III

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-Buenos días chicas- saludó Raquel entrando a la casita después de que Nuria le abriese la puerta - ¿Cómo habéis dormido hoy?

-Buenos dias- devolvió el saludo Yaiza saliendo del trance que llevaba desde que se había despertado- Más o menos, me costó bastante poder dormirme... no podía dejar de pensar en Ate...

-Shhh- calmó Nuria, yendo hasta ella para abrazarla- No llores, tranquila...


La mayor se acercó y acarició la espalda de la castaña suavemente, intentando calmar la nueva oleada de lágrimas que recorrían sus mejillas. Esta sorbió y se estiró retirándose la humedad de la cara intentando serenarse.

-Estoy bien- dijo tratando de sonar fuerte para que no se preocuparan más por ella- Gracias...

-¿Segura?- preguntó la pequeña sin soltarla aun. Esta asintió y por fin la dejó ir- Oye Raquel, ¿qué haces aquí?- la miró mientras reanudaba la preparación de su desayuno.

-Me manda Sara- respondió simple, dejando un último apretón en el hombro de la chica- Estaba preocupada por vosotras y quería ver si estabais bien.

-Nosotras estamos bien ¿Ellas cómo están?- bajó la cabeza para la última pregunta- ¿Lu me odia mucho?

-No he hablado con ella- se sentó en la silla a su lado y levantó las comisuras ligeramente- Pero dudo que tu hermana sea capaz de odiarte con lo que te quiere.

-Eso espero- suspiró mordiendo sin ganas la tostada

-Deberías ir a verla y hablar con ella- habló la menor con un suspiro- Nunca sabes que puede pasar.

-Ay Nuri- se levantó de la silla para abrazarla como había hecho ella antes- He estado tan metida en mis problemas que no me he dado cuenta que tú también estabas sufriendo.

-No pasa nada- se retiró las lágrimas con la manga y se acopló mejor contra el cuerpo de su amiga- Entiendo por lo que pasaste ayer, más o menos.

-Chicas- habló la mujer- ¿Por qué no acabáis de desayunar, os vestís y os llevo a dar una vuelta? Creo que el aire fresco os vendrá bien

-Es una buena idea- el sonido salió medio camuflado al tener la cara aplastada contra el hombro de Yaiza- Vamos a desayunar.

-Por cierto Nuria ¿Y tu madre?

-Sigue durmiendo- respondió sentándose por fin a la mesa- Seguía en su cama roncando cuando nos hemos levantado

-Eso está bien- suspiró relajándose sin haberse dado cuenta de lo tensa que estaba por no ver a Uri por la cocina- La pobre ha pasado unos días muy malos. Me está llamando Andrés- comentó al mirar el móvil- Ahora vuelvo, id haciendo- las niñas asintieron y salió al porche a coger la llamada.


Una media hora después ya estaban las tres chicas paseando por los campos de manzanos saludando a los trabajadores que se dejaban la piel cuidando aquellos árboles para que la fruta saliera lo más deliciosa posible. Fueron andando hasta el pueblo respirando el aire puro del valle con cada inspiración notando como, al menos por un momento, los problemas se disipaban.

La mayor las invitó a pasar a su casa antes de ir hacia el cuartel para tomar agua y descansar un poco después de la caminata que se habían pegado. Se sentaron juntas en el sofá y esperaron a que la bola de pelo naranja que era el gato del alcalde se les acercara.

-Ha estado un poco triste últimamente- les dijo dejando una bandeja con tres vasos de agua y algunas galletas encima de la mesita- Creo que echa de menos a Flavio.

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⏰ Dernière mise à jour : Oct 14, 2020 ⏰

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El misterio de Villa FlanOù les histoires vivent. Découvrez maintenant