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Desperté al sentir algo suave apoyarse en mi cara. El sol que invadía mis cortinas empezó a molestar y no me dejaba mantener mis ojos cerrados. Al abrirlos encuentro a Hercules sentado en mi pecho con su patita en mi mejilla.
—Hola bebé de papá — utilizo la voz melosa que solo mi gato obtiene de mi y me acomodo en mi cama para poder sentarme en ella. Veo la hora en mi mesa de luz y son las 8 AM. Decido levantarme y hacer mi rutina matutina. Al terminar salgo de mi habitación y toda la casa se encuentra en silencio, mi madre sigue durmiendo seguro. Aprovecho y pongo un vinilo de Bryan Adams en nuestra cocina y preparo el desayuno para mi madre y para mí.
Hacía mucho que no escuchaba Bryan Adams— unos cuatro días aproximadamente— pero se sentían una eternidad ya que estoy acostumbrado a escucharlo todos los días. Mientras cocinaba, a la vez estaba en la tercera canción de mi show privado cantando tal y como las musas de la mitología griega — que se note el sarcasmo porfavor—
—Oh, when I look back now that summer seemed to last forever and if I had the choice yeah, i'd always wanna be there those were the best days of my lifeeeeee — Cante mientras utilizaba la cuchara que revolvía los huevos como micrófono casi tirando la sartén al suelo.
—Uff que buena manera de despertarme a las 8 AM ¿Cuando te vas de gira por toda Europa? — la voz de mi mamá me desconcierta y automáticamente mi cuerpo salta del susto acompañado de un grito agudo que ni yo sé de dónde salió.
Mi madre está recargada en el marco de la puerta, todavía con su pijama puesto y su cabello desordenado. Pero como siempre se veía hermosa.
—Ay mamá ¿No ves que estoy cocinando? Mira si prendo fueron la casa o me prendo fuego yo — dramatizó un poco la situación, avergonzado de que mi madre me haya escuchado cantar como un ganzo agonizando.
—Dramatico.
Mi madre se acerca hacia mi y me da un beso en mi frente, agarra su café y se sienta en la mesa de la cocina.
—¿Empacaste todo para hoy?— pregunta mientras toma un trago de su café, hace una mueca de disgusto y le agrega 4 cucharadas de azúcar. Esta mujer está demente. Ignoro el acto cometido por mi progenitora y apagó el fuego de la hornalla, sirvo el desayuno y me siento a la par de mi madre.
—Si, solo me falta meter a Hercules en su cárcel.
—Que Merlin se apiade de ti y te de una mano para meter a ese león en su jaula.
—Amén madre.
Terminamos de desayunar y comienzo a bajar todas mis pertenencias hacía la planta baja. Cuando terminó agarro la jaula y llamo a Hércules que se encontraba tomando sol en el patio. El gato perezoso camina hacia mi y cuando se da cuenta de la jaula sale corriendo hacia afuera y se trepa al primer árbol que encuentra. Suspiro y le gritó a mi madre.
