Cap 19

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Esther: paremos un poco por favor, estoy cansada de correr.

Noah: si quieres párate tú y te las apañas para volver tú solita, nosotros seguiremos buscando a Leire, no anda muy lejos.

Esther: a mí no me importa esa niña, me voy.

Noah: perdona doña perfecta pero si no llega a ser por ti hubiéramos llegado a tiempo al punto de encuentro y nada de esto hubiera pasado. Con la niña celosa consentida tío.

Yo: ¿de qué hablas Noah? Ella no tiene la culpa.

Noah: no, claro que la tiene.

*Esther se puso nerviosa y miró a su hermano forzando los ojos*

Noah: me da igual, Esther. Tiene que saberlo, ya sabe muchas cosas.

Esther: se lo diré a papá.

Noah: adelante, y yo le diré que has provocado esta terrible tormenta solo porque me dejaste de lado la noche anterior y yo he decidido irme con mi prima. Por esa tormenta han secuestrado a una alumna unos bichos asesinos y ni siquiera sabemos dónde está. ¿Te parece poco?

Yo: Noah, no digas estupideces.

Esther: no Olivia, no es ninguna estupidez, es la verdad.

Noah: la leyenda es cierta, Olivia. Solamente que no podéis saberla hasta los dieciocho años de edad porque es la edad en la cual desarrollas tus poderes sobrenaturales.

Yo: ¿Estás de coña, no?

Esther: ¿te crees que es mentira? yo provoqué la lluvia para que no llegarais a la hoguera a tiempo. Mi hermano debía acompañarme a mí, no a ti y a la otra. Yo os seguí. Puedo controlar el tiempo atmosférico. Yo puedo hacer que llueva, que truene, que haga un día soleado...

Yo: lo siento, pero no está bien tomar el pelo de esta forma.

Noah: ¿no la crees?. ¿Cómo si no piensas que he podido saber donde estaba ella y que estaba? Pude olerla, Olivia. Yo tengo los sentidos desarrollados más de lo normal. Puedo oler y escuchar cosas a bastante distancia. Y ¿sabes qué?, Leire está bien. Puedo escuchar como late su corazón perfectamente pero respecto a su olor, me cuesta encontrarlo. Ya que alguien ha provocado mucha lluvia y ahora mezclo el olor de Leire con hojas, tierra y perro mojado.

Yo: entonces por eso estamos apartados del mundo. Y nuestro instituto...

Esther: es peculiar. Tenemos que dar clases normales como todo el mundo y lo que tenemos más de 18 tenemos que disimular nuestros poderes porque mi padre no quiere que se enteren. Cree que podrían volverse locos y hacer barbaridades. Es mejor que se enteren de lo que ocurre cuando vayan a desarrollar sus poderes. Tenemos clases extra los viernes por la tarde para aprender a controlarlos, la verdad es que es mucho más divertido que lo que damos durante la semana. Básicamente son estudios normales, como si estuvieras en un instituto de cualquier otro lugar. Cuando aprendemos a controlarlos, podemos irnos al mundo real. Es decir, cruzar la barrera.

Yo: okey... entonces yo tengo poderes.

Noah: no, todavía no. Pero te queda muy poco para saber cuales tienes. Y para que no te extrañe, tus padres pudieron venir hasta aquí porque también tienen. Recuerda que aquí solo pueden entrar y salir gente con poderes sobrenaturales.

Yo: vale. Esperad, entonces los licántropos... ¿existen?

Esther: supuestamente sí, aunque nunca hemos visto uno.

Noah: pues ahora lo veremos, hay que seguir. Pierdo el rastro.

*Esther alzó sus brazos y el sol se asomó*

Yo: gracias.

Esther: ni te emociones, no quiero que me echen una bronca. Encontrémosla y volvamos.

*Andamos por un buen rato detrás de Noah hasta que se agachó y se escondió detrás de un arbusto, observando a través de él con cautela*

Yo: Noah, ¿la has encontrado?

Noah: sí, la tienen ahí dentro.

*Asomé mis ojos con cuidado y allí estaba. El famoso instituto licántropo*

Esther: wow, es igualito que el nuestro pero de otro color.

Yo: ¿y cómo entramos?

Noah: no va a ser fácil, nos tenemos que arriesgar. Podemos fracasar por dos motivos: el primero es que se conozcan entre todos y a nosotros no nos hayan visto nunca y lo segundo es que huelan que no somos de su manada.

Esther: todo sea por evitar una regañina.

*Resopla*

Yo: yo iré. Entraré e intentaré pasar desapercibida. Noah, ¿puedes indicarme dónde está Leire?

Noah: yo iré contigo.

Yo: no, es muy arriesgado que vayamos dos o tres. Mejor uno.

Noah: vale... pues si mis sentidos no fallan está en un sótano, dos plantas más abajo.

Yo: vamos, desarrolla tu vista, ¿puedes ver en qué puerta está?

Noah: lo siento Livi, no puedo mirar más allá de lo que te he dicho, todavía me estoy desarrollando y no...

Yo: vale, vale. Venga, voy a intentarlo. Hay que encontrar a Leire sí o sí.

Noah: si no sale bien, huimos tan rápido y lejos como podamos. No dudéis en mirar atrás, ya se nos ocurrirá otro plan.

*Esther volvió a anochecer el cielo para que siguieran durmiendo los que residían allí. Yo me armé de valentía y me dirigí hacia el interior del edificio*

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