté y me fui a la ducha, no tenía idea de lo que pasaba con Christopher, y tampoco pretendía llamarlo. Esa mañana me había despertado casi decidida a hacer aquello, que si más bien me costaría todo, sabía que era lo mejor para todos, estaba decidida a pensar sólo en mí y no en Christopher, para mi suerte entraba un poco más tarde a la escuela y me dio tiempo para sacar sus cosas, así que comencé a guardar la ropa de chris en bolsas de basura.
Él se iría de mi casa, estaba aburrida de tener que vivir con una estúpida a su lado. Dejé todas sus pertenencias en el jardín, y le dejé una pequeña nota pegada entre medio de las bolsas, no pensaba seguir haciendo el papel de estúpida.
" Regresa donde tus padres, Christopher Wallace. Esto se terminó"
Fue lo único que atiné a escribir y no me arrepentía de aquello. Salí de la escuela a las cuatro de la tarde y caminé tranquilamente a mi casa, mi corazón latía fuerte al recordar lo que me faltaba por vivir, sabía que no sería fácil, pero era la única opción que me quedaba. Cuando ya pude ver mi casa desde lejos, noté que el auto de Christopher estaba estacionado afuera, al verlo, caminé más rápido para poder llegar a casa, mi novio me divisó y noté su rostro de preocupación, ni sus caras más lastimosas iban a ablandar mi corazón. Ya no tenía ganas de perdonar a nadie, y menos de seguir aguantando.
En cosa de segundos ya me encontraba frente a frente con chris, él me dedicó una mirada casi nula, sin sentimiento, sin expresión.
— ¿Qué mierda acaba de pasar, Astrid Beauregard? — su rostro era de molestia.
— Lo que leíste en la nota— noté que había sacado el papel— Me aburriste Christopher, quiero que nos demos un tiempo y que te vayas de mi casa— me crucé de brazos — No pretendo aguantar tus malos tratos, te vas y desapareces, después pides perdón y vuelves a caer en lo mismo— Hablé con los ojos llorosos.
— ¿ Dijiste... tu casa? — me miró divertido, como si no fuera mía.
— Sí chris, es mí casa. Es de mis padres y ellos me la dieron. Yo no debo irme, tu sí— lo miré molesta— Me cansé de ser la estúpida de la cual te burlas todo el tiempo, me aburrí de ser la que te perdona todo y por eso saqué tus cosas, porque exijo que te vayas— evité mirarlo para no llorar— No sé nada de ti, te vas y vuelves, y yo no tengo idea de por qué no me das explicaciones, creo que soy una buena novia, pero tú has cambiado, y me haces sufrir. Creo que me tengo suficiente amor como para dejar de soportar estas actitudes de mierda.
— ¿ Quieres decir que esto se acabó? — me miró casi burlándose, pero sus ojos estaban brillantes.
— Quiero estar sola, quizás un tiempo — No fui capaz de mirarlo a los ojos— Vete chris, deje tus cosas en las bolsas. Quiero estar sola un tiempo.
