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G U S T A B O

Pedido para... Uy, no hay pedido.

🎈Amor que duele.

POV's Narrador.

Una chica de aproximadamente 25 años, iba a comisaría todos los días a las 4:00 de la tarde, no hacía nada en especial o eso creían las personas que la veían sentada en una banca, siempre mirando a la nada.
Los comisarios se habían dado cuenta de la conducta de la chica y siempre iban a preguntar que le sucedía.

-Capitan Robert, vaya con la chica trate de hacerla entrar en confianza para que le cuente lo que le sucede.- Ordeno el comisario Volkov, Robert asintió y fue en la búsqueda de la chica.

-¡Hola!- Dijo con una sonrisa una vez se encontró con ella.

La chica solo se dedico a mirarle por unos instantes y volvió a mirar a la nada.

-Ehh... Me gustaría saber que es lo que ocurre... Ya sabes.

-No.

-Bueno, al menos sé que puedes hablar.- Bromeó el chico, tratando de hacer reír a la más joven.

El chico la miro a los ojos, tratando de descifrar lo que pasaba por su cabeza, sólo se apreciaba un sentimiento de angustia y tristeza.

-Veo que algo malo pasa.- Susurro para la chica, ella sólo asintió.- Vamos adentro, quizás te pueda ayudar.

La chica seguía con la misma postura, el capitán tuvo que cargarla como si de una princesa se tratase, la llevo hasta dentro de la LSPD y la dejo con cuidado en una de las sillas de sus despacho.
La chica olía a café mezclado con alcohol.

-Dime, haz de cuenta que soy tu amigo y yo te voy a apoyar.- Dijo Robert con una sonrisa radiante.

-No lo sé...

-Anda...- Pidió haciendo un puchero, ocasionado que la chica pensara que se veía tierno.

-Es mi pareja...

-Aja.

-Él está en un psiquiátrico y no puedo ir a visitarlo, llevo años sin él y temo que no lo recupere.- Confesó.

-¿Me podrías decir su nombre?

-Gustabo... Gustabo García...- Dijo sonriente , adoraba pronunciar su nombre, pero, después le dolía.

-Tranquila, ya verás que volverá para estar contigo.- Dijo apoyando una mano sobre el hombro de la chica, aún con su sonrisa.

-Gracias...- Susurró entre dientes, no solía decir aquella palabra.

-¡No es nada!

Pasaron unos dos años de aquella charla, Robert trató de acercarse más a ella y lo consiguió, pero, aún así nunca cambió la actitud de aquella chica, siempre hacía la rutina de todas las tardes desde que su amado se fue y la haría hasta que volviera, pues, ella sabía que el primer lugar al que él iría era a la comisaría.

⚠️Actualización: ¡Pedidos abren sus puertas el 18 de octubre!
Y... el 20 de octubre se podría dar por concluido el libro.