La Casa de los Suicidios

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En un pequeño pueblo existe una casa muy famosa pero no por su enorme y hermosa construcción sino por las historias que se cuentas en ella. Esta casa a pesar de un una estructura magnífica esconde una historia aterradora, nadie se atreve a entrar y los pocos que lo hacen terminan muy asustados y algo cambia en ellos.

Se cuenta que en esa casa vivía una familia, el padre se volvió loco por los problemas económicos que tenían y en sus ataques de locura persiguió a su familia y los mato, cuando se dio cuenta de lo que había hecho horrorizado por sus acciones tomó una soga y se colgó de las escaleras marcando el fin de su vida. Los vecinos dicen que desde afuera ven a un hombre y escuchan gritos que dicen que deben ser de la madre y los niños, al parecer aún siguen ahí reviviendo esa noche una y otra vez.

Alberto un hombre de cabello castaño se encuentra fuera de la casa junto con otros dos hombres Charlie y Toño, el primero de piel oscura y otro más pálido con lentes, ellos sostienen unas cámaras. Ellos viven de grabar fenómenos sobrenaturales, a veces hacen rituales para que los espíritus lleguen a la luz o simplemente van a grabar e investigar estos fenómenos,.

Los entran a la casa con algo de temor, charlan entre ellos para aligerar el ambiente pero en cuanto entrar a la casa comienzan a haber ruidos extraños lo cual les pone la piel de gallina, en la casa hay cosas extrañas. Por dentro la casa es enorme, tiene muchos pasadizos en la planta baja y casi todos llevan al mismo lugar: la cocina, donde hay varias puertas abiertas, algo extraño. Comienzan escuchar ruidos en el piso de arriba por lo que usen sintiendo como si alguien los observara, las cámaras no logran captar nada por el momento. Al llegar al primer piso hay una serie de habitaciones demasiado grandes, hay un espacio donde Alberto pudo ver que era un pequeño espacio donde solía rezar, al estar en esa parte se escucharon como si tiraran cosas en una de las habitaciones. Se dirigieron a donde creyeron escuchar los sonido, era un habitación bastante grande y algo los impulso a entrar al vestidor en el cual cabían los tres. En ese espacio Alberto sacó un pequeño aparato parecido a un pequeño radio con una pequeña bocina, este aparato produce sondas donde se dice que los entes puedes comunicarse por medio de palabras. Al encenderlo empiezan a sonar cosas extrañas pero se alcanzan a oír la voz de una mujer diciendo una fecha: 1 de noviembre una y otra vez hasta que comienzan a sonar diferentes palabras: él, corrimos, nos escondimos y muerte. Después de esas palabras se escucha un grito muy cerca de ellos y Charlie escucha el sollozo de un niño detrás de él, la puerta a sus espaldas se cierra con fuerza. Ellos creen que en ese lugar fue donde se escondió la familia antes de que el padre los encontraran, había mucha energía en ese lugar y los tres comenzaron a asentir como la temperatura disminuía, sentían que el aire les faltaba así que con el cuerpo temblando se acercaron y abrieron la puerta para salir de ahí.

Había unas escaleras de servició que bajaban de nuevo a la cocina así que decidieron bajar por ahí pero ahí Toño alcanzó a ver el rostro de un hombre sultanado hacía atrás soltando un grito que logro que los otros dos se asustaran más, al parecer una de las cámaras había captado la extraña cara que había visto el hombre. Charlie fue el primero en bajar por la escaleras pero derrapó y cayo golpeándose con la pared soltando un quejido de dolor, al parecer sintió que alguien lo empujaba. Alberto asustado y preocupado por su seguridad decidió que era momento de salir de esa casa, podía sentir que el padre no estaba contento con su presencia y podría hacerles daño, cuando iban saliendo una tabla de madera estuvo punto de caerle en la cabeza a Alberto por lo que los tres corrieron fuera de la casa, lo último que escucharon antes de salir por completo fue una risa que los helo por completo.

Desde ese día solo algunos valientes han entrado a la casa pero todos han salido con algunas lesiones menores pero no quieren volverse acercar a esa casa.

Las risas escalofriantes del hombre siempre se escuchan cuando alguien entra, es como si el padre se divirtiera asustando e hiriendo a aquellos que entran a su casa mientras que la madre y sus hijos tratan de advertirles para que huyan. 

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