Mi alma glorifica al Señor, ¡Santo es su nombre! Lucas 1:46,49

58 5 0
                                    


¡Alabar a Dios en todo tiempo! es una realidad que es más fácil decirla que hacerla.

Pero, ¡Cuánto hace crecer la fe!  Porque alabar a Dios en los momentos buenos es sencillo, porque hay muchas cosas por las que agradecerle.

Pero si tienes problemas en tu casa, en tu trabajo o en tu billetera..

Si el dolor azota tu cuerpo y una pastilla no lo quita..

Adorar es algo que cambiamos por pedir o suplicar.

Pero algo que me ha llamado mucho la atención en los salmos es que David a pesar de pasarla mal y de suplicar la ayuda de Dios, nunca se olvidó de alabarlo. Lo adoro y luego de reconocer su grandeza y que él era Dios, su Dios, le abría el corazón..

Nuestra fe maduraria grandemente si en lugar de tanta queja y lágrimas, se llenará nuestra boca de alabanzas por encima del dolor.

Nos haríamos un gran bien y le daríamos fuerzas a nuestro espíritu y a nuestra alma para creer en que recibiremos la respuesta que estamos esperando.

Porque nos dedicariamos a enumerar las maravillas de Dios, sus milagros y sus portentos. Engrandeciendo a nuestro Dios y mostrándole a nuestra alma en quién a confiado.. ¡Un Dios poderoso y sin límites!

Imagine que inyección de fe le daríamos al alma para que crea, cuando en lugar de pecar con maldiciones o reclamos, o pensamientos negativos o depresivos..

Nos volvieramos a adorarlo..

Seria como un refrigerio al alma cansada y sedienta de conflictos..

Una adoración sincera, eleva nuestra alma del suelo y nos permite mirar al cielo con esperanza..

Por ejemplo esta adoración biblica:
Señor, tú eres mi Dios,te exaltare  y alabare tu nombre porque has hecho maravillas.
Él es mi Dios amoroso, mi amparo, mi más alto escondite, mi libertador, mi escudo, en quién me refugio.
Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable.
El Señor es bueno con todos, él se compadece de toda su creación.
Alabare al Señor toda mi vida, mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios.
Alaba, alma mía, al Señor.
Isaías 25:1, Salmo 144: 2, Salmo 145: 3, Salmo 145: 9, Salmo 146:2,
Salmo 146: 1. (NVI)

La última frase bíblica, es una orden: Alaba, alma mía, al Señor.

Alaba, no te escondas en el pecado para sentir alivio de la carga emocional que llevas dentro..

Alaba, cuando te ahogan las emociones tristes..

Alaba, cuando el enojo nubla  tu razón..

Alaba, cuando necesites perdonar y no sientas fuerzas..

Alaba, cuando te sientas tentado a caer... Dios se transformará en tu fuerza..

Alaba, cuando tu cuerpo no responda como esperas  y eso te asuste..

Alaba, cuando no veas tu alacena llena y no sepas como harás..

Alabar, en los momentos difíciles fortalece nuestra fe y nos levanta del polvo..

Alabar, en los momentos de prueba nos aparta del error..

Porque estaremos haciendo lo que al Espíritu Santo le agrada y él fue enviado a nuestras vidas como nuestro consolador, ayuda, fortaleza, fuerza y paz.

Aquel que nos hará recordar todo lo que él Señor Jesús nos enseñó, todo lo que necesitamos comprender para tomar las decisiones correctas..

El Espíritu Santo es nuestra guía..

Por eso nuestra alma debe comprender que hundirse en una depresión o en el enojo, la amargura o la ira, no son la salida en los momentos donde todo se ve oscuro y difícil..

Si nuestra confianza está puesta en Dios, él se volverá nuestro escudo.

Quien se mete con nosotros lo hace también con Dios...

¡No estamos solos!

En nuestro caminar espiritual, no andamos solos, él camina a nuestro lado y por ende su ayuda también..

Desesperarse es una emoción lógica a veces, pero no perdamos la visión, porque eso sólo nos llevaría a salir corriendo del redil para buscar soluciones a la ligera, que pueden terminar convirtiéndonos en una oveja herida en los espinos..

Y después el camino se hace más largo..

Hagamos caso a lo que la Biblia nos enseña y Démosle a nuestra alma la orden de Alabarlo..

Alaba, alma mía, al Señor..
Salmo 146:1

Hablemos de Oración En la BibliaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang