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Eva

Y ahí va él, el hombre del que he estado enamorada siempre, aunque él nunca haya mostrado interés en mi, pero bueno tal vez es porque no soy tan bonita y refinada como Cleo.

—Pero mira nada más Harry a quien tenemos aquí.

—Eva, que sorpresa verte por aquí, ¿acaso buscas clientela matutina? —cuestiona Harry riendo descaradamente.

—Yo podría pasar unas cuantas horas saboreando ese delicioso cuerpo.
—agrega Ian.

—En tus sueños idiota. —respondo harta de su tonta rutina.

—Oh vamos Eva, mueres de ganas por tenerme.

—Podríamos hacerlo los tres, no hay ningún problema con compartirte Eva. —sugiere Harry.

Es verdad que Ian y Harry eran muy guapos, pero no eran de mi agrado, eran totalmente unos patanes engreídos. Ya sabes, esos con cara bonita y veneno en el alma.

—Jamás en lo que me resta de vida, me pondrán una mano encima par de imbéciles.

—Oh se me olvidaba que a Eva le gusta nuestro querido Marco. —dice Ian haciendo un ridículo puchero.

—Lástima que Marco crea que Eva es una fácil. —agrega Harry acariciando me mejilla para luego reír.

Mi paciencia estaba llegando al limite, siempre era lo mismo y nunca hacía nada para remediarlo, pero esta vez era diferente, esta vez me la pagarían o por lo menos uno de ellos lo haría. Mi mano se estampó en la cara de Harry, ya no iba a tolerar que se expresara así de mi, si supiera el idiota que nunca en la vida he tenido sexo. Pero supongo que son datos irrelevantes justo ahora.

—Madura, menudo imbécil.

Ian dejó de reír y Harry me miraba entre sorprendido y muy enojado, su cara roja e hinchada me daba algo de risa, quien iba a pensar que le daría tan duro.

—Esto no se queda así Eva, algún día serás mía. —sentencia para luego irse.

Y eso era siempre, amaba a mi tía, pero ahora por sus bastantes amoríos fugaces creían que era igual, creo que será una buena idea que me mude de aquí cuanto antes.

Llegue a la entrada del instituto, y para mi mala suerte Cleo y Marco estaban ahí. Aquí viene otra dosis de mi día a día.

—Eva querida, ¿como va tu día? —cuestiona sonriendo hipócritamente.

Paso de largo ignorándola, no necesito más de esto, la mirada de Marco se posaba en mi pero también decidí ignorarlo, era demasiado lo que ya había pasado para tener que soportar otra humillación.

MARCO

—Deberías dejarla tranquila Cleo.
—pido de manera amable a sabiendas de que esto causará un problema.

—¿Te molesta que moleste a la vendida de Eva cariño?

—No, solo que se me hace demasiado estúpido e inmaduro de tu parte.

—Si, como sea. ¿Entramos?

—Ya te alcanzo.

Suspiro trayendo un poco de paz y paciencia a mi, Cleo lo esta haciendo difícil con el tema de Eva.

Entro al instituto, los pasillos estaban casi vacíos, había un par de persona y ella, con esa sonrisa de siempre, con su cabello negro acomodado detrás de su oreja, cargando un altero de libros como era su costumbre. Caminé hacia ella con la intención de mirarla mejor y uno de sus libros cayo de sus manos llevándose con el todos los demás. Corrí hasta donde estaba y le ayudé a recoger los libros. En el acto nuestras manos se rozaron y su cuerpo entero se tensó.

—Lo siento Eva.

—No hay problema Marco. —dijo sin mirarme.

—Te ves hermosa el día de hoy y como...siempre. —solté sin poder evitarlo.

Eva me miro extrañada, nunca se lo había dicho y al parecer a ella le sorprendió tanto como a mi.

—Si claro, gracias por la ayuda. —dice en tono seco mientras se alejaba.

—¡Eva! —grite sin importarme que mi voz hiciera eco en todos los rincones del lugar.

Eva se giró y me miro con una sonrisa ladeada.

—Dime.

—Siento mucho que Cleo sea tan infantil e inmadura.

—Yo lo siento aún más. —señala sonriendo.

Sonrío al ver sus sonrisa pero pronto desaparece y sabía claramente por que, Cleo.

—Eva, ¿acaso le estas ofreciendo tus servicios a Marco? —cuestiona posando su mano sobre mi hombro.

—Cleo basta. —pedí en tono tranquilo.

—Que penita me das Eva, debería ser pecado llevar ese nombre cuando eres una zorra oportunista.

—Me sorprende que seas lo que acabas de decir Cleo, es una pena que tengas ese concepto de ti. —se defiende Eva tomando el insulto de Cleo a su favor.

—No, no entiendes Eva, la zorra oportunista eres tú.

—Si claro, como soy yo la que se acuesta con el "mejor amigo" de mi novio. —suelta Eva sonriendo.

—¡Yo no me acuesto con Harry! —espeta con furia mi muy flamante novia.

—Yo no dije que fuera Harry, Cleo. —responde de los más tranquila y sonriente.

Miré a Cleo quien me miraba con angustia en sus ojos, yo solo negué con la cabeza aguantando la risa, le habían dado en el punto, y sí ustedes esperaban a que aquel comentario me molestase, se equivocan, la relación que tenemos Cleo y yo es meramente por nuestros padres, la sociedad de firmas, y nuestro dinero.
Si tan sólo Eva no fuera como su tía, todo seria diferente.

Eva. ◾Ahora En Dreame◾Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt