XV

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El aviso del regreso de Izuku al reino de Ninrah trató de darse dos días después de suceder, al menos de forma pública. A aquellos con quienes había confianza se les había comunicado en cuanto Katsuki y él habían llegado al castillo, sabían que no sólo gente de buenas intenciones estaba detrás de la búsqueda del peliverde. Era mejor despistar a esas personas con un aviso tardío, o al menos eso era lo que buscaban. Sin embargo las buenas nuevas en esas tierras eran inevitables de mover y mucho más cuando se trataba de algo que afectaba directamente a su rey.

Si bien ya hacía un tiempo que el peliverde había llegado a sus vidas hasta convertirse en alguien igual de importante que el joven Bakugo, no podían verlo como sus superiores deseaban. La mayor parte del pueblo, sin tomar en cuenta a los menores, aún no confiaban demasiado en quien se convertiría en su nueva "reina", si es que podían decirle así. Algunos incluso seguían con la misma actitud que tuvieron con él cuando apenas había llegado.

Para varios, Izuku seguía siendo un forastero misterioso con extraña forma de ser y que trataba de robarles a su rey. Eran como hermanos celosos de Katsuki. Habían velado por él desde su nacimiento y lo celaban aún más cuando éste perdió a sus padres, no era sólo porque sin un Bakugo el pueblo estaría en la miseria por los ataques de los dragones sino porque realmente el pequeño nació como la luz que necesitaban.

Las madres del reino hablaban de ese sentimiento por él como si fuese un hijo más, el día que el rey Masaru presentó al recién nacido Katsuki todo aquel presente se había llenado de una sensación de calidez en su interior. Aquellos padres experimentados sabían que era como haber visto a sus hijos nacer de nuevo. Esperanza, amor. Le habían visto crecer entre ellos no siendo un presumido ni arrogante como ya habían visto a otros príncipes de los reinos vecinos sino como un pequeño de buen corazón que se sentía como uno más de ellos.

Plebeyo y príncipe, para él todos valían lo mismo, justo como sus padres eran. Ya no existía discriminación por los rangos, Masaru había sido el primero en dar el paso y su hijo en terminar de recorrer el camino.

Y ahora, estaba Izuku. Un pequeño hechicero recién llegado que pareció escalar sin problemas hasta el corazón del rey desde casi el mismo tiempo en que había pisado por primera vez esas tierras haciéndoles sentir una alerta. ¿Quién era exactamente él?¿De dónde venía? ¿Qué intenciones tenía? ¿Era siquiera alguien merecedor de lo que ahora tenía?

Se había convertido en un soldado de Ninrah, había retado a su rey en más de una ocasión en combates contra otros reinos en busca de la protección de sus tierras para después pasar a ser la segunda mano de Katsuki. Inesperado como todo lo demás que había hecho el menor, una mañana el rey así sin más había dado aviso de que el peliverde se convertiría en su pareja y que habría una ceremonia de unión después de la tradición con sus dioses, es decir, un año.

Fue la primera vez que Bakugo se sintió algo triste por la reacción de su pueblo. Obviamente no les hizo saber, en su interior se preguntaba qué sucedía con ellos. En los rostros de los mayores había visto confusión y rechazo, ¿Era porque Izuku era su mano derecha? Si era sincero podría decirles que había olvidado leer los libros de su familia en busca de si aquello era o no aceptable entre su descendencia, le había sido demasiado complicado dar aquel aviso y mucho más aceptar lo que su alma dictaba por el peliverde como para preocuparse por lo que su familia hubiese querido de él.

Esa noche se mantuvo en vela leyendo en su biblioteca varios de los libros en donde caía en cuenta que no sólo había cometido un error sino varios, pero muchos de ellos sin tener relación con Izuku. La única que parecía ser la razón del rechazo de su pueblo era la naturaleza del peliverde pues según el libro principal, los Bakugo sólo podían casarse con hembras de la especie Yira't, pero no era ningún despistado para darse cuenta que incluso su padre había ignorado esa regla.

El misterio de Nihara ❪KatsuDeku❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora