Lovely; 『ʏᴜɴꜱᴀɴɢ』

Pequeño secreto

Yunho soltó un suspiro enterrando su cabeza entre sus brazos a la vez que la profesora de Ecología hablaba de algo que sinceramente no le importaba. Se sentía mareado y la cabeza le dolía extremadamente, todo lo que quería era llegar a su casa y dormir hasta el otro día, tal vez llamar a su abuela para que le llevara sopa o simplemente tomar una instantánea.

A lo mejor debió hacerle caso a Eunji cuando le dijo que caminar bajo el fuerte sol sin una gorra era estúpido y le haría mal. Pero, en su defensa, aquel gatito no quería estar en su casa y temía que rompiera todo hasta lograr su cometido.

Debía ser la única persona que sacaba a pasear un gato a las tres de la tarde con correa. Resopló e intentó cerrar sus ojos, pero una voz femenina lo interrumpió.

ㅡJoven Jeong, ¿mi clase lo aburre? ㅡla mujer tenía los brazos cruzados y miraba de manera intimidante al pelinaranja, quién negó intensamente y luego se quejó en el momento en que el dolor de cabeza empeoróㅡ. ¿Se encuentra bien?

ㅡYo... lo siento, profesora. Solo es un dolor de cabeza, no me haga caso ㅡle quitó importancia pero aún así siguió mirándolo.

ㅡVaya a la enfermería. Jung, acompáñelo ㅡhabló, dirigiéndose a un chico de ojos llamativos, quien asintió y se levantó, ayudando a Yunho con su mochila.

Salieron del salón y empezaron a caminar en un silencio que ninguno quería romper, el primero porque no estaba con ganas para nada y el segundo porque no sabía qué decir.

El pasillo estaba vacío a excepción de algunos alumnos que caminaban tranquilamente, probablemente estaban en hora libre. Su compañero hizo una mueca al escuchar gritos provenientes de un salón y dirigió su vista al más alto que apretaba los ojos. Iba a hablar pero otro grito seguido de pasos apresurados llegaron a sus oídos, esta vez detrás de ellos.

Yunho conocía esa voz, por lo que se giró instantaneamente y levantó una ceja al ver a Mingi correr como si su vida dependiera de ello, cosa que afirmó al ver al pequeño rubio que lo perseguía con fuego en sus ojos.

ㅡ¡Vuelve aquí, maldito cobarde! ㅡgritó, aún corriendo. Mingi soltó un chillido y contempló su salvación a unos pasos de él. Sin embargo, al verlo en ese estado, se detuvo, causando que su pequeño hyung chocara con su espalda y empezara a insultarlo con todas las groserías que había aprendido del libro que su hermano le regaló, hasta que se fijó en el edificio andante, y en que este no estaba solo. Gruñó bajito al ver de quién se trataba pero decidió ignorarlo y se dirigió al mayorㅡ. Uh, ¿estas bien, baboso? Pareces muerto.

El alto rió bajito y asintió, pero pese a aquello, el menor se acercó e, ignorando las miradas de su amigo y el imbécil junto a él, tocó su cuello y abrió los ojos.

ㅡ¿Qué le pasa, Subin? ㅡcuestionó el segundo más alto de los cuatro.

ㅡUhm, se sentía mal ㅡel pelinegro habló, contemplando la escena frente a él, con una pequeña mueca ㅡ. Desde la mañana lucía decaído, y entonces la profesora lo mandó a la enfermería.

ㅡYo lo llevo ㅡhabló Yeosang, volteando para ver a Jung, quien levantó una cejaㅡ. No me mires así.

ㅡNo creo que sea buena idea, Sang.

ㅡNo te estoy pidiendo permiso, jodido imbécil, te estoy avisando. Y no vuelvas a llamarme así.

De acuerdo, puede ser que esté siendo más grosero que normalmente acostumbraba, pero tenía sus razones. Subin rodó los ojos y miró a Jeong quien, confundido por la actitud del menor, asintió, por lo que no tuvo de otra que aceptar y le entregó su mochila, para luego irse, despidiéndose de los dos más altos.