babie •️ kiribaku •

p r á c t i c a

> nsfw! 🔞
> bottom bakugo, top kirishima

❣️❣️

Bakugo deslizaba la vista por la pantalla de su celular lentamente, leyendo un cómic que francamente no le aburría pero tampoco le emocionaba. Era bastante tarde en la noche y no tenía nada mejor que hacer además de vigilar con cautela a su novio, que frente a él intentaba de manera inútil memorizar los temas para su próximo exámen.
Kirishima sabía perfectamente que no obtendría ningún tipo de recompensa por su arduo trabajo a menos que pueda lograr tener un puntaje alto en aquél exámen, ¡Y diablos que lo lograría! El rubio no lo dejaría tocarle un pelo hasta los resultados, o al menos hasta estar auténticamente seguro de que iba a pasar el exámen, lo cuál llegaba a ser doloroso para Eijirou porque, sumado a que no habían tenido sexo en toda la semana, cada día debía estudiar con su novio para asegurarse de aprender, ¿Y cómo diablos aprendería algo además de anatomía? Bakugo se posicionaba extremadamente cerca suyo semi-desnudo y su olor a nitroglicerina (increíblemente dulce para el olfato del pelirrojo) abundaba todo el puto tiempo en toda la maldita habitación, incluso cuando Katsuki se iba y no quería pensarlo.

— Hey, pelos de mierda. ¿Qué tal vas? Te haré unas cuantas preguntas sobre el tema antes de irme y no tengo toda la puta noche, más te vale haber aprendido algo, cerebro de pito.

— ¡Está bien, Bakugo! Estoy haciendo mi mejor esfuerzo...

Él lo hacía, pero... hoy sería especial. Kirishima no disfrutaba presionar a su novio, le gustaba mucho mimarlo y hacerle caso, darle gusto... Pero demonios, él de verdad necesitaba descargarse un poco, quería tanto tocar a su lindo rubio, ¡De verdad! No podía concentrarse... "Lo siento, Bakugo", pensó.

Ahora bien, Kirishima era paciente, amable y cariñoso (en exceso). Eso el rubio lo sabía más que nadie, pero ninguno en esa habitación era un santo, menos que menos él mismo. Sí, deseaba que Kirishima obtuviera un buen puntaje en el exámen y no le molestaba realmente ayudarlo, pero cuanto más tiempo tuviera en abstinencia a su cariñoso y amable novio, más fuerte iba a joderlo cuando tuviera la oportunidad, y contrario a la opinión pública, aquella situación emocionaba a bakugo. "¿Qué hay de malo en que me guste el sexo rudo? No soy un puto marica vanilla", y diablos que no lo era. La sola imágen mental de su novio jodiéndolo fuerte sobre cada maldita superficie de aquél dormitorio lo enloquecía cada vez más... Katsuki quitó rápidamente esa visualización de su cabeza porque no daría brazo a torcer, no tan fácil, al menos eso creía hasta ahora. Hasta que el pelirrojo le habló.

— Blasty... bebé.

Mierda no. Y una cagada, no. Carajo, Kirishima le estaba hablando bonito... ese jodido maricón sabía cómo hacerlo enloquecer. No iba a ceder, no iba aceptar, no se dejaría follar tan fácil, él no es una puta niña sumisa y complaciente.

— Bakugo.

Olvídenlo, algún agujero suyo iba a ser jodido y no estaba a punto de quejarse. Puto pelirrojo caliente, si había algo mejor que Kirishima hablándole lindo, era Kirishima hablándole serio.
Aún así no iba a dar a entender que cedía tan fácil, sea lo que sea que su novio le pidiera. Le contestó como la mierda, porque jamás admitiría nada. Esa era su relación, ambos se entendían y estaban acostumbrados.

— ¿Qué mierda quieres ahora?

Tragó saliva y levantó su vista con un ligero sonrojo en sus mejillas. Kirishima ni siquiera se había volteado para hablarle, así que se puso realmente nervioso.

— Chúpamela, ya.

— Y una mierda, no terminaste de estudiar.

— No puedo concentrarme, quiero follarte y no vas a dejarme, estoy frustrado... Prometo que si lo haces estudiaré y memorizaré todo en diez minutos.

— ¿Crees que soy tu puta muñeca inflable de mierda? No voy a chuparte nada.

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Los bonitos muslos de Bakugo se rozaban entre sí mientras su cabeza bajaba y subía sobre el miembro desnudo de Kirishima, sentía un cosquilleo en su garganta de la emoción que sentía al probar después de tanto tiempo al pelirrojo y no quería parar... realmente no quería.

— Haa, ¡Katsuki! Tu j-jamás admitirás lo mucho que esto te gusta, ¿No es verdad? —Bakugo sintió la mano de Kirishima sobre su cabeza, acariciando lentamente su pelo y ahogó un gemido sabiendo lo que vendría a continuación— Cariño, bebé, ¿No eras tú quién en un principio se negaba a tomarme? ¿Muñeca inflable? No me hagas reír, ¡Eres una jodida puta necesitada! ¿Lo sabes? A-aah, mierda... voy a joder tu boca tan fuerte que va a dolerte tu bonita mandíbula durante todo el día de mañana... —Apretó sus dedos sobre aquél suave cabello y comenzó a follar la boca de su novio con fuerza bruta. Bakugo estaba llorando, como reflejo, por degradación y una parte suya lloraba de rabia por excitarse tanto con algo tan sucio, ¿Quién creería que al gran Katsuki Bakugo le gustaría tanto que su novio lo humille mientras le hacía una mamada?— S-sí, va a dolerte tu linda boquita todo el tiempo y lo recordarás cada vez que hables con alguien, estarás haciendo tus prácticas mientras recuerdas sutilmente como llorabas y gemías tanto por tener un pene en tu boca, ¿Verdad que sí? —Katsuki asintió cómo pudo, cerrando sus ojos y sus puños simultáneamente, frunciendo su entrecejo y sintiendo como lentamente Kirishima terminaba en su boca.
Comenzó a ahogarse y tosió, alejándose del miembro que previamente estaba erecto. Cómo si una burbuja hiciera "plop', el dulce Eijirou volvió.— Eso es, bonito, lo siento... ¿Te dolió? Respira Katsuki...

¡Bakugo aún no lo creía! Jodido pelirrojo teñido, hablándole bonito dos segundos después de correrse en su boca, sonreía amablemente pero en el fondo estaba tan emocionado de haber dicho todo aquello, lo sabía. Sólo con un cruce efímero de sus ojos sabía que ambos lo habían disfrutado, que Kirishima había disfrutado tanto humillar a Bakugo como este último había disfrutado ser humillado. Bakugo pestañeó, y todo se normalizó de repente.

— N-no me digas qué puta mierda hacer, acabas de meterme el pito en la boca imbécil. Me ensuciaste, siempre me ensucias con tus fluidos del carajo.

Kirishima se rió y Bakugo sintió todo en su interior revolverse.

— Pero, ¡Bebé! -Señaló la entrepierna del rubio, mojada porque obviamente había terminado mientras le hacía una mamada al contrario— Tu ya estás sucio, ¿No crees...?

— Eres jodidamente gracioso, ¿Verdad? —El rubio se paró, con una sonrisa aterradora y sus palmas hacia arriba— Voy a explotarte las bolas, Eijirou... Vas a reiterarme todo lo que leíste para ese examen y juro por mi culo que voy a explotarte las bolas cada vez que te equivoques...

Bueno, quizás Kirishima estaba más jodido que su novio.