ETERNA SEDUCCIÓN [TERMINADA]

♡CAPITULO 36♡

Karol parpadeo un par de veces antes de decir cualquier cosa.

-¿Estás...estás hablando enserio?...- dijo ella.

-Nunca había hablado más en serio..- respondió

-Jamás me espere de que alguien me propusiera matrimonio de esa forma...- se asincero Karol.

-¿Qué...Desnuda al lado de un hombre que te ama...?- dijo Ruggero.

-Pues...sí- dijo ella.

- ¿Quieres casarte conmigo?..- preguntó él.

-Ruggero...yo no sé qué decir...-

Ruggero se puso encima de ella, para besarla con lentitud desesperante, pero no por eso era un beso menos erótico.

-Di que sí...- susurró contra su oído.

-S...si..-

Su voz apenas era un audible murmullo, después de que Ruggero enterró su cara en el cuello de Karol. Ella sintió como su miembro crecía de excitación a cada segundo, abrigando se entre sus piernas.

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Karol despertó unas cuantas horas después, el cielo se teñía de suaves matices rojos y rosas anunciando el amanecer. Ella reconoció inmediatamente la habitación en la que estaba, sentía una alegría especial al sentir un brazo fuerte y musculoso abrazando posesivamente su cintura. Ella hizo un movimiento por moverse, pero el abrazo se hizo más intenso y la pego más al cuerpo del hombre que yacía a su lado. Ella se giró y se encontró con el rostro de Ruggero, durmiendo, descansando tan tranquilo como un ángel. Analizó cada centímetro de su cara, cada rasgo de su perfecta cara. Después paseó la mirada por su pecho, sus hombros, tan anchos y fuertes, su pecho perfectamente marcado, más atractivo no podía ser. Pero cuando bajó la mirada un poco más se encontró con el contraste de su suave piel, bronceada y la sabana de fina seda blanca. No pudo resistir la tentación, cuidando de no moverse mucho llevo su mano hacia la sabana, pero apenas la había levantado cuando la voz de Ruggero la sorprendió.

- No deberías ser tan curiosa...-

-Ella lo miró y se mordió el labio inferior- No pude evitarlo...-

-Supongo que si lo haces, es porque tienes la intención de que te vuelva a hacer el amor...pero la verdad es que lo único que tienes que hacer es pedirlo...-

De un momento a otro ella se encontraba con las piernas separadas, y Ruggero entre ellas. Él se hincó tomó a Karol por la cadera y se hundió profundamente en ella, con solo una estocada. Ella apoyada en el colchón se movía ayudando a los movimientos de Ruggero para que la penetrara más fuerte, más rápido y más profundo. A cada segundo estaban más cerca del abismo de placer, cada profunda penetración le arrancaba suspiros a Karol y gruñidos a Ruggero, y cuando el éxtasis llegó ambos se estremecieron y terminaron agotados uno sobre el otro, con las respiraciones agitadas.