20194 | The Promised Neverland (cancelada)

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Observé de reojo al viejo, su rostro se había formado un tanto oscuro. Dios, al menos trata de disimularlo.

Era taan obvio que sus intenciones nunca fueron buenas pero aun si inventas el mejor plan para separarnos y matarnos uno por uno, no lo permitiré.

Le dediqué una mirada filosa de advertencia, no se inmutó pero la amenaza la dejé. Si él lo toma en serio o no, ese es otro asunto.

Mi piel se erizó de un momento al otro por lo que rápidamente saqué mi fusil. Al parecer no fui la única, Emma ya había posicionado su arma.

– ¿Que sucede? – preguntó Ray preocupado

– ¿No lo sientes? – comentó Emma

– Se acerca algo y supongo que no es nada bueno – dicho eso me puse a la defensiva mirando a todos lados en busca de algún movimiento.

A la derecha? Izquierda? No, donde? DONDE?

Oh, ya se.

Mire hacia arriba y mi corazón se detuvo por un segundo. No, no es momento para este tipo de reacciones. Muévete o mueres.

– ¡¡EMMA!! – gritó Ray

Giré la vista a un lado mío y la pelinaranja seguía ahí sin reaccionar. Corrí rápidamente y me abalancé sobre ella para quitarla del camino.

Caímos bruscamente pero al instante me volví a levantar debido a que otra vez el maldito demonio se acercaba a nosotras.

Posicione mi arma rápidamente y apunté. Ni mi lanza ni mi daga no servirían con tremendo monstruo por lo que el fusil era mi única opción.

Un segundo antes de que disparara se escucharon balazos los cuales impactaron en el demonio y lo hicieron retroceder.

Supuse que era el viejo así que me concentre en Emma, Ray se acercaba a nosotras también. 

– Emma, estas bien? – la ayude a levantarse

– EMMA – exclamó Ray tomándola del hombro

La cara de Emma era un total poema.

– ¿Estoy... viva? – preguntó desconcertada

– ¡¿HUH?! – respondió indignado el azabache menor

– Pensaste que estabas muerta, no? – comenzó a hablar el viejo con una sonrisa socorrona – Realmente moriste ahora niña, no pudiste si quiera jalar el gatillo a tiempo.

Emma se paralizó por un momento, la mire atentamente. Ya estaba lista para reclamarle al viejo ese pero Emma me detuvo.

– Joder, eso fue divertido! Seguro no habían visto ningún come-hombres matar desde arriba, eh! Hay un montón en esta zona aunque bueno, yo ya lo sabía! – se burló

– Pero, gracias señor! – Emma le dedicó una gran sonrisa risueña. Mis ojos se purificaron de tan solo verla – usted me salvó!

Ese idiota no merecía que le agradecieran con una sonrisa tan brillante como la de Emma.

El viejo se quedó inexpresivo por unos segundos para luego retomar la palabra.

– Ok, vámonos antes de que el resto de la manada encuentre el cuerpo aquí. No salvé a nadie, sabes.

– ¿Qué? – pregunté teniendo otro mal presentimiento.

– Nadie fue salvado, los come-hombres no mueren tan fácilmente – respondió serio – Ellos se levantan de nuevo rápidamente, – noté como Emma y Ray miraban detrás mío impactados – ahora llamará a los otros.