Pedido por: ValenUvU7 Advertencia: Feliz Cumpleaños a esta seguidora, espero que disfrutes este pequeño regalo que te hice.
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🌸——OST del capitulo; arriba——🌸
Las circunstancias en las que se habían conocido y entablado una relación siempre habían sido bastante extrañas.
Al principio Todoroki había creído que era un fantasma por el hecho de que solo el sabía de su existencia, pero luego descubrió que eso era gracias a que no era tan sociable con sus compañeros de curso.
Así que el había sido uno de los únicos chicos con los que había entablado una conversación de más de dos palabras, sin llegar a ser nada muy personal. Así que el día en que el chico se le declaró a su senpai acordaron en que se conocerían más para que su noviazgo avanzara.
Ahora ambos estaban recostados en la sombra de uno de los árboles de la escuela, esperando que el receso se terminara.
—Estaba pensando.
Emitiese un sonido que indicaba que lo estabas escuchando, pero no abriste los ojos, solo sentías la agradable sensación de él acariciando tus cabellos.
—Podríamos salir esta tarde. Tú y yo, en una cita.
Abriste los ojos e hiciste un puchero desanimada.
—Me encantaría, créeme que si, pero tengo que hacer algo.
—Oh, entiendo.
Sonreiste agradecida.
—¡(T/N)!
Ambos voltearon, encontrándose con un chico de cabellera verde, conocido como Midoriya Izuku.
—Nos vemos luego ¿Si?
Tomaste tus cosas y sin esperar respuesta, corriste hacia el peliverde.
Ambos comenzaron a hablar muy animadamente, de una manera tan familiar que molesto un poco al bicolor, pero no iba a armar una escena por algo así ¿Eran amigos no? Espera...¿Desde cuando se conocían?
Todoroki trató de no prestarle mucha atención y tomó sus cosas para marcharse hacia su salón, con un mal sabor en la boca al no poder despedirse de su novia como era debido.
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El día pasó lento y tedioso para el bicolor. Después de aquello no había podido estar de nuevo contigo, y eso lo estaba poniendo de muy mal humor.
Entendía que eras un año mayor que él, así que tenía más responsabilidades y más difíciles, pero ni siquiera le habías dedicado una mirada por los pasillos y siempre que podías, llamabas a Midoriya.
