La hija de Sirius Black (Fred Weasley)

Preparativos

- ¡¿Cómo que no voy a ir?!- grite en medio de la sala- ¡No es justo que no me permitan asistir! Soy una excelente bruja y no tiene sentido...-

-Es una decisión tomada, Black. - hablo Moody- Debes quedarte aquí, podrías preparar algunas pociones por si pasa algo. -

-Me parece de lo más injusto. - aporto Beth- No es justo que debamos quedarnos aquí, nosotras deberíamos poder ir a la misión. -

Hoy irían a buscar a Harry, dentro de dos días vendrían los Delacuor y en un poco más de una semana seria la boda de Bill y Fleur. La Madriguera era un caos, creo que nunca fue tanto el movimiento y los nervios que habitaban en la casa.

Todos estaban listos para ir en busca de Harry a la casa de sus tíos, habíamos podido comunicarnos poco y nada con él. No quería quedarme en la casa, mientras todos iban a poner su vida en peligro.

- ¡Por Merlín! - susurre acercándome a un pelirrojo- Fred no quiero...yo...por favor...-

-Todo saldrá bien, sabes que todo saldrá bien. -respondió abrazándome- Buscaremos a Harry, volveremos aquí y todas las pociones que preparaste no nos servirán esta noche...-

Me aferre aun más al pecho de Fred, no quería que se fueran y yo tener que quedarme en la casa. Nos separamos segundos antes de que todos salieran de la casa para dirigirse a la del pelinegro.

Subía y bajaba las escaleras, revisaba las opciones y volvía a la sala para ver por la puerta, aunque parecía no tener ningún sentido. No había señales de ninguno de los miembros de la Orden, habían sido atacados y las iniciales de sus nombres no dejaban de quemarme la muñeca.

-Mi oreja...-susurre mientras sentía la sangre caer- George...Fred...no puedo...-

Busque alguna forma para poder detener el sangrado, mientras buscaba las pociones y avisaba a las demás. Habían herido a George, un maldito sectumsempra le había dado en su cabeza y no podía distinguir que le paso, lo cual era excesivamente malo.

Mi vista se nublo durante varios minutos, estaba en el lugar de la batalla. Había demasiados ataques y hechizos, todos estaban bloqueando mis protecciones para que pueda concentrarme en Harry.

Ojoloco estaba muerto, lo habían matado y alguien nos había traicionado.

- ¡Es George! - grito Beth trayéndome a la realidad- ¡Por Merlín, está sangrando! Madd, por favor, necesita ayuda...-

Salimos corriendo para ayudarle a entrar y recostarlo en el sofá, sangraba demasiado y su oreja no estaba allí.

-Es su oreja...- susurro Beth- ¿Estará bien? ¡Por Merlín! ¡Weasley ni se te ocurra irte a una dimensión distinta a esta, no ahora! -

-No hace falta que me grites, puedo escucharte igual. - rio con dolor- Nunca me habían atendido tantas brujas tan bellas y habilidosas, creo que estoy soñando. -

-No hables más George, es mejor que sigas callado hasta que terminemos. - hablo Beth- Si vuelves hacer algo así, juro que te matare...-

Fui hasta mi habitación para buscar algunas pociones y ungüentos para las lastimaduras de George.

Fred y Arthur habían llegado a La Madriguera, el primero estaba junto a George intentando contener sus lagrimas y preocupación.

-...Como queso... – susurro George- Tengo agujeros Fred...-

- Con todo el humor del mundo en orejas y dices "Como queso"...- respondió sonriendo Fred- Me parece patético...-

-Sigo siendo más guapo que tú. -