CAPITULO 4

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NARRA EVA
Al principio cuando vi su ceja así y con puntos me preocupé. Hacia apenas días desde que lo conozco, pero Hugo es una persona que te hace sentir genial, que muestra confiaba y refugio, y no hablemos de como lo hace todo, porque ya ahí es increíble. El juego que teníamos me gustaba, no se si pensaba como yo, pero era lo único que nos quedaba para poder estar cerca, por eso jugábamos. Somos muy iguales respecto a todo y no se cuanto duraría una relación de pareja entre los dos, pero cada vez tenia más claro que no me importaría saberlo. Follar esta genial, era lo que quería desde el principio con él, pero tiene tal magnetismo que hace que quiera cada vez más. Un rato abrazos y charlando tampoco estaba mal y hacia mucho tiempo que no estaba así con un chico el cual me atrae y encima creo que acabaré pillada.
Llegamos a casa de Hugo, no se que íbamos a hacer ahora, pero si sabia como íbamos a terminar, intuición.
Hugo: vale, está claro que vamos a acabar haciéndolo -parecía que me había leído la mente- pero el caso es donde
Eva: como? Explícate
Hugo: vale, llegar a mi casa y ponernos a tontear y acabar follando en cualquier lugar pues si puede que esté bien, pero llegar aquí y que tengas que descubrir donde lo vamos a hacer va a ser lo gracioso y parte del juego -asentí sonriendo, con este niño nunca te aburrias.
Eva: ajam, entiendo. Y como lo descubro?
Hugo: me gusta tu disposición morena. Vale la primera pista que te voy a dar es que lo vamos a hacer aquí abajo, es decir, en una habitación de aquí abajo
Eva: que mierda de pista es esa -y solté una carcajada
Hugo: pues hombre así te quitas la parte de arriba y la azotea -reí, que ocurrencias
Eva: vale segunda pista
Hugo: está bien, recuerdas el primer sitio donde lo hicimos no? -asentí- vale pues la pista es que tengo sed
Eva: lo vamos a volver a hacer ahí? Que gracia tiene entonces las pistas
Hugo: no vayas tan rápido, ya te he dicho la pista así que señorita, voy detrás de usted -fui hacia el mini bar, entré en la barra y eché dos copas- genial
Eva: no entiendo esta pista si te soy sincera
Hugo: ah no no, esto era solo para que echases tu las copas, ahora si, empezamos con las pistas buenas -le di un golpe en el hombro pero me gustaba a veces cuando me vacilaba- quieta fiera que te quedas sin polvo, no me hagas daño -sonreí
Eva: venga, las pistas
Hugo: está bien, es un juego, a veces cansa y a veces no -vale tenia 4 puertas más que la verdad no sabia a donde daban pero decidí abrir una y me encontré con una especia de gimnasio
Eva: que, lo vamos a hacer en la cinta de correr? -reímos
Hugo: no, pero quizá un día podamos probar
Eva: habrá más días entonces
Hugo: eso ya lo veremos Evita, no creo que puedas estar mucho sin mi -dijo y acarició mi mejilla, yo respondí sacándole el dedo. Salimos de allí y me quedaban 3 puertas por abrir, una supuse que era un baño y me quedaban otras dos que no tenia ni la menor idea que habría detrás de estas. Por intuición me decanté abriendo una puerta. Abrí y vi como un salón de juegos, tenia mesa de pin pon, un gran sofá con una pantalla donde supongo que jugará a la play o algo así, máquinas típicas de juegos, un futbolín y por ultimo, una mesa de billar
Eva: supongo que es aquí no? -asintió- vale ahora tengo que adivinar donde es -estaba claro que sabia que iba a ser en la mesa de billar, los demás sitios no cuadraban
Hugo: exacto
Eva: vale pues mira empiezo descartando el sofá porque es muy típico, luego, la mesa de pin pon fuera también ya que si lo hacemos ahí no tardaría menos de 1 minuto en caer al suelo, son muy inestables, el futbolín descartado porque de hacerlo ahí saldremos con mil morados y me clavaré antes una cabeza de esos muñequitos que otra cosa -le guiñé el ojo, él me miraba sorprendido, sabia que yo tenia claro donde iba a ser- por tanto solo queda el billar, es el sitio más estable que hay aquí quitando el sofá -me miró sonriendo- he acertado?
Hugo: con sobresaliente -dijo para después lanzarse a mis labios con ganas. Empezamos una lucha de besos la cual ninguno iba a ganar. Nos separamos por falta de aire y me miró de arriba abajo, se mordió el labio y con un movimiento rápido ya estábamos encima de la mesa. Él estaba encima de mi, pero hoy quería llevar yo el mando. De golpe nos giré quedando yo arriba, me miraba con deseo, se notaba que le gustaba la idea, de un plumazo sacamos toda nuestra ropa. Su erección era cada vez mas notable y yo decidí hacerlo sufrir un poco. Empecé dando besos por su cuello, pasando por su abdomen y pecho hasta llegar a su parte más baja y volví a subir, mi cuerpo rozaba con su miembro y eso a él lo estaba poniendo malo- Eva por dios no me tortures más, voy a explotar -me reí y dejé un beso en sus labios, lo miré y cogí su miembro mirándolo a los ojos, él tampoco apartaba la mirada de mi y eso hacia que nuestra pasión sea mayor. Gemía mi nombre y eso era increíble, disfrutaba de mi. Vi que iba a correrse y paré, me miró desubicado y con las mismas me subí encima de él introduciéndomela hasta el fondo, los dos gemimos de placer. Recorre con sus manos mi cuerpo hasta llegar al culo, lo aprieta más a él. Seguimos con nuestra pasión y en la sala lo único que se oye son nuestros nombres entre gemidos. Se que no voy a tardar en correrme y se lo digo
Eva: Hugo ya llego -y él bajo su mano a mi zona de placer mientras intensificaba sus embestidas, poco después llegamos los dos al paraíso. Nos quedamos en la misma posición mientras recuperábamos la respiración.
Hugo: wow, ha sido brutal, no te parece
Eva: normal rubito, somos unos genios

NARRA HUGO
Con Eva todo era genial, desde estar callados hasta hacernos uno. De verdad que cada vez estaba más seguro de que quería más, mucho más.
Después de recuperar la respiración fuimos al salón a terminarnos la copa, ella se puso mi camiseta y su tanga, llevaba sin ver a una chica con mi ropa desde hace muchos años y la verdad es que le quedaba genial
Hugo: que bien te queda mi camiseta -susurré en su cuello y ella se giró quedando frente mío
Eva: la verdad es que si, quizá no veas mas esta camiseta -no me importaba que fuese ella la que se quedase con mi ropa
Hugo: bueno da gracias a que mi hermana es quien es y nunca me quedaré sin ropa -reímos
Estábamos en el sofá hablando, pero lo mejor es que estábamos de una manera en la que quien no supiera nada, pensaría que éramos una pareja feliz. Yo tenia mi cabeza en sus piernas y ella acariciaba mi pelo. Estaba bastante cómodo y para que engañarnos, me quedaría así por mucho tiempo.
Eva: bueno rubio va siendo la hora de que me vaya -la miré confuso, pensaba que quería quedarse a dormir y ella soltó una risa
Hugo: bueno, me visto y te llevo entonces -mi expresión era ¿triste? No se, tenia la ilusión de que durmiera conmigo. Quizá todas las ideas que tenia en mi cabeza no eran posibles y solo era un simple juego que terminaría y quedaría como una simple vivencia. Fui hacia el salón de juegos que tengo donde se había quedado la ropa. Me puse los pantalones y la sudadera sin camiseta, ya que la mía la tenia ella y no se la iba a pedir. Estaba atándome los cordones de las zapatillas cuando noto que alguien me toca el hombro, me giro y es ella, todavía no está vestida- si quieres que te lleve vístete, no vayas a pasar frio fuera -dije la verdad que con un tono serio. Ella me miró y solo se reía, no entendía nada- de qué te ríes tanto?
Eva: de ti -la miré confuso y ella se acercó a mi rodeando con sus manos mi cuello- qué te pasa Huguito, que si una chica no hace lo que te mola te cabreas
Hugo: no se a que te refieres, quieres irte pues te llevo, no voy a dejar que te vayas sola a estas horas, son casi las 3 de la mañana
Eva: me refiero a que cuando te he dicho que tenia que irme ya, te ha cambiado la cara y se que estas un poco picado -hombre quiero que se quede y ella en cambio no- y si, me quedo a dormir contigo -parece que me leyera el pensamiento, ósea, ha estado riéndose de mi un rato. Si es que en realidad, era lo que hacia único esto que tenemos
Hugo: conque te estabas riendo un poco de mi no?
Eva: exacto, tenias que haberte visto la cara -me tiré a su boca mordiendo sus labios al final, me encantaba estar así con ella -vale ahora déjame una sudadera calentita para dormir que hace frio
Hugo: pongo la calefacción si quieres, entre las sabanas y una sudadera te vas a asfixiar
Eva: bueno vale, pero si me resfrío será tu culpa -reímos- bueno que, vamos?
Hugo: vamos, sígueme -pasé por delante suya y me dio un palmetazo en el culo, de verdad estas cosas por insignificantes que parecieran, me volvían loco. Subimos hacia mi habitación y abrí la puerta, ella se quedó un poco asombrada, lo sabia. Ese asombro se debía que había un espejo gigante en la pared y otro en el techo.
Eva: wow, me encanta
Hugo: lo sabia. Por cierto, siéntete una privilegiada por pisar mi habitación. Eres la única chica que he traído a mi casa en general, quitando a mi mejor amiga, a Sam, y a mi madre -ella sonreía
Eva: anda, el gran Hugo Cobo me hace sentirme privilegiada, pensaba que este era tu nidito de amor donde te has tirado a todas esas chicas con las que eres portada en las revistas
Hugo: que va morena, mi nidito no lo has conocido, aunque tu tal como eres, no creo que quieras estar sobre una cama donde he estado con todas ellas
Eva: interesante, el señor preocupándose por mi comodidad. Me sorprendes rubio
Hugo: bueno vamos a acostarnos ya si quieres
Eva: ah que duermes conmigo? -la miré confuso y ella empezó a reírse- era broma rubio, venga vamos
Hugo: ponte cómoda, voy a buscar un pantalón para dormir -ella asintió y yo entré al vestidor, me puse un pantalón y volví a salir. La encontré viendo donde tengo varias fotos, con mis amigos de aquí, los de Córdoba, en conciertos, con mi familia…
Eva: que guay las fotos, estos sois Sam y tu con vuestros padres cuando erais pequeños? Tenéis la misma cara que ahora, incluso ahí os parecíais más -ella miraba entusiasmada la foto pero no sabia que a mi me iba a traer un recuerdo fugaz, el cual hacia mucho que no tenia pero después del día de hoy, se me ha venido todo de golpe, me rasqué la nuca
Hugo: emm si, de pequeños… -y me quedé observando la foto recordando todo aquello
Eva: ey Hugo, qué te pasa? Te ha cambiado la cara -se lo contaría, quería contárselo pero a la ultima persona que se lo conté le di tanta pena que mantuvo una relación conmigo por pura pena mientras vivía su vida a parte. No era capaz de articular palabra, solo miraba la foto. Eva me cogió la cara con las manos y me hizo que la mirase. Me brillaban los ojos, lo sabia, pero yo iba a ser fuerte- Hugo estás bien? -la miré sonriendo como pude
Hugo: sisi, venga vamos a dormir anda -le cogí la mano y nos fuimos a la cama
Eva llevaba durmiendo un rato abrazada a mi, estaba muy cómodo pero esos pensamientos inundaban el 90 por ciento de mi cabeza, el otro 10 se lo dejaba a la morena que tenia durmiendo al lado, ya que teniéndola al lado no la tenia que pensar tanto. Me levanté con cuidado para salir a fumar al balcón. Estaba apoyado fumando cuando noto que me echan una manta por encima, y después me abrazan. Era Eva claramente. No me giré, solo cogí su brazo con mi mano libre y seguí fumando. Al poco terminé, la cogí en brazos y la volví a llevar a la cama
Eva: estás bien? -le sonreí
Hugo: si Evita, descansa
Y así caímos los dos rendidos en un profundo sueño, que satisfacción tenerla al lado.

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