SCAR. Capítulo XXIV

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Londres era bonito, pero ruidoso y ajetreado en comparación con Newport.

- Echo de menos los castillos- dijo JungKook, paseando por los parques.

- Creo que no podría vivir aquí, no sé si es porque estoy demasiado acostumbrado a Newport, en realidad no lo sé. Pero creo que me agobia el ritmo de esta ciudad.

- No eres el único. Recuerdo cuando llegué a Newport por primera vez, pensé que no iba a durar, ahora no imagino nada mejor.

Aquella noche, cuando volvieron a la habitación, Vante se sentó y se llevó las manos a la cara.

- ¿Estás bien?- preguntó JungKook.

- Sólo es... un altibajo... no te preocupes...

No lloraba, pero parecía muy triste, se quedó despierto hasta altas horas de la madrugada, viendo colecciones de ropa y redes sociales de colegas suyos del gremio. JungKook se despertaba cada media hora, para ver que el chico estuviera bien.

- ¿Te molesta la luz?

- No, para nada...

- Es que... creo que no puedo tenerla apagada...

- No te preocupes. Si no la puedes apagar, la tendremos encendida hasta que puedas volver a estar con la luz apagada- respondió.

- Deberías dormir- dijo Vante.

- Tú también- replicó JungKook.

Vante no contestó, sólo volvió a centrarse en la galería de arte online que estaba viendo. Volvía a tener aquella sensación de miedo e inseguridad. Aquella conocida sensación de que, si apagaba las luces y se quedaba dormido, pasaría algo muy malo.

- Si necesitas hablar o quieres que veamos alguna serie o alguna película juntos...- empezó JungKook.

El fotógrafo le sonrió y le dio un beso en la mano.

- No te preocupes por mí.

- No me pidas cosas imposibles.

Vante sonrió y besó los labios de JungKook, un mero roce de labios. Se apartó de él y miró a su espalda, con miedo, como si alguien estuviera allí.

- ¿Todo bien?

- Todo bien- respondió y le dio la espalda, cogió la mano de JungKook y la puso sobre su cintura- me gusta cuando me abrazas.

JungKook le abrazó y, con cierto temor, vio como los ojos de Vante viajaban de un lado a otro de la pared de la habitación, como si buscara algo o a alguien. Se mordió el labio inferior y sólo pudo decir aquello que sentía que era verdad.

- Estoy y estaré contigo. No estás solo.

Notó como el cuerpecito de Vante se relajaba en sus brazos, no obstante, el propio Vante no se sentía del todo relajado, sabía que sus demonios y fantasmas del pasado estaban volviendo, aquellos que sólo existían en su imaginación y que se dedicaban a desquiciar su mente. No quería volver a estar como hace años, cuando no podía tener las luces apagadas, cuando sentía que siempre había alguien vigilándole, incluso dentro de su propia casa. No quería que JungKook conociera a esa persona. Empezó a marearse, se sentó y se tapó la cara. Al momento, sintió a JungKook a su lado, como siempre, ayudándole.

- Tranquilo, respira... sólo es ansiedad...

- Está volviendo...

- Parará...

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