Capítulo 10: ''Roto''.
Sin rumbo. Para muchos esto no existía, pero para otros esto definía su vida, como la mía. No sabía que quería, ni que me emociona al sí, a veces pienso que mis sonrisas son solo un gesto para ocultar que en verdad.
Parecíamos que solo respirábamos, aunque muchas veces el oxígeno no bastaba ya que nos ahogábamos con algo que ni siquiera podía tocarnos, como yo, me ahogaba lentamente en la culpabilidad y la tristeza que se instalaba en mi garganta evitándome respira.
El alcohol soltaba ese nudo, pero ya no era alternativa para mí, ya no lo volvería a hacer.
Ya tenía más de un mes sobrio.
Ya tenía más de 2 semanas de la discusión con Aina.
Y no podía olvidar aquello tan fácil.
Saco mi libreta y comienzo a escribir.
Somos sombras, algunas brillan más que otras, otras son tan oscuras que ni siquiera somos visibles, nos mantenemos al margen en silencio mientras observamos todos y nos hundimos más y perdemos el sentido. Pero no hablamos, solo nos excluimos lentamente pero siempre mantenemos el silencio.
Luego nos damos cuenta que el silencio es tan abrumador que comienza a hacer ruido. Un ruido tan fuerte que nos termina dejando Rotos. Y se comienza a notar en nuestra mirada lo tan tristes y desgastados que estamos.
Ya no hay vuelta atrás, no hemos roto, nos hemos hundidos totalmente, así que solo al igual que yo guardan aquel remordimiento hasta que el alma resista. Yo ayudo un poco al alma y le escribo a este cuaderno, pretendiendo que algún día me calme el dolor.
Acabo de escribir y dejo el cuaderno aun lado para mirar el techo unos segundos y luego levantarme para dar un gran suspiro liberador. Escribir me ayuda a sentirme mejor.
Vuelvo a suspirar para colocarme una camiseta y bajar, había decidido que era momento de hablar con mi madre, estaba nervioso, nervioso no, aterrado. Saque algunas cosas para hacer unos omelette y unos panes tostados, hoy quería hacer el desayuno para aliviar las cosas.
A los 15 minutos tengo todo hecho y organizado en la mesa, Omelette, Panes tostados, Fresas picadas y jugo de naranja, me siento en la mesa a esperarla y los pocos minutos escucho sus tacones bajar.
— Prepare el desayuno. — Aviso mientras la miro acercarse y sentarse a mi lado mientras mira todo, pero no me mira. — Buenos Días, Madre — Sonrío sin dientes para no dejar de mirarla.
Deja su celular a un lado y me mira a los ojos — Buenos Días, Dion — Susurra sin ánimos.
— Necesitamos hablar. — Carraspeo. Se hace la confundida y frunzo el ceño— Sabes perfectamente. — Digo con irritación.
— No— Es lo único que dice mientras desayuna.
— No podemos vivir toda la vida como dos enemigos — Escupo con ira y luego suspiro y más bajo termino de decir: — necesitamos arreglarnos. —
— Por algo vivimos hace— Recuerda mientras no me mira y sigue comiendo.
— Han pasado meses — Susurro con un nudo apareciendo en mi garganta. — Meses en que no dejo de sentirme culpable. — El dolor en mi pecho incrementa.
— No debiste — Susurra con un nudo en su garganta.
— Lo sé, ahora pago con mi error. — Aprieto mis manos con fuerza en mis pantalones.
— No quiero hablar de eso. — Se levanta y comienza a revisar su bolso.
— Soy tu hijo — Recuerdo y ella se paraliza
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Gritos al Cielo © ✔️.
Teen Fiction¿Por qué las personas buenas no son infinitas? No me arrepiento de nada Te amo Somos tan diferentes pero el amor nos hace tan únicos. Eres inefable. Eres Luz. Yo soy el pequeño fiel admirador de tú hermosa Luz. Tú Luz hace que el cielo sea irreal...