El apartamento era un desastre. Había restos de comida en el suelo, vidrios rotos, papeles rondando y un leve hedor.
— ¿Que ha pasado aquí? Parece que murió alguien — Enuncio con sorpresa
— Desearia que hubiera muerto alguien. — Responde sacudiendo las migajas encima del sofá. — Sientate por favor.
Procedi a sentarme esperando que Keisy empiece a explicarme el motivo de todo esto. Nunca había visto su departamento con tan poca higiene y es la primera vez que me sorprendo al ver lo descuidada que se ve su apariencia física.
— Fue Frank — Dice Keisy sin agregar nada más.
— ¿Que Frank qué? — Me inclino perplejo — ¿Te hizo daño o algo?
Si ese tal Frank le había puesto la mano encima a Keisy se las vería conmigo seriamente.
— No, bueno, si — Trata de buscar la respuesta adecuada — De hecho, me volvió a engañar.
Los ojos de Keisy se habían cristalizado y se tornaban tristes.
— Y lo peor de todo es que fue con la misma perra barata con la que me engañó la vez pasada — No retiene más las lágrimas y suelta un sollozo encima de mi pecho.
Keisy estaba llorando en mi pecho, no sabía que hacer o decir. No soy muy bueno para consolar a las personas así que acaricie su pelo tratando de calmarla.
— ¿Como te diste cuenta? — Cuestiono
— Hace 3 días salí a echar la basura y lo vi con la chica encima de su moto. — Cuenta — Debi hacerte caso.
Keisy vuelve a llorar sobre mi obligándome a tener que decir algo ante la situación.
— A veces tienes que sufrir para saber lo que realmente vale la pena. — Comento tocando su pelo — Y ese tal Frank ha perdido una estrella con una hermosa sonrisa y una alegría con la que podria iluminar el día de cualquiera
Keisy se levantó de mi pecho y me miró secándose las lágrimas.
— Así que no dejes que el te quite lo que te hace única. — Agrego.
Keisy me miraba con el destello en sus ojos. Se acercaba a mi poco a poco y entrecerraba sus ojos. Aquel momento por el que he esperado ha llegado pero no se siente igual. Algo no me encaja.
— Ahm... — Me echo hacia atrás justo cuando nuestros labios estaban a centímetros de tocarse — Perdón.
Los gestos en su rostro cambiaron y sus cejas se encorvaban con confusión.
— ¿Qué paso? — Pregunta.
— Lo siento mucho pero no puedo hacer esto... estoy saliendo con otra chica.
— Oh — Keisy se echó hacia atrás — Con que eso es lo que has estado haciendo estos últimos días — Puedo notar un poco de incomodidad en su voz.
— Si, su nombre es Abril y la conocí hace unas semanas en la panaderia.
— De hecho, me alegra que la hayas encontrado — Extiende su mano en mi hombro calmadamente.
— No te preocupes, se que tu también encontrarás a alguien que te merezca pronto. — La ánimo
— Gracias — Keisy sonríe con sinceridad y me abraza dándome un cálido sentimiento en mi corazón de que al menos he podido sacarle una sonrisa nuevamente.
Se que fue cobarde de mi parte no haberla besado, pero realmente no sentía que era el momento indicado por varias razones.
Una de ellas es que quizás el desconsuelo y el sentimiento de recobrar el amor en su vida la haya hecho querer besarme aún así cuando no siente ganas por mi.
Y a pesar de que la sigo queriendo, siento que mi corazón ha empezado a separarse en dos.
O es la chica con la que siempre he soñado o la chica de la que estoy seguro que tiene interes en mi.
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El chico del pan
RomanceYo hago los panes, ella solo los compra. ¿Como es que el amor puede surgir entre todo esto? Los días trabajando en la panaderia siempre son los mismos. Las mismas personas y las mismas ordenes. Pero todo cambió cuando vi a aquella hermosa chica que...