Clinicamente Amoroso [Katsudeku]

Pt 3: La torre de Sauron y la estrella de la muerte

Hola señoras y señores.

Buen dia, buenas noches para los lectores trasnochadores ( Como yo xd)

Continuamos con la cuarta parta de este fic de doctores, sexo, yaoi y drama, hecho de un fan para fans.

Intento demorarme poquito en escribir, pero ya saben, tampoco voy a hacer algo desganado y como no he estado estresado, pues no hay combustible para los capitulos. Se perfectamente lo culero que es esperar las actualizaciones, miren nomas mi perfil gente, soy un lector como todos ustedes. Soy uno de la plebe también.

Ya, para terminar, deben saber que esta parte es continuación directa del anterior capitulo, quizas no tan directa pero se entiende.

No olviden votar y comentar si les gusto.

Sin mas dilataciones, comencemos.

Enjoy!

Izuku estaba cambiándose su ropa, gracias a que era un hombre precavido, tenía un par de zapatillas y todo un set de su uniforme quirúrgico extra, para este tipo de ocasiones.

En los casilleros no había nadie, esto debido a que ya todos debían estar metidos en Urgencias y habían llegado antes.

Suspiró con molestia, era su día libre y si bien no le molestaba ir a ayudar a las decenas de pacientes de trauma que llegaban, de hecho eso era hasta divertido en algún punto.

El problema era que, luego de estar atendiendo en trauma, debía terminar de rellenar todos esos papeles que le había dado el Dr. Aizawa, y la verdad no estaba muy a gusto con eso.

Ósea, era consciente que ser un interno de primer año, eres visto como una especie de mano de obra para los demás funcionarios del hospital, pero no tenía ni idea que iba a ser de esa manera.

Literal era su día libre, y ahora pasaría al menos unas 20 hrs en el hospital, entre que atendía sus horas en Urgencia y terminaba todos esos informes.

Y quizás se demoraría menos, pero el hecho de que los zapatos de Katsuki estén marcados en la gran mayoría de estos papeles y que además, absolutamente todos estaban completamente arrugados no ayudaba en nada.

Chocó su frente contra el casillero de color azul, un sonido metálico sonó de inmediato mientras soltaba un largo suspiró y se maldecía a su mismo por no mantener su autocontrol.

¿Por qué había besado a Bakugo? ¿Por qué tuvo el gigantesco impulso de estamparlo contra una pared del elevador? Estas eran algunas de las preguntas que azotaban la mente de Deku.

Y la peor de todas ¿Por qué no se arrepentía de absolutamente nada de lo que había hecho?

Cuando estuvo de camino a los casilleros, tuvo que ponerse las manos en su entrepierna y caminar como si se estuviera meando para llegar.