Si decido quedarme #1.5 𝓢𝓪𝓰𝓪 𝓢𝓮𝓷̃𝓸𝓻

Dieciséis

Bella no supo que hacer, eso no estaba pasando, esa mujer bajita, un poco rellenita y de ojos azules que la miraba fijamente mientras su hija se reía entre sus brazos no debería estar parada allí.

- Bonjour Belle. J'espère que ce qui bouge dans vos bras est un chiot.

Ay no.

(*)

- Mamá...

Honey había entrado y se quedó estancada creyendo que lo que veía era una alucinación.

- Si no vengo a Estados Unidos buscando a mis hijas ninguna se atrevería a decirme que ya soy abuela. Ninguna me llamó en meses preguntando acerca de su padre...

- Mamá nosotras no quisimos...

- Cierren la boca... estoy hablando yo niñas malcriadas.

La mujer dejó la taza de café sobre la mesita mientras miraba todo con ojo crítico.

- estoy decepcionada... pero la que más me decepciona eres tú Bella Feraud. ¿En qué momento nos dirías a tu padre y a mi que somos abuelos?¿acaso esperabas que la niña cumpla veinte años para presentarnos la?

La mujer negó y al ver la intensidad de la mirada de su madre agachó la cabeza. Se sentía como una niña siendo regañada.

- Tu dijiste que volvías en un par de meses Honey Isabel.

- hubo complicaciones mamá...

La señora Feraud hizo que la niña guarde silencio mientras se levantaba del sillón agarrando su cartera.

- mañana volveré y traeré un regalo para mi nieta, espero conocer al padre, Bella.

La mujer se marchó y solo ambas pudieron respirar con normalidad cuando escucharon a Tyler entrando a la casa.

- acabo de ver a una mujer que se parecía a su madre...

Bella y Honey estaban pálidas, no odiaban a su madre, al contrario la amaban demasiado. Y lo que ambas sentían en ese momento no era miedo si no respeto, ya que a pesar de muchas cosas su madre era una humana.

- Era mi madre Tyler, por Dios.

Honey se marchó dejándolos solos. No estaba muy contenta teniendo a su madre allí para ser sincera.

- Lo sabía pero no me gusta hablar de su madre frente a Miel.

El muchacho se acercó a Bella quien estaba callada y muy atónita.

- ¿quieres romper algo?

- ¿se nota mucho?

Contestó viendo como la pequeña niña dormía sobre su cuna, era demasiado tranquila y aunque Bella agradecía eso en silencio aveces solamente pedía que llore para poder cargarla y tenerla entre sus brazos

- Bastante. Aunque no creía que ambas reaccionarían así.

- Honey... ella reaccionó mucho peor.

- ama a tu madre bella, fui testigo de muchas cosas que pasaron en tu ausencia estando en tu casa todos los días, y tu madre aunque es muy dulce y encantadora aveces no querrías estar en su campo de visión si esta molesta. Con tu hermano Gael corríamos despavoridos al ver a tu madre discutir con Miel.

Bella asintió y lo único que pudo pensar fue que su madre no se cansaría hasta descubrir quien era el padre de April, era demasiado terca y obstinada en todo.

- Debe hablar con alguien Tyler, habla con Miel. Dile que mamá vendrá mañana a cenar temprano.

Él solo hizo un movimiento con la cabeza y se marchó dejándola sola con mil ideas por la cabeza.

Cuando lo decidió tibuteo muchas veces sujetando fuerte el teléfono.

- me la debes Voldemort.

Ella marcó el número que sabía de memoria y espero a que él contestara.

- ¿todo bien con April?

- si, solo... me debes una.

- ¿qué?

- mañana vendrás temprano, comerás y dirás que solo eres el padre de mi niña, nada de lios amorosos.

- Bella...

- Matthew por favor... me la debes.

Hubo un silencio del otro lado y solo escucho un suspiro.

- ¿llevo vino?

- blanco, y sin juegos ¿okey?

- okey.

- gracias- Dijo ella pero en su interior solo oraba para que todo salga de acuerdo al plan.

- no me agradezcas si después de todo te lo debo.

Se escuchó un pitido al otro lado y ella miró el teléfono con una ceja arqueada.

-  Me cortó. Hijo de...

Bufo y miro como su niña aún seguía durmiendo tranquila, nada iba como ella planeó.

April tendría que conocer a sus abuelos bajo sus términos, no siendo obligada de esta manera.

- Todo saldrá bien Bella... todo saldrá bien.

Escucho a su hija llorar y sonrió mientras se acercaba con deseos de cargar a su pequeña.

Cuando la elevó la niña dejó de llorar y la miró con sus hermosos ojos de dos colores

- todo saldrá bien hija, lo prometo. Papi no será un idiota y se comportará.

La niña sonrió débilmente y Bella susurró.

- por su bien le conviene comportarse.