-Yo... -Jungkook se quedó mirando a la anciana y viendo la realidad tratando de no dejarse dominar por su lobo- no, Jimin debe terminar el colegio, y si es posible una profesión, no puede dejarse por unos cachorros -dijo fríamente, rechazando el inmenso dolor que sintió en su corazón, en eso sonó un fuerte portazo que provino del cuarto del omega, odiándose a si mismo en ese momento-
-Espero que en un futuro no se arrepienta joven -y sin más se fue de la casa sin cobrar un solo dólar-
Mientras tanto un chico agarrándose su vientre se encontraba llorando en su cuarto echado en su cama, su alfa prácticamente había rechazado a sus dos crías, al escucharlo, su corazón su rompió y su lobo sintió morirse.
-Cariño -escuchó a través de la puerta, a lo que soltó un fuerte gruñido, no quería escucharlo, no quería que le hiciera daño a sus cachorros- bebé abre la puerta.
Soltó gruñido tras gruñido, no podía hablar en la época de su celo, no podía por más que quisiera, bueno solo podía soltar gemidos, la palabra "lunas" y "alfa". Jeon se sentó en la puerta de su pequeño, era un completo idiota, ¿Cómo pudo haber dicho eso? Su pequeño lo estaba escuchando, sabe que lo más preciado para los omegas son sus cría, ellos darían hasta su propia vida por defenderlos.
Pasó un momento hasta que los gruñidos fueron sustituidos por sollozos, logrando así sacarle dos lagrimas del alfa, se sentía una completa mierda el hacerle llorar que no pudo contenerse y terminó llorando él también.
-Amor...por favor, abre la puerta -soltó en un fuerte sollozo, su lobo estaba que lo mataba por dentro, rasgaba su interior buscando lastimarse así mismo por hacer llorar a su propio omega -
Jimin ya no aguantaba su lobo pedía estar con su alfa y más porque estaba en celo, pero él trataba de oponerse, pero ya se estaba acabando su fuerza de voluntad y más al escuchar lo que diría.
-Tendremos a los cachorros -su lobo interno paró lo que hacía y con las orejas levantadas se puso a escuchar lo que diría- terminarás el colegio en dos meses, en esos meses no creo que que se note tu embarazo, pero tu olor cambiará, dejarás de estudiar cuando termines tu colegio. Cuando des a las crías, si deseas estudias, porque no me importaría traer la plata a la casa, ya que no nos falta el dinero, Perdóname bebé, dije las cosas sin pensar -en realidad si las había hecho, y su lobo terminó castigándolo-
Se escucho el seguro de la puerta quitarse, y un rubio asomarse por la puerta, llevaba simplemente puesto unas medias largas negras, su boxer, y una polera que le llegaba tapándolo hasta los muslos.
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Verlo así me excitó, pero en estos momentos me debo olvidar de eso, me paré rápidamente, y traté de abrazarlo pero me rechazó, mi lobo se puso a lloriquear por el rechazo.
-Mi amor, lo siento, en serio -dije suplicando, y para que vea que no miento le mostré mi cuello en señal de sumisión, algo que los alfas no harían ni ebrios, Jimin se acercó y empezó a olisquear, y sentí una mordida en mi cuello, me separé y llevé la palma de mi mano hacia mi cuello, mierda...dolía- sabes que solo los alfas pueden marcar ¿Verdad? A nosotros nos duele más que ustedes -solo se encogió de hombros y me abrazó -ahh así que es como una venganza -soltó una risita y se fue corriendo- oh no, te atraparé y me la vas a pagar pequeño.
Jimin corrió por la cocina, el comedor, si que es ágil, pero yo lo soy más, mientras subía las escaleras corrí más rápido y lo tomé de la cintura y lo llevé hacia mi hombro como costal de papas.
-Bebé -abrí la puerta de mi cuarto- nos divertiremos un buen rato.
Me senté en la cama y puse a Jimin sobre mis muslos, lo empecé a besar mientras acariciaba su estrecha cintura bajo su polera, le quité su polera y masajeaba su redondo trasero hasta que decidí bajarle el molesto boxer.
Mientras lo besaba, mis mano manejaban su hermoso trasero sacando gemidos de mi pequeño. Saqué completamente su boxer, lo eché sobre la cama y seguía masajeando, de vez en cuando dándole palmadas que sacaba quejidos de sus labios.
Esa parte de su cuerpo realmente me enloquecía, metí dos dedos de golpe, su entrada ya había soltado el suficiente lubricante para que no le haga daño y al instante se escucharon sus hermosos gemidos, aceleré mis movimientos, sus manitos aprisionaban la sábana, su cara para un costado con sus labios entreabiertos saliendo una fina línea de saliva, apoyado en todo su pecho mientras tenía su trasero en pompa dejándome penetrarlo mejor, metí el tercer dedo y con mi otra mano masturbé su miembro desatendido, hasta hacerlo correr.
Jimin estaba cerrando sus ojitos, pero no, aún no es hora de dormir.
-Bebé no duermas, aún no terminamos -dije bajándome el pantalón junto al boxer-
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HOLIIIIIIS
No creo que por imágenes denuncien de nuevo la historia ¿verdad? no hay gifs ni nada por el estilo.
