𝙀𝙥𝙞𝙡𝙤𝙜𝙤

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>A broken heart
December 2020

›El invierno cayó en la ciudad y la noche seguí llorando como hacía diario desde hace dos meses, la pelinegra se había sumido en una profunda depresión de la cual luchaba por salir día con día, ella lloraba hasta quedarse dormida y sus quejidos hacían eco en los oídos de las personas que pasaban por su hogar, seguía preguntándose el porqué el mundo había sido tan cruel con ella, porqué tenía que darle esa lección tan dolorosa solo para que él pudiera hacer conciencia de todo lo que hizo, solo quería saber porqué pero la respuesta no llegaba.

Los días en el calendario seguían transcurriendo eso era algo que no se podía evitar pero deseaba hacerlo, la fecha estaba cada vez más cerca y en un abrir y cerrar de ojos estaría viviendo el único día en que realmente fue feliz y no la había notado, los rayos de el sol entraron por la ventana y acariciaron su piel pálida, 10 de diciembre, su segundo aniversario, la nostalgia estaba a flor de piel y se hincó frente a su balcón mientras sostenía una pequeña pieza dorada entre sus manos, sus ojos se volvían a llenar de lágrimas y dio un golpe contra el piso rompiendo en un llanto desgarrador, nadie podía darle el consuelo que necesitaba, ella pedía tomar su lugar y que él volviera, lo imploraba.

—¡Por favor vuelve!— sollozo —¡Tienes un hijo que necesitará pronto de tu cuidado!— balbuceó —¡Quiero que estés junto a él para verlo nacer, quiero que lo veas crecer, solo te quiero aquí!.

Sus padres entraron en la habitación al escuchar sus gritos y corrieron a consolarla, simplemente estaba en shock y cada vez más cerca de un colapsó, solo sentía que su vida se estaba yendo poco a poco.

(🥀)

—¿Estás más tranquila?— cuestionó su amigo de cabello castaño ofreciéndole un vaso de limonada.

—No— respondió ahogando el llanto —Solo estaré bien si descubro que esto solo es un mal sueño— suspiro —Pero bueno, supongo que eso solo sucede en las películas— comento forzando la sonrisa.

—Conejita, puedes llorar si quieres— susurró Taehyung —Esta bien.

—No, no está bien— balbuceó —No puedo seguirle haciendo eso a mi bebé, él pagara los platos rotos por mí y solo quiero que esté sano— gimoteo —Al menos tengo que darle salud si no puedo darle un padre o una buena madre— sollozo y una lágrima cayo por su mejilla.

—Escucha, está no es la mejor solución que yo podría darte— suspiro el castaño —Pero, muchos especialistas recomiendan ir a el lugar donde la persona por la que estás en duelo solía vivir— comento —No te obligarte a volver a su casa si no quieres, solo digo que podría ayudar.

La pelinegra no se sentía segura pero algo dentro de ella parecía querer ir a ese lugar, había cierta conexión entre ambos y eso fue lo que la hizo decir que si.

—Tienes razón— contestó —Tengo que ir ahí.

(🥀)

—¿Lalisa?— cuestionó una mujer mayor después de que vieron la puerta abrirse —Taehyung, ¿qué los trae por aquí?.

El castaño le explicó a la señora Jeon la situación por la que estaba pasando la pelinegra y está no tuvo problema en que pasarán a la habitación de su hijo, ella sabía disimular muy bien sus sentimientos, parecía simplemente seguir llevando una vida normal en casa.

Los jóvenes entraron a la casa y siguieron a la mayor escaleras arriba, paramos frente a la habitación y al estar allí la mayor dudo en abrir la puerta, sus manos temblaban y su respiración ahora era irregular, no siempre podía mantenerse fuerte.

—Yo lo haré— hablo la pelinegra y la mayor asintió.

Tomo una bocanada de aire y envolvió su mano en el pomo de la puerta, lo giró y está cedió, todo parecía estar bastante bien cuidado, la señora Jeon se había esforzado por mantener impecable esa habitación.

—¿Estarás bien?— preguntó Taehyung.

—Si— contestó Lalisa —Solo necesito privacidad— mando y él asintió.

—Esperaremos abajo querida— indico la mayor y bajaron las escaleras.

Camino con mucho sigilo al rededor de aquella habitación, luchando por no quebrarse nuevamente, las fotografías de ambos aún adornaban las paredes, él le había prometido que pasará lo que pasará jamás las retiraría, también observo la cantidad de regalos que le había hecho con el pasar de los meses, tampoco los había desechado, siempre los mantuvo haciéndole compañía por más deteriorados que estos estuvieran.

—No me mentías— rio tomando una fotografía de su escritorio —Siempre conservaste nuestros recuerdos— gimoteó.

Hubo un pequeño silencio en la habitación, solo seguía contemplando su rostro en esa fotografía.

—Te amo— sollozo y comenzó a llorar en silencio aparentando aquel marco contra su pecho.

No tuvo en cuenta el tiempo que pasó recorriendo la habitación pero termino con recostarse en la cama donde le había hecho entrega su mayor tesoro como mujer, solo se quedó observando el techo mientras sus ojos se cerraban, comenzó a sentirse cansada después de haber llorado tanto y era como si las sábanas debajo de ella la abrazaran y la hicieran sentir segura.

Era como si alguien le estuviera haciendo compañía a pesar de que estaba sola dentro de esas cuatro paredes.

El sueño la venció finalmente y se cobijo bajo aquellas telas de color blanco, una brisa helada invadió la habitación y sintió como si la voz de un ángel susurra en su oído.

Sigo aquí y muy pronto volveré contigo.

—Sigo aquí y muy pronto volveré contigo

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𝙽𝚘𝚝𝚑𝚒𝚗𝚐 𝙻𝚒𝚔𝚎 𝚄𝚜! | ᴄᴏʀʀɪɢɪᴇɴᴅᴏWhere stories live. Discover now