Capítulo 17.

213 18 2
                                    

H O P E.

―¡No!, ¡para ya! ―dije retorciéndome como gusano bajo Bash ―¡No me retractaré! ―continuó haciéndome cosquillas

―Retira ahora mismo lo que dijiste ―insistió

―¡Aaah!, ¡No!, ¡E-eres tier-tierno dur-durmiendo- ¡ahhh! ―no podía articular palabra ―¡Pa-para B-Bash!, ¡Yaaa!, te lo su-suplico ―continúe riéndome mientras sentía sus dedos moverse contra mis costados

―Necesitaré algo para olvidar ese horrible comentario ―dijo el chico que estaba a horcajadas sobre mi parando de hacerme cosquillas un segundo, mi pecho subía bajaba rápidamente mientras sentía el calor en mis mejillas

―¿Algo como qué? ―pregunté mirando sus esmeraldas

―Mi hermosa damisela en apuros sabes que Flash... mierda, soy un jodido inoportuno, ¿Interrumpo algo?, pero ¿Qué digo? es obvio ―al instante me senté alejando a Bash de mí, Wad nos miró con diversión ―Hola cuñadita, no sabía que habías venido de visita ―me saludó con la mano y le di una sonrisa incómoda

Qué vergüenza.

―La puerta se toca Wad ―dijo Bash gruñendo a mi lado en el sofá

―Eso nunca pasará Dalton, pero si no quieres que entre la próxima vez, pon un cartel que diga "Instalaciones cerradas por coito o producción de bebés" ―los colores subieron en seguida a mi rostro, Wad soltó una sonora carcajada y se sentó entre Bash y yo en el sofá ―¿Qué hacemos ahora pandilla? ―pasó un brazo tras la cabeza de cada uno

―Wad, por si no lo notaste estábamos en medio de algo ―dijo Bash quitando el brazo de su amigo de detrás de su cabeza

―Pero sería incomodo que lo hicieran conmigo aquí, mejor esperen a estar solos ―Wad fue a la cocina como Pedro por su casa y abrió la nevera, Bash emitió un suspiro de cansancio y reí bajito ―No jodas Bash, ¿sopa instantánea caducada? ―lo miró y luego a mí ―Si no haces algo al respecto ese cabrón morirá de hambre ―señaló a su amigo y luego regresó a su lugar en el sofá entre nosotros dos

―Wad, al parecer no captas las indirectas, así que solo lo diré, vete ya ―exigió Bash mirando a su amigo, Wad llevó su mano con indignación a su pecho

―¿Me cambias por la chica del pelo bonito?, porque si es por eso, yo también me puedo teñir el cabello ―se volteó hacia mi mirándome ―¿Qué color crees que me quede bien?, ¿azul detergente, naranja Donald Trump, verde vómito o amarillo diarrea de recién nacido? ―reí por su comparación

―Sin duda el azul detergente sería una buena opción ―le seguí el juego y Bash suspiró con pesadez

―Yo pensé lo mismo ―chocamos los cinco

―¿Wad, no tenías muchas cosas que hacer... ahora mismo? ―preguntó el ojiverde mirándolo con insistencia

―Amm... no, estoy desocupado ―negó sonriendo ―Tengo todo el tiempo para conocer a la bella chica que nos hizo romper nuestra relación, damisela en apuros ―dijo sonriendo

―Eres un puñetero grano en el trasero Wad ―dijo Bash levantándose, Wad volteó los ojos

―Siempre es así, no me soporta, pero si está como la mierda me llama, ¿ves cuanto amor me tiene, cuñis? ―asentí riendo e ignorando el cuñis puesto que Bash no era mi pareja, aunque hiciéramos cosas de una, durante unos segundos en los que Bash fue por agua a la cocina no pude evitar observarlo con un poco de anhelo, anhelo de estar con él

Wad era un chico agradable, parecía de esos amigos que estaban en las buenas, en las malas y hasta en la sopa, me alegraba que al menos si yo por alguna razón no podía estar con Bash, Wad podría y estaría bien, me encantaba que mi chico de ojos esmeraldas no estuviera solo y que tuviera a alguien más con quien compartir sus cosas. Su amistad me parecía admirable, sencillamente.

Mi única razón para vivir {R. #1}✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora