ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 16 "¿𝘔𝘦 𝘙𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘢𝘯?"

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Número Cinco abrió los ojos y observó el lugar. Estaba en su habitación, Número Ocho estaba sentada en el suelo con el brazo estirado hacia Cinco. Aún seguían esposados.

- T / n, despierta. - la movió de forma brusca y esta se despertó algo confundida.

- ¿Qué pasa Cinco?

- Yo... Necesito darme una ducha. - susurro desviando la mirada mientras tenia el ceño fruncido.

Ocho soltó un suspiro y paso una mano por su rostro.

- ¿Y qué quieres que yo haga? ¿qué vaya a ducharte o qué?

Cinco rodó los ojos y saco de su armario ropa y una toalla. Entro al baño seguido de Ocho.

Esto sería incomodo, y muy incomodo.

- Tu te quedas ahí sentada, y ni se te ocurra voltear.

- No te preocupes, no deseo verte ni en mis peores sueños. - le dio la espalda y espero a que este terminará de ducharse.

- Esto es tan incomodo. - se quejó mientras se duchaba.

Número Cuatro toco la puerta del baño con desesperación, Cinco se sobresalto y por un descuido se resbaló, jalando a Número Ocho hacia la ducha. Ambos soltaron un grito. Ocho se tapo los ojos y Cinco intento taparse.

- Oh, mal momento. ¡perdón! - Cuatro se alejo de ahí corriendo.

- Deja de moverte. Lastimas mi muñeca.

- Deja de quejarte niña. Y salte de aquí por favor. - ambos tenían un notorio sonrojo en sus rostros.

Ocho se levantó como pudo y cerro la cortina de la ducha, sentándose de nuevo en donde estaba. La nariz y el brazo le sangraban por el golpe.

- ¿Estas bien? - Cinco miro hacia abajo viendo la sangre de Ocho mesclarse con el agua. Está se quedo callada y tomo una toalla limpiandose y secándose.

Al terminar Cinco saco su brazo e intento tomar su toalla.

- Toma.

- No usaré una toalla llena de sangre, que asco.

Ocho soltó una risa y negó.

- Eres un maldito asesino, además ayer lamiste mi sangre ¿de que te quejas primor?

Rodó los ojos y termino secándose con la toalla. La enrollo por su cuerpo y salió tomando su ropa.

- ¿Cómo diablos me cambiare? - se rasco la cabeza soltando un suspiro.

- Si te pagaran por quejarte, tomarías del café más fino a diario. Apurate, necesito tomar una ducha ya qué tengo que ver a Teufel en 1 hora.

Cinco se cambio y miro a Ocho con molestia.

- ¿Para que quieres ver a ese tipo de nombre raro?

- ¿Celoso, hargreeves?

El inmediatamente niega con su cabeza mientras toma un cepillo para arreglar sus cabellos.

- No te creas tanto, T / n. ¿por que me pondría celoso de que salgas con ese?

Por que te mueres por ella, Cinco Hargreeves.

Ocho se dio una ducha corta, Cinco se la paso sentado sobre el retrete, sin siquiera voltear de reojo.

- Listo, vamonos.

Número Cinco la miro de arriba abajo y se quedo boquiabierto.

- En primera esa falda es demasiado corta al igual que esa remera. Yo te prestare algo para tapar esa ropa indecente.

Camino hacia su habitación y tomo un buzo blanco. Se lo puso y sonrió ampliamente. Le quedaba debajo de las rodillas.

- Eres un enano, ¿cómo es que tu ropa es tan grande? - pregunto con confusión y soltó una risa apretando una de las mejillas de Cinco, haciéndolo sonrojar. - Eres una ternura aunque no lo admitas.

Ambos se dirigieron hacia el parque, Teufel estaba sentado en una banca. Al verlos alzó una ceja.

- Creí que vendrías sola, linda.

- Solo ignora a Cinco.

Cinco sintió como una grieta aparecía en su pequeño corazón.

- ¿De que querías hablar?

- Lo sabes bien, T / n. Y prefiero no repetirtelo frente a él.

Ocho asintió con la cabeza y miro al suelo con una mueca de tristeza.

- ¿De verdad es necesario? Yo puedo hablar con el y arreglar todo...

- Sabes que no, T / n. Sabes que no.

Teufel se levantó y camino lejos de ellos.

- Ni siquiera me voy a tomar la molestia de preguntar.

Ambos se dirigieron a la academia. Ocho permaneció callada el resto del día, tenia una cara de preocupación y tristeza.

- Ey, no me gusta verte así. - murmuro Cinco en tono molesto.

Ocho lo ignoro y siguió metida en sus pensamientos. Este, apunto de explotar, tomo sus mejillas con fuerza haciendo qué lo mire.

- O quitas esa cara de sufrimiento o hago qué de verdad sufras. Elige. - formó su típica sonrisita y la soltó.

- Al ritmo qué van jamás los soltaremos. - Diego se recargo sobre el barandal del segundo piso. Mirandolos, Número Tres asintió.

Número Cinco miro de reojo a Diego y Allison.

- ¿Y si vamos por unas donas y un café?

Ocho lo miro confundida y negó con la cabeza.

- ¡Bien! Si quieres escucharlo lo diré ¿esta bien? Lo siento, siento mucho mi maldito comportamiento. Es solo que tu me g... - Se percató de que Ocho no lo estaba escuchando y asintió cruzandose de brazos.

Paso una mano por delante de la cara de Ocho varias veces, esta simplemente veía a la nada.

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- No se como me convenciste de hacer esto.

- Son mis encantos. Ellos te convencieron.

Número Ocho rodó los ojos y le dio una mordida a su dona de frambuesa. Cinco le dio un pequeño sorbo a su café y miro a la chica.

- Supongo que si queremos liberarnos debemos convivir mejor.

- Tal vez - se encogió de hombros y miro su plato.

- No te odio y nunca lo haré.

- Desde que tengo memoria me has hecho la vida imposible.

- Eso no significa que te odie... Es más, me agradas.

- Lamento interrumpir su momento, pero Hola ¿me Recuerdan? - una voz resonó por el lugar.

Cinco se levantó de inmediato y apretó la mandíbula mientras golpeaba una mesa con fuerza.

- Mierda. ¡Tú debías morir!

- Oh no Cinco. Tú debías morir - coloco un arma en dirección a la cabeza del chico.

The Time Is Over  | Five & Tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora