¿Cuánto Apuestas?

Capitulo 5

Aún sigo sin comprenderlo.

No sé qué es este sentimiento que hace palpitar mi pecho y genera temblores en mis manos, inunda mi cabeza y la atormenta sin cesar.

¿Será amor?

No lo creo. No está permitido, pero el que sea prohibido es lo que lo hace más interesante; el lujo de caer en la tentación.
El sentirte en el cielo aún cuando sabes que tú alma se quema en las inmensas llamas del infierno. Un sentimiento prohibido, pero bastante tentador a la vez.

Un sentimiento que me incita a querer volar cuando me ahogo, y a querer vivir cuando estoy al roce de la muerte. Esa adrenalina que fluye por cada vena de mi cuerpo, y eriza cada vello de mi piel. Es como una droga que mata mi mente lentamente, pero aún así es imposible de abandonar.

No sé cómo nombrarlo, pero me gustaría descubrirlo junto contigo.

Mi querida Diana, "Escápate" para que pueda "Invitarte a Volar" cada noche entre tus sábanas mientras mi mirada se funde con la tuya haciendo que nos olvidemos de todo por minutos.

Vuélvete mi compañera.

Sé mi Alfa y yo seré tu Omega, seré tu compañero por la eternidad aún incluso si la muerte caprichosa quiere intervenir entre nosotros.

-Naimi..¿Qué haces despierto? - Tú voz tan dulce y tranquilizadora acariciando mi nombre dulcemente me relaja. Eres capaz de enamorarme con cuatro simples palabras todas las mañanas. Si así serán todas mis mañanas a tu lado, me aseguraré de jamás apartarme de ti.

-Tenemos escuela, cariño. Además es probable que Ralf me espere para brindarme tremenda golpiza. - Llevó mi mano a tu cabello jugueteando con él, es tan sedoso y brillante que podría pasarme todo el día acariciándolo sin parar.

-No me gusta el cómo los trata, ¿Sabes?
Aveces pienso que deberías salirte de esa fraternidad, no te traerá nada bueno, Naimi. - Tu mirada preocupada me golpea tal cubo de agua fría, no era la primera vez que me sugerías que me retirara de Privé, pero cada vez tenía la vaca esperanza de que fuera la última.

Deje de acariciar tu cabello y me engullí en la cama. Desvíe mi mirada al suelo mientras me cruzaba de brazos; aunque lo dudes, si llegue a considerarlo.
Llegue a considerar una simple pero feliz vida a tu lado, lejos de los robos o los asesinatos, lejos de las drogas o los tragos, solo tú y yo con dos cachorros en una casa simple pero tranquila.

Ese era un sueño, uno realmente bello, pero al final no era más que eso, un simple sueño.

-Sabes que no puedo hacerlo, no puedo abandonar a aquellos que me lo han dado todo a cambio de nada. Sabes que no puedo abandonar a mi familia.

-Tú y yo podríamos tener nuestra propia familia. Piénsalo... tú, yo lejos de todo y de todos.... - Te acercaste a mi lado, entrelazaste mis manos con las tuyas y me miraste con tus bellos ojos cafés que tan enamorado me tenían.
-Cariño, no me gustaría verte sufriendo a causa de todo esto. No soy nadie para alejarte de tu familia, pero por favor tenlo en cuenta.

-Lo tendré, siempre lo hago. - Sin más bese tu frente en un vago intento de calmarte.
-Si me disculpas debo ir con los chicos antes de que cuelguen afiches de "Se Busca" con mi cara en ellos JaJaJaJaJa.

Logré que rieras, si más me dirigí a la puerta a punto de partir hacia el Campus. Sabía que me esperaba un gran sermón de Darían y una amenaza de Ralf.

Sin duda sería un pesado Lunes.